EN LA PROCLAMACIÓN DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA LA "VÍRGEN CANTA LA ESPERANZA Y REAVIVA EN NOSOTROS LA ESPERANZA", PAPA FRANCISCO EN EL ÁNGELUS

CIUDAD DEL VATICANO (15 Agosto 2022).- En la Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, este lunes 15 de agosto, el Santo Padre presidió la oración del Ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano.

"Bendita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre”: este versículo del Evangelio de San Lucas, que narra el diálogo entre María y su prima Isabel, articula la reflexión del Papa antes de orar el Ángelus este lunes 15 de agosto. En la Solemnidad de la Asunción y ante una Plaza de San Pedro repleta de fieles y peregrinos de todo el mundo, el Pontífice recuerda que estas palabras, “llenas de fe, alegría y asombro, se han convertido en parte del avemaría”.

“Cada vez que rezamos esta oración, tan hermosa y conocida, hacemos como Isabel: saludamos a María y la bendecimos, porque ella nos trae a Jesús”, añade Francisco.

“El canto de la esperanza”


María acoge la bendición de Isabel y responde regalándonos el Magnificat, explica el Obispo de Roma, para quien este se puede considerar "el canto de la esperanza".

“Es un himno de alabanza y exultación por las grandes cosas que el Señor ha realizado en ella, pero María va más allá: contempla la obra de Dios a lo largo de la historia de su pueblo”

"Dice, por ejemplo, continúa el Sucesor de Pedro, que el Señor 'derribó del trono a los poderosos, enalteció a los humildes, colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías'" (vv. 52-53).

“Al escuchar estas palabras, podríamos preguntarnos: ¿no estará exagerando la Virgen, describiendo un mundo que no existe? De hecho, aquello que dice no parece corresponder a la realidad; mientras ella habla, los poderosos no han sido derrocados: el temible Herodes, por ejemplo, se mantiene firme en su trono. Y los pobres y hambrientos también lo siguen siendo, mientras los ricos siguen prosperando.”

La Virgen anuncia un cambio radical y profetiza


En su reflexión, el Papa se detiene en el sentido del cántico de María y considera: "No busca hacer una crónica del tiempo, sino decirnos algo mucho más importante: que Dios, a través de ella, ha inaugurado un punto de inflexión en la historia, ha establecido definitivamente un nuevo orden de las cosas. Ella, pequeña y humilde, ha sido elevada y -lo celebramos hoy- llevada a la gloria del Cielo, mientras que los poderosos del mundo están destinados a quedarse con las manos vacías".

“La Virgen, en otras palabras, anuncia un cambio radical, una inversión de valores. Al hablar con Isabel, mientras lleva a Jesús en su vientre, anticipa lo que dirá su Hijo, cuando proclame bienaventurados a los pobres y a los humildes y haga una advertencia a los ricos y a los que confían en su propia autosuficiencia. La Virgen, por tanto, profetiza: profetiza que no son el poder, el éxito y el dinero, los que prevalecen, sino el servicio, la humildad y el amor. Mirándola en la gloria, comprendemos que el verdadero poder es el 

servicio y que reinar significa amar. Y que este es el camino al Cielo.”



Por SEBASTIÁN SANSÓN FERRARI/Vatican News 

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