CIUDAD DEL VATICANO (24 Diciembre 2022).- En las páginas del periódico italiano "Il Fatto Quotidiano" de hoy, se ha publicado un extracto de la conversación del padre jesuita Antonio Spadaro con el Papa Francisco, que luego fue incluido en la serie documental de Netflix centrada en la relación entre los mayores y los jóvenes y que estará disponible a partir del 25 de diciembre, titulada "Stories of a Generation" (Historias de una generación).
Un relato coral sobre la vejez como un tesoro que hay
que redescubrir, contada desde un punto de vista nuevo y original: los ojos de
la generación más joven. Se trata de la serie documental de cuatro episodios
"Historias de una generación con el Papa Francisco" que Netflix pone
a disposición del público a partir del día de Navidad en los cinco continentes.
Historias de amor, de sueños, de lucha y de trabajo,
unidas por el hilo conductor de la relación intrageneracional, acompañadas de
las reflexiones y recuerdos de Francisco que enriquecen las historias de los
demás.
Todo surge de una conversación entre el Papa y el
padre jesuita Antonio Spadaro, director de La Civiltà Cattolica y asesor
editorial de la serie escrita por Simona Ercolani y producida por "Stand
By Me". En el extracto que el autor publica hoy en las páginas de Il Fatto
quotidiano, se comparte el pensamiento y las palabras de Francisco sobre los
temas de fondo de la narración televisiva.
El Papa habla del amor como "un sentimiento, la
electricidad que recorre un organismo similar a la sensación de dos polos que
se atraen"; reinterpreta el baile del tango de forma personal y poética,
como "dirigir y ser dirigido, tener la responsabilidad de cuidar al
otro"; y luego explica el concepto de "paternidad", que no es
tanto generar hijos como transmitir la propia existencia al hijo. "En la
vida", dice el Pontífice en la conversación con el padre Spadaro, "lo
que te hace ser padre es tu compromiso con la existencia, los límites, la
grandeza, el desarrollo de esa persona a la que has dado la vida y a la que has
visto crecer".
La
vida es aséptica sin sueños
Pero el tema central son los sueños y el vínculo entre
jóvenes y mayores también a través de ellos. Quien no sueña es una persona
aséptica y su vida carece de poesía, dice Francisco, calificándose a sí mismo
de soñador. "Yo también escribía poemas, pero luego los rompía porque no
me gustaban. Así era como daba voz a mis sueños". "Todos necesitamos
soñar. Consciente o inconscientemente".
Sueño
y profecía
¿Y las personas mayores? También ellos deben soñar
-dice Francisco- y así llevarnos "hacia horizontes" inimaginables. Y
son los jóvenes los que tienen un papel fundamental en esto: el Papa en su
conversación con el padre Spadaro destaca la importancia de la cercanía entre
generaciones.
El
Papa a la Curia Romana: llamados a la humildad, a recordar y a generar
"Los sueños de una persona mayor son la riqueza
de la vida que te ofrecen y te dan. Es la riqueza de toda esa vida que te
ofrecen como experiencia de vida. El sueño de los jóvenes es la profecía, es
decir, la capacidad de avanzar. Por eso es importante reunir a los jóvenes y a
los mayores. El anciano que da sus sueños y el joven que los recibe y puede
transmitirlos, con vistas al futuro".
Dignidad
y creatividad en el trabajo
Y luego está la lucha: porque para realizar los
sueños, a veces, dice el Papa, "es necesario luchar" y la lucha es
una realidad:
"No me gusta, pero no puede haber vida sin lucha.
No me gusta, pero no puede haber vida sin lucha. Es algo que está dentro de
nosotros" y nunca se es demasiado viejo para luchar por lo que se tiene
dentro "si se tiene el corazón y el alma abiertos". Así que no hay
vida sin lucha, como no hay dignidad sin trabajo. Incluso el trabajo es un
logro que -y el Papa lo explica cuando cuenta su experiencia de trabajo de
verano en una fábrica de calcetines- es una fuente de dignidad. Y de la
dignidad surge la creatividad.
"La creatividad es poesía. Pensemos que el poeta
es alguien que sueña con los ojos abiertos. Un creador es un poeta. Cuando
creas algo, eres un poeta. Estás haciendo poesía. No hay dignidad sin
creatividad. La dignidad nos lleva a crear. Uno no se automatiza en su trabajo.
La automatización es peligrosa. Por eso, un buen trabajador es siempre
creativo. Se transforma en un regalo para los demás".
Por GABRIELLA
CERASO/Vatican News
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