EL ABORTO ES UN ASESINATO, LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA DENUNCIA LA INJUSTICIA, PROCLAMA EL PAPA
CIUDAD DEL VATICANO (14 Octubre 2021).- En un encuentro con miembros de una asociación italiana de farmacéuticos, el Pontífice, frente a quienes quieren eliminar la objeción de conciencia, afirma que no es infidelidad, sino al contrario fidelidad a la propia profesión, "si está válidamente motivada".
El Papa Francisco recibió a los participantes en el
congreso organizado por la Sociedad Italiana de Farmacia Hospitalaria y de los
Servicios Farmacéuticos de las Autoridades Sanitarias. Con la pandemia, les
dijo, ha cambiado y cambiará la forma de planificar, organizar y gestionar la
salud y la asistencia sanitaria. Al respecto, el Pontífice les indicó tres
caminos en los que continuar sus esfuerzos.
La
rutina diaria y el servicio del farmacéutico
Retomando la figura del posadero en la parábola del
buen samaritano: cuando se le pide al posadero que acoja al herido y lo cuide
hasta que vuelva el samaritano, Francisco ve los dos “aspectos significativos
del trabajo del farmacéutico de hospital”: la rutina diaria y el servicio
oculto. Aspectos que requieren paciencia, constancia y precisión, añadió, pero
tienen poca visibilidad. Por eso, aconsejó:
“Si van acompañadas de la oración y el amor, generan
la "santidad de la vida cotidiana". Porque sin la oración y el amor
-como bien saben- esta rutina se vuelve árida. Pero con amor, hecho con amor y
con oración te lleva a la santidad "de al lado": santos anónimos que
están en todas partes porque hacen lo que tienen que hacer bien".
La
profesionalidad
La segunda vía se refiere a la dimensión específica
del farmacéutico de hospital, es decir, su profesionalidad, su especialización
de postgrado. Junto con el clínico, les recodó Francisco, es el farmacéutico de
hospital quien investiga, experimenta, propone nuevas vías; siempre en contacto
inmediato con el paciente. Y agregó:
“Se trata de la capacidad de comprender la enfermedad
y el paciente, de personalizar los medicamentos y las dosis, y de enfrentarse a
veces a las situaciones clínicas más complejas. De hecho, el farmacéutico puede
tener en cuenta los efectos globales, que son más que la suma de los medicamentos
individuales para las diferentes enfermedades. A veces -según la estructura-
hay un encuentro con el enfermo, otras veces la farmacia del hospital es uno de
los departamentos invisibles que hace que todo funcione, pero la persona
siempre es la destinataria de sus cuidados”.
La
ética
La tercera vía que aconseja el Papa es la dimensión
ética de la profesión, en dos aspectos: el personal y el social.
A nivel individual, el farmacéutico señaló el
Pontífice, utiliza sustancias medicinales que pueden convertirse en
venenos. por tanto, les pidió una
vigilancia constante, para que el objetivo sea siempre la vida del paciente en
su totalidad. Como profesionales de la salud, siempre están al servicio de la
vida humana, y ésto les implica, afirmó el Papa:
"En algunos casos la objeción de conciencia, que
no es deslealtad, sino por el contrario fidelidad a su profesión, si está
válidamente motivada. Hoy está de moda pensar que tal vez sería una buena idea
abolir la objeción de conciencia. Pero esta es la intimidad ética de todo
profesional de la salud, y esto nunca debe negociarse; es la responsabilidad
última de los profesionales de la salud. También significa denunciar las
injusticias cometidas contra la vida inocente e indefensa. Es un tema muy delicado, que requiere tanto
una gran competencia como una gran rectitud".
Al respecto Francisco se refiere al tema del aborto en
particular: es un asesinato y no es lícito hacerse cómplice, les aseveró, y es
deber de cada uno estar "cerca de las situaciones, especialmente de las
mujeres, para no llegar a pensar en la solución del aborto, porque en realidad
no es la solución".
A nivel de justicia social: "Las estrategias
sanitarias, orientadas a la búsqueda de la justicia y el bien común, deben ser
económica y éticamente sostenibles". Al respecto, el Papa les confirmó que
el país, en el Servicio Nacional de Salud italiano se concede gran importancia
al acceso universal a la asistencia, pero el farmacéutico -incluso en las
jerarquías de gestión y administración- no es un mero ejecutor, les señaló y
agregó:
"Por lo tanto, los criterios de gestión y
financieros no son el único elemento a tener en cuenta. La cultura del rechazo
no debe afectar a su profesión. Y este es otro ámbito en el que debemos estar
siempre atentos. "Dios, nuestro Padre, ha dado la tarea de cuidar la
tierra no al dinero, sino a nosotros: a los hombres y a las mujeres. ¡Tenemos
esta tarea!"
En cambio, la
humanidad es sacrificada a los "ídolos del beneficio y el consumo: es la
"cultura del despilfarro", incluso, dijo, en los ancianos: da la
mitad de la medicación y acorta la vida... "Es un desperdicio,
sí". Una observación, que el Papa
dijo se aplica no sólo sobre el medio ambiente sino sobre todo a la salud
humana y enfatizó que:
"La gestión de los recursos y el cuidado de no
desperdiciar lo que se confía a las manos de cada farmacéutico adquiere una
importancia no sólo económica sino también ética. Pensamos en la atención al
detalle, la compra y el almacenamiento de los productos, su uso correcto y su
destino a los que lo necesitan con urgencia. Pensamos en la relación con los
distintos operadores -los celadores, las enfermeras, los médicos y los anestesistas-
y con las estructuras implicadas".
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