AL TAYYEB: "FRATELLI TUTTI, ENCÍCLICA IMPORTANTE TAMBIÉN PARA LOS MUSULMANES"
CIUDAD DEL VATICANO (8 Octubre 2021).- El Gran Imán de Al Azhar habla con los medios de comunicación vaticanos sobre su relación con Francisco: "Desde el primer minuto de nuestro encuentro tuve la confirmación de que él es un hombre de paz y de humanidad. La encíclica es un llamamiento a crear una verdadera fraternidad en la que no haya lugar para la discriminación basada en diferencias de religión, raza, género u otras formas de intolerancia".
"Cada uno de nosotros ha descubierto una gran
sintonía espiritual y de pensamiento con respecto a las crisis que afligen al
hombre contemporáneo...". Ahmad Muhammad Al Ṭayyeb, Gran Imán de Al Azhar,
en los días de su presencia en Roma para participar en algunos eventos
importantes junto al Papa Francisco y a otros líderes religiosos, visitó los
estudios de Radio Vaticano - Vatican News y respondió a algunas preguntas sobre
su relación con el Pontífice, un año después de la publicación de la encíclica
Fratelli tutti.
El Gran Imán relató que "tras la elección de
nuestro querido hermano el Papa Francisco, Al-Azhar tomó la iniciativa de
felicitarlo, y recibimos una hermosa respuesta de Francisco. Una respuesta que
nos animó a iniciar de nuevo una relación. Y así decidí visitar al Papa en el
Vaticano en mayo de 2016. Durante esta visita, cada uno de nosotros descubrió
una gran sintonía espiritual y de pensamiento respecto a las crisis que afligen
al hombre contemporáneo, y en particular respecto a los pobres, los huérfanos,
los enfermos, las viudas, las víctimas de las guerras y los sin techo".
"Esta armonía entre él y yo", continuó Al-Tayyeb, "puede ofrecer
mucho para aliviar estas crisis. A partir de ese momento, no hubo más dudas.
Personalmente, no dudé en tender la mano. Desde el primer minuto de nuestro
encuentro, tuve la confirmación de que es un hombre de paz y de humanidad por
excelencia. Las cosas prosiguieron bien y en apenas tres años celebramos seis
cumbres. En la quinta de ellas firmamos el Documento sobre la Fraternidad
Humana".
El Gran Imán subrayó que "el mensaje de la
religión puede dar los frutos deseados
sólo si es proclamado por creyentes fieles, reconciliados primero entre ellos.
Entre quienes llevan a los hombres este mensaje debe haber paz, concordia y
colaboración. Porque si entre ellos reinan división y conflicto, ellos no son
capaces de transmitir el mensaje de paz a la gente. Conocemos el famoso
proverbio que dice: Quien no tiene algo, no puede darlo".
Sobre la encíclica "Fratelli tutti",
publicada hace un año, Al-Tayyeb dijo: "Esta encíclica es ciertamente de
enorme importancia, especialmente en este tiempo, tanto para los musulmanes
como para los no musulmanes. Puedo decir que esta encíclica se inscribe en el
marco de nuestros encuentros y se inspira en ellos. El Papa mismo lo menciona,
creo que en el prefacio. La encíclica va en la misma dirección, la del diálogo
y la convivencia entre los hombres: es, en definitiva, un llamamiento a aplicar
los principios morales de las religiones para crear una verdadera fraternidad
en la que no hay lugar para la discriminación basada en diferencias de
religión, confesión, raza, género u otras formas de intolerancia. La encíclica
es útil para los musulmanes y al mismo tiempo para los demás, porque dice que
todos somos hermanos. Y el Corán dice a los musulmanes: tienen hermanos y son
iguales en humanidad. Nosotros decimos que el hombre es similar o igual a mí y
es mi hermano en humanidad. Puede ser hermano de religión, pero también puede
ser para mí un hermano de humanidad".
En cuanto al papel de las religiones en la promoción
de la paz y la fraternidad mediante la lucha contra el odio y el terrorismo, el
Gran Imán dijo: "Decir que las religiones, tal y como han sido reveladas
por Dios el Altísimo, han sido la causa de las guerras en la historia es
inexacto, porque lo que se conoce como conflictos en nombre de la religión son,
en realidad, conflictos políticos que han robado el nombre a la religión
cargándola de interpretaciones corruptas para conseguir beneficios e intereses
mundanos, que no tienen ninguna relación, ni siquiera remota, con la verdadera
religión. Debo decir que quienes hoy difunden el odio entre las personas y
practican la violencia y el derramamiento de sangre en nombre de la religión o
de Dios, son mentirosos y traidores de las religiones de las cuales levantan
las banderas, sean cuales sean estas religiones o doctrinas o confesiones en
cuyo nombre hablan".
Por último, en respuesta a una pregunta sobre la
dignidad de la mujer y sobre las señales preocupantes que demuestran el
resurgimiento de un fundamentalismo que no respeta a las mujeres, Al-Tayyeb dijo
que "lo que está declarado en el Documento sobre la Fraternidad humana es
lo que establece el Islam en cuanto al respeto por la mujer y el pleno respeto
de sus derechos.
Afirmó además que nadie puede privar a la mujer de uno
solo de sus derechos, que fueron establecidos por el profeta del Islam Mahoma,
y que se encuentran en una frase suya clara y sintética: 'Las mujeres son
iguales a los hombres'... Ante esta verdad, ningún musulmán fiel a sus
creencias puede quitar a la mujer los derechos garantizados por el Islam.
Debemos decir que todo lo que se está planteando hoy en día en este campo no es
más que una victoria de hábitos y costumbres superadas y antiguas, que hacen
daño a la ley del Islam y a sus normas". El Gran Imán también quiso
señalar que "es necesario distinguir", entre "derechos plasmados
por civilizaciones contemporáneas ignorando la moral religiosa y los
sentimientos de la naturaleza humana, y otros derechos formulados en las
sociedades en las que la religión es una base sólida en la construcción de su
cultura y estilos de vida".
Por ANDREA
TORNIELLI/Vatican News
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