PROGRESAR EN LA APERTURA, LA INCLUSIÓN Y LA JUSTICIA: EL LLAMADO DEL PAPA A LS AUTORIDADES GRIEGAS
ATENAS (4 Diciembre 2021).- La mañana de este sábado, 4 de diciembre, el Papa Francisco se encontró con las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo Diplomático griego, en el Palacio Presidencial de Atenas, a ellos los exhortó que “a las seducciones del autoritarismo responda con la democracia; que a la indiferencia individualista oponga el cuidado del otro, del pobre y de la creación, pilares esenciales para un humanismo renovado, que es lo que necesitan nuestros tiempos y nuestra Europa”.
“Les agradezco su compromiso y los exhorto a hacer progresar a este país en la apertura, la inclusión y la justicia.
Desde esta
ciudad, desde esta cuna de la civilización se elevó —y que siga elevándose
siempre— un mensaje orientado hacia lo alto y hacia el otro”, lo dijo el Papa
Francisco en su discurso a las Autoridades, la Sociedad Civil y el Cuerpo
Diplomático, reunidos este 4 de diciembre, en el Palacio Presidencial de
Atenas, en el marco de 35 Viaje Apostólico a Chipre y Grecia.
Sin
Atenas y sin Grecia, Europa y el mundo no serían lo que son
En su discurso, el Santo Padre manifestó su gratitud
por la cálida bienvenida que recibió a su llegada a Atenas, y citando las
palabras de san Gregorio Nacianceno dijo que, llegaba como peregrino a estos
lugares que sobreabundan de espiritualidad, cultura y civilización, para
percibir la misma felicidad que entusiasmó al gran Padre de la Iglesia. Una
felicidad, por tanto, que no es individual ni está aislada, sino que, naciendo
del asombro, tiende al infinito y se abre a la comunidad; una sabia felicidad,
que desde estos lugares se ha difundido en todas partes. Sin Atenas y sin
Grecia, Europa y el mundo no serían lo que son: serían menos sabios y menos
felices.
Dilatar
los horizontes de la humanidad
El Papa Francisco también señaló que, desde Atenas los
horizontes de la humanidad se han dilatado. “Yo también me siento invitado a
elevar la mirada y a detenerla en la parte más alta de la ciudad: la
Acrópolis”. Grecia invita al hombre de todos los tiempos a orientar el viaje de
la vida hacia lo alto: hacia Dios, porque necesitamos de la trascendencia para
ser verdaderamente humanos. Y mientras hoy en el Occidente, que ha nacido aquí,
se tiende a ofuscar la necesidad del Cielo, atrapados por el frenesí de miles
de carreras terrenas y por la avidez insaciable de un consumismo que
despersonaliza, estos lugares nos invitan a dejarnos sorprender por el
infinito, por la belleza del ser, por la alegría de la fe. Por aquí han pasado
los caminos del Evangelio que han unido el Oriente y el Occidente, para llevar
al mundo la buena noticia de Dios amante del hombre, se escribieron en griego,
lengua inmortal usada por la Palabra —el Logos— para expresarse, lenguaje de la
sabiduría humana convertido en voz de la Sabiduría divina.
Discurso
del Papa Francisco a las Autoridades Sociedad Civil y Cuerpo Diplomático
Grecia, cuna de la civilización
El Papa además precisó que, Atenas está situada en el
corazón del Mediterráneo para ser puente entre las personas. Aquí grandes
historiadores se apasionaron narrando las historias de los pueblos cercanos y
lejanos. Aquí, según la conocida afirmación de Sócrates, tuvo comienzo el
sentirse ciudadanos no sólo de la propia patria, sino del mundo entero.
Ciudadanos, aquí el hombre tomó conciencia de ser “un animal político” y, como
parte de una comunidad, vio en los otros no sólo sujetos, sino ciudadanos con
los que organizar juntos la polis. Aquí nació la democracia. La cuna, milenios
después, se convirtió en una casa, una gran casa de pueblos democráticos: me
refiero a la Unión Europea y al sueño de paz y fraternidad que representa para
tantos pueblos.
Preocupación
por el retroceso de la democracia
Sin embargo, expresó el Pontífice, no se puede dejar
de constatar con preocupación cómo hoy, no sólo en el continente europeo, se
registra un retroceso de la democracia. Ésta requiere la participación y la
implicación de todos y por tanto exige esfuerzo y paciencia; la democracia es
compleja, mientras el autoritarismo es expeditivo y las promesas fáciles
propuestas por los populismos se muestran atrayentes. Pero también existe un
escepticismo, en relación a la democracia, provocado por la distancia de las
instituciones, por el temor a la pérdida de identidad y por la burocracia. El
remedio a esto no está en la búsqueda obsesiva de popularidad, en la sed de
visibilidad, en la proclamación de promesas imposibles o en la adhesión a
abstractas colonizaciones ideológicas, sino que está en la buena política.
Porque la política es algo bueno y así debe ser en la práctica, en cuanto
responsabilidad suprema del ciudadano, en cuanto arte del bien común.
Del
partidismo a la participación
En este sentido, el Santo Padre señaló que, es esta la
motivación que nos debe impulsar en varios frentes: pienso en el clima, en la
pandemia, en el mercado común y sobre todo en las pobrezas extendidas. Son
desafíos que piden colaborar de manera concreta y activa, lo necesita la
comunidad internacional, para abrir caminos de paz a través de un
multilateralismo que no sea sofocado por excesivas pretensiones nacionalistas;
lo necesita la política, para poner las exigencias comunes ante los intereses
privados. Puede parecer una utopía, un viaje sin esperanza en un mar
turbulento, una odisea larga e irrealizable. Y, sin embargo, como enseña el
gran relato homérico, el viaje en un mar agitado es a menudo el único camino. Y
alcanza la meta si está animado por el deseo de un hogar, por la búsqueda de
seguir adelante juntos.
Promover
la acogida a los migrantes
En este sentido, deseo que los compromisos asumidos en
la lucha contra el cambio climático se compartan cada vez más y no sean de
fachada, sino que se lleven adelante con seriedad; que a las palabras sigan los
hechos, para que los hijos no paguen una vez más la hipocresía de los padres.
Este país, caracterizado por la acogida, ha visto arribar en algunas de sus
islas un número mayor de hermanos y hermanas migrantes que el de los mismos
habitantes, aumentando de ese modo los problemas, que todavía se ven afectados
por las dificultades que trajo consigo la crisis económica. “Quisiera exhortar
nuevamente a una visión de conjunto, comunitaria, ante la cuestión migratoria,
y animar a que se dirija la atención a los más necesitados para que, según las
posibilidades de cada país, sean acogidos, protegidos, promovidos e integrados
en el pleno respeto de sus derechos humanos y de su dignidad”.
La
pandemia es la gran adversidad
El Papa Francisco refiriéndose a la pandemia del
coronavirus dijo que, esta pandemia ha hecho que nos redescubramos frágiles y
necesitados de los demás. También en este país es un desafío que requiere
oportunas intervenciones por parte de las autoridades —me refiero a la
necesidad de la campaña de vacunación— y no pocos sacrificios para los
ciudadanos. Pero en medio de tanto esfuerzo se ha abierto camino un notable
sentido de solidaridad, al que la Iglesia católica local es dichosa de poder
seguir contribuyendo, con la convicción de que esto constituya una herencia que
no debe perderse con el lento aplacarse de la tempestad. Siempre ha de
privilegiarse el derecho al cuidado y a los tratamientos para todos, para que
los más débiles, en particular los ancianos, nunca sean descartados. En efecto,
la vida es un derecho; no lo es la muerte, que se acoge, no se suministra.
Grecia
la memoria de Europa
Asimismo, el Papa les dijo a las Autoridades que, este
país puede definirse como la memoria de Europa y estoy contento de visitarlo
después de veinte años de la histórica visita del Papa Juan Pablo II y en el
bicentenario de su independencia. Dios pone gustosamente su firma sobre la
libertad humana, es su don más grande y lo que, a su vez, más valora de
nosotros. Él, en efecto, nos ha creado libres y lo que más le agrada es que
amemos libremente a Él y al prójimo. A este respecto, quiero renovar mi agradecimiento
por el reconocimiento público de la comunidad católica y aseguro su voluntad de
promover el bien común de la sociedad griega, orientando en ese sentido la
universalidad que la caracteriza, con el deseo de que en términos prácticos
siempre se garanticen las condiciones necesarias para desempeñar bien su
servicio.
Progresar
en la apertura, la inclusión y la justicia
Finalmente, el Santo Padre señaló que, ser hermanos
bajo el signo de la cruz, en este país bendecido por la fe y por sus
tradiciones cristianas, exhorta a todos los creyentes en Cristo a cultivar la
comunión en todos los ámbitos, en el nombre de ese Dios que abraza a todos con
su misericordia. En este sentido, les agradezco su compromiso y los exhorto a
hacer progresar a este país en la apertura, la inclusión y la justicia. Desde
esta ciudad, desde esta cuna de la civilización se elevó —y que siga elevándose
siempre— un mensaje orientado hacia lo alto y hacia el otro; que a las
seducciones del autoritarismo responda con la democracia; que a la indiferencia
individualista oponga el cuidado del otro, del pobre y de la creación, pilares
esenciales para un humanismo renovado, que es lo que necesitan nuestros tiempos
y nuestra Europa.
Por RENATO
MARTÍNEZ/Vatican News
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