NUEVA EVIDENCIA SEÑALA QUE VACUNA CONTRA COVID-19 ES SEGURA EN EMBARAZADAS
WASHINGTON (22 Abril 2021).- Uno de los informes más amplios sobre vacunación contra el COVID-19 durante el embarazo refuerza la evidencia de que es seguro hacerlo, aun cuando los autores consideran necesaria una investigación más exhaustiva.
Los resultados preliminares se basan en datos
obtenidos de más de 35,000 mujeres estadounidenses que recibieron la vacuna de
Moderna o Pfizer mientras estaban embarazadas.
Las tasas de abortos no provocados, nacimientos
prematuros y otras complicaciones fueron comparables a las incluidas en
informes sobre embarazos previos a la pandemia.
La nueva evidencia de los investigadores de los
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC,
por sus siglas en inglés) fueron publicadas el miércoles en la revista New
England Journal of Medicine.
Ninguna de las participantes recibió la vacuna de una
sola dosis de Johnson & Johnson, cuyo uso no estaba disponible antes del estudio
y que actualmente está suspendido mientras las autoridades examinan los
reportes de coágulos sanguíneos en unas cuantas mujeres.
Por su parte, la American Society for Reproductive
Medicine (Sociedad de Medicina Reproductiva de Estados Unidos) avaló el martes
la vacunación durante el embarazo con base en la evidencia que ha examinado
durante más de un año.
“Todas, incluidas las mujeres embarazadas y las que
busquen embarazarse, deberían recibir la vacuna contra el COVID-19. Las vacunas
son inocuas y efectivas”, dijo la sociedad en un comunicado.
a sociedad no ha evaluado la evidencia más reciente
sobre la vacuna de Johnson & Johnson, dijo un representante de la
agrupación.
Un representante del Colegio de Obstetras y
Ginecólogos de Estados Unidos describió como prometedor el informe de los CDC,
pero señaló que es necesario un seguimiento de largo plazo. El grupo ha dicho
previamente que la vacunación debería estar disponible para las embarazadas y
para las madres lactantes y muchas embarazadas han elegido ser vacunadas.
Aunque las embarazadas estaban excluidas de los
estudios que derivaron en el aval al uso de emergencia de las vacunas, la
evidencia muestra que no hubo daño en aquellas que se inscribieron sin saber
que estaban esperando un bebé.
La doctora Laura Riley, presidenta de obstetricia y
ginecología en la comunidad médica Weill Cornell Medicine de Nueva York, señaló
que los resultados son tranquilizadores.
“Es fabuloso tener datos que compartir con nuestras
pacientes que continúan sopesando los riesgos y beneficios de la vacunación”,
apuntó. “Conocen las posibles complicaciones de una infección de COVID durante
la gestación y ahora se cuenta con alguna información sobre inocuidad en
embarazos humanos”.
Las embarazadas que se infectan con coronavirus
enfrentan elevados riesgos de complicaciones, como una hospitalización en
cuidados intensivos, un parto prematuro y la muerte.
Los autores del estudio, encabezados por el doctor Tom
Shimabukuro, de los CDC, dijeron que se necesita un continuo seguimiento y
mayor evidencia, incluso sobre las mujeres vacunadas en la fase inicial de su
embarazo.
Su estudio incluyó información sobre 35,691
estadounidenses embarazadas que participaron en un sistema voluntario de
vigilancia de vacunación mediante teléfono y a las que aplicaron las vacunas de
Moderna o Pfizer entre mediados de diciembre de 2020 y finales de febrero.
También incluyó reportes sobre complicaciones durante
el embarazo de casi 4,000 mujeres inscritas en un registro sobre inocuidad de
las vacunas en Estados Unidos. De ellas, 86% o 712 tuvieron nacimientos vivos,
principalmente entre mujeres vacunadas en el tercer trimestre.
La mayoría de las mujeres en el grupo informaron haber
tenido dolor en el lugar de la inyección, pero las reacciones graves fueron
poco frecuentes. Las embarazadas aparentemente eran más propensas a tener dolor
con ambas vacunas en el lugar donde se las aplicaron pero menos proclives a
tener otras reacciones que las no embarazadas.
En el registro de vacunas, aproximadamente 13% de las
embarazadas tuvieron abortos no provocados, menos de 1% mortinatos, 9%
nacimientos prematuros y 2% bebés con anomalías congénitas. Dichas tasas son
similares a las observadas en reportes sobre embarazadas antes de la pandemia.
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