BOSTON (22 Mayo 2022).- Los Miami Heat se llevaron una trabajada victoria de supervivencia contra los Boston Celtics en el TD Garden, que rugió en la segunda mitad ante el intento de remontada épica de los locales, castigados por un reguero inasumible de pérdidas (24) y una mala noche de baloncesto de su estrella, Jayson Tatum.
El complicado triunfo del conjunto floridense por
103-109, que les adelanta 2-1 en las Finales de la Conferencia Este de la NBA,
se fraguó en una primera mitad fulgurante desde el perímetro combinada con el
dominio de Bam Adebayo en la pintura y la intensidad defensiva del equipo,
capaz de registrar 19 robos de balón en el partido, un reluciente récord de la
franquicia.
Adebayo, que en los dos primeros partidos de la serie
apenas había lanzado 10 tiros a canasta para anotar 16 puntos, fue la piedra
angular en ataque para Miami con 31 puntos, 10 rebotes, 6 asistencias, 4 robos
y un tapón en una serie de 15 de 22 en tiros de campo. Su agresividad en la
pintura descolocó a la defensa de Boston, que echó de menos el físico de Robert
Williams, baja de última hora. Los espacios generados por el pívot llevaron a
un inicio eficaz en el perímetro para el conjunto visitante, que se escapó
18-39 en el primer cuarto después de enchufar 7 de 9 triples intentados.
Aunque después se enfriaron, los Heat no claudicaron
en ningún momento en defensa, centrando sus esfuerzos en un Jayson Tatum
incapacitado durante el transcurso de la feroz batalla. La estrella de Boston
se borró como ya hizo contra Milwaukee en la anterior eliminatoria y tan solo
pudo acumular 10 puntos en una pobre serie de tiro (3-14 TC; 1-7 3P). Además,
dio el susto tras recibir un golpe en el hombro derecho que le llevó a los
vestuarios a falta de cinco minutos. Al más puro estilo de Paul Pierce y su
célebre silla de ruedas, Tatum volvió al cabo de unos minutos pero no pudo
transformar esa épica en resultados tangibles para su equipo.
Sí que lo logró Victor Oladipo para los Heat, que
vieron como Jimmy Butler se retiraba al descanso lesionado con una inflamación
en la rodilla derecha que le está dando dolores de cabeza desde la primera
ronda de playoffs. El reserva de lujo de Erik Spoelstra dio un recital
defensivo conteniendo las acometidas de Tatum y robándole la cartera en cuatro
ocasiones. A pesar de que en ataque no estuvo fino, sus 20 minutos en la
segunda parte marcaron la resistencia de Miami.
Tras marchar al descanso 47-62 arriba (+15), los Heat
parecían tener el choque controlado con otro festival de parciales abultados
que les llevó a ganar por una ventaja máxima de 26 puntos (20-46) en el segundo
cuarto. En una eliminatoria de grandes ventajas, Miami empezó ganando de 25 puntos
el tercer cuarto del partido inaugural. Luego, los Celtics respondieron ganando
por 25 tantos la primera mitad del segundo asalto y, anoche, los Heat quisieron
responder con la misma medicina.
Jaylen Brown dijo que no a la derrota abultada y con
un partidazo de 40 puntos mantuvo vivos a los suyos. Su agresividad contrastó
con la retirada de Tatum, que dio paso al carácter de Al Horford (20 puntos y
14 rebotes) y Marcus Smart (16 tantos y 7 asistencias), los únicos capaces de
encender al público del TD Garden.
Smart, antes de que lo emulara Tatum, se fue a los
vestuarios después de lamentarse a gritos de una torcedura de tobillo nada más
arrancar el tercer cuarto. Después de unos minutos desaparecido, volvió por el
túnel ante el subidón de los aficionados al más puro estilo Hollywood. Él si
que proporcionó una chispa de energía al equipo con un triple nada más volver
que arrancó un parcial que les situó por primera vez a menos de 10 puntos.
Entonces apareció de nuevo Adebayo, una y otra vez,
para contestar a los momentos más críticos de Miami, que en el último cuarto
padeció un parcial de 20-6 que puso a los locales al borde de la remontada
(92-93, a 2:30 del final). Max Strus (16 puntos), con un triple demoledor,
rompió el viento favorable para Boston y reanimó a unos Heat que ganaron sin
Butler y sin Tyler Herro (8 puntos y 4-15 TC), también dolido de una pierna y
resguardado en el banquillo en el cuarto definitivo.
Entre tanta épica y tanas lesiones, la presencia de
Kyle Lowry (11 puntos, 6 asistencias y 4 robos) sobre la pista pareció una
anécdota a pesar del enorme esfuerzo del base, que forzó su gemelo dañado yendo
y viniendo de la bicicleta estática al mando de operaciones sobre la pista. Su
experiencia de campeonato se notó tanto en el primer tiempo como en el tramo
decisivo que cerró la victoria visitante, todo un golpe encima de la mesa.
«Siento que he dejado colgado a los chicos esta noche.
Es culpa mía. Seis pérdidas y ninguna canasta en la segunda mitad, eso es
inaceptable», reconoció Tatum tras el encuentro. No fue el único que hizo
autocrítica en Boston. Hasta Brown, capaz de anotar un 70% de sus tiros de
campo, se centró en sus errores: «Hice un trabajo de mierda a la hora de cuidar
el balón». Horford, una voz muy escuchada, fue también cristalino: «Ellos han
salido a luchar, nosotros, por una razón que no me explico, no hemos sentido la
misma urgencia».
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