PAPA FRANCISCO: EL HAMBRE EN EL MUNDO ES UN ESCÁNDALO Y UN CRIMEN CONTRA LOS DERECHOS HUMANOS
CIUDAD DEL VATICANO (28 Julio 2021).- Reto, escándalo, crimen, injusticia: la definición del Papa sobre el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en la era COVID-19 es muy clara. Y lo hace en un mensaje dirigido a António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, con motivo de la pre-Cumbre de la ONU sobre sistemas alimentarios, prevista desde hoy hasta el miércoles 28 de julio en Roma.
El acto se celebra antes de la Cumbre conclusiva
mundial que se celebrará en septiembre en Nueva York (Estados Unidos). Es un
“importante encuentro”, escribe Francisco, sobre todo porque “esta pandemia nos
ha enfrentado con las injusticias sistémicas que socavan nuestra unidad como
familia humana ", entre ellas la pobreza y el daño infligido a la Tierra,
"nuestra Casa Común", por "clama por el daño que le provocamos a
causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en
ella".
Es
necesario un cambio radical
De ahí el fuerte llamamiento del Papa a “un cambio
radical”: no basta con centrarse en la tecnología para aumentar la capacidad
del planeta, si el resultado es “explotar la naturaleza hasta el punto de
esterilizarla, ampliando así no solamente desiertos externos sino también
desiertos espirituales internos”; no basta con producir “alimentos suficientes”
si luego muchos “se quedan sin su pan de cada día". No es suficiente,
reitera Francisco, porque "esto constituye un verdadero escándalo, un
crimen que viola los derechos humanos básicos” y “una injusticia” que todos
tienen el deber de extirpar “mediante acciones concretas y buenas prácticas, y
a través de políticas locales e internacionales audaces”.
Sistemas
alimentarios sostenibles y respetuosos con el medio ambiente
Entonces, ¿qué se puede hacer? El Pontífice ofrece
algunas sugerencias concretas: en primer lugar, juega un papel importante “la
transformación cuidadosa y correcta de los sistemas alimentarios”, para que
sean "ambientalmente sostenibles y respetuosos con las culturas locales”.
Su objetivo, en esencia, debe ser " aumentar la
resiliencia, fortalecer las economías locales, mejorar la nutrición, reducir el
desperdicio de alimentos, brindar dietas saludables accesibles para todos”.
Pero el cambio debe empezar desde dentro, advierte
Francisco, porque el objetivo de "hambre cero" no se consigue con la
mera producción de alimentos, sino “necesita una nueva mentalidad y un nuevo
enfoque integral y diseñar sistemas alimentarios que protejan la Tierra y
mantengan la dignidad de la persona humana”.
Restablecer
la centralidad del sector agrícola y rural
En segundo lugar, prosigue el mensaje papal, hay que
garantizar “suficientes alimentos a nivel mundial” y promover “el trabajo
decente a nivel local" para poder alimentar al mundo de hoy "sin
comprometer el futuro".
Otros puntos esenciales indicados por el Papa se
refieren al restablecimiento de la centralidad del sector rural y a la urgencia
de que “el sector agropecuario recupere un rol prioritario en el proceso de
toma de decisiones políticas y económicas”, especialmente en la fase
post-pandémica. En particular, Francisco insta a considerar "a los
pequeños agricultores y a las familias campesinas” como “actores
privilegiados", cuyos conocimientos tradicionales “no deben pasarse por
alto ni ignorarse” para comprender mejor sus necesidades reales.
La
familia, componente esencial de los sistemas alimentarios
Por el contrario, el Papa subraya que "la familia
es un componente esencial de los sistemas alimentarios" porque en ella “se
aprende a disfrutar el fruto de la tierra sin abusar de él y se descubren las
mejores herramientas para difundir estilos de vida respetuosos del bien
personal y colectivo”.
Por lo tanto, las necesidades de las mujeres rurales,
los jóvenes y los agricultores de las zonas "más pobres y remotas"
deben satisfacerse plenamente mediante políticas eficaces. Somos conscientes –
afirma el Papa - de que los intereses económicos individuales, cerrados y
conflictivos - pero poderosos - nos
impiden diseñar un sistema alimentario que responda a los valores del Bien Común,
a la solidaridad y a la “cultura del encuentro”. Si queremos mantener un
multilateralismo fructífero y un sistema alimentario basado en la
responsabilidad, la justicia, la paz y la unidad de la familia humana es
primordial.
El
sueño de Francisco: que nadie quede atrás
Además, el sueño que todos tienen "la
responsabilidad de realizar", escribe Francisco, es el de “mundo en donde
el pan, el agua, las medicinas y el trabajo fluyan en abundancia y lleguen
primero a los más menesterosos”.
“La Santa Sede y la Iglesia católica – asegura - se
pondrán al servicio de este noble fin, ofreciendo su contribución, uniendo
fuerzas y voluntades, acciones y sabias decisiones”. “Pido a Dios que nadie
quede atrás, concluye el mensaje papal, y que toda persona pueda hacer frente a
sus necesidades básicas”, para " construir una sociedad pacífica y
próspera, y sembrar semillas de paz que nos permitan caminar en autentica
fraternidad”.
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