AURORA BASNUEVO, LA POPULAR ACTRIZ, CANTANTE Y PRESENTADORA CUBANA HA FALLECIDO ESTE LUNES
LA HABANA, Cuba (26 Septiembre 2022).- Este 26 de septiembre se dio a conocer la noticia del fallecimiento de la popular actriz, cantante y presentadora cubana Aurora Basnuevo Hernández. Tenía 84 años de edad y era muy conocida por el personaje de Estelvina, en el programa Alegrías de sobremesa de la emisora Radio Progreso.
Compartimos una de las entrevistas que le realizara el
periódico Granma a esta mujer, que supo ganarse el amor de todo su pueblo.
Mario y Aurora: El secreto detrás del éxito.
Aurora Basnuevo y Mario Limonta no necesitan
presentación. Son genuinos artistas a los que el pueblo conoce, admira y
quiere desde hace más de 50 años. Poseen trayectorias tan espectaculares
como singulares entre los actores de su generación, pues —como pocos— han
conquistado el éxito en todos los medios y, especialmente, el respeto a fuerza
de trabajo y sacrificio. Acumulan en sus hojas de vida un sinnúmero de
premios nacionales y extranjeros, debido a la entrega de tantos años y a la
labor realizada, “no son regalados”, como bien dice Aurora.
En su apartamento del Vedado, escoltado por recuerdos,
fotografías y varios de los reconocimientos que han merecido, nos recibe este
matrimonio consolidado en el arte y en la vida, para iniciar una conversación a
tres bandas.
El diálogo fluye de manera natural, no podía ser de
otra forma cuando se habla con personas auténticas. Aurora es locuaz, regala
un trato casi familiar y asegura que es muy casera. “Los momentos libres se
los dedico a mi hijo y a mi casa”. Mario —en cambio— responde de manera
concisa pero sus palabras guardan un trasfondo de profunda sabiduría.
Acceden a revistar sus inicios e incluso, a mostrarnos
fotografías de su juventud y a hacernos testigos —al menos por unas horas— de
sus intensas vidas en el mundo de la actuación.
—AB: A mí la actuación me cogió de sorpresa. Yo vengo
del magisterio, con 17 años me gradué en la Escuela Normal de La Habana. Fui
maestra normalista durante muchos años y sigo siéndolo porque me gusta mucho
trabajar con los niños.
Ahora estoy en un proyecto que se llama El hombrecito
verde y el estar con los niños me tiene encantada.
“Yo cuando era joven me formé, además, como cantante y
me presenté en el programa de José Antonio Alonso. Me eligieron Estrella
Naciente y ahí conocí a Mario, nos enamoramos y nos casamos.
“Él era bastante celoso y no quería que estuviera
metida en cabarets y cosas nocturnas. Empecé a trabajar como maestra y él
continuó su carrera como actor. Estaba en el grupo Guernica del teatro
Nacional, yo iba a los ensayos y mirando uno aprende, yo no sabía que tenía
esa posibilidad.
“Un día, Cuqui Ponce de León, que era la directora del
Rita Montaner, se me acercó y me dijo
‘si tú fueras actriz yo te escogiera para mi grupo’. Entonces entré como
oyente para recibir las clases de Stanislavski en las mañanas, ensayo por la
tarde y actuación por la noche. Yo dejaba al niño en el círculo y me iba a dar las clases.
“Luego protagonicé Habitación 406 y Las yaguas;
fueron un éxito. Noté que tenía vis cómica porque la gente se reía cuando
estaba en el escenario, pero yo no sabía lo que era la actuación, en realidad,
soy actriz nata”.
—ML: Para mí la
actuación es mi forma artística de expresarme. Yo parto de una máxima de
Stanislavski que se llama el “Sí mágico”, si yo fuera, por ejemplo, un médico
trato de infórmarme cómo se mueve un médico, su personalidad.
“Lo que hago tiene que ser auténtico, el personaje
tiene que ser de verdad y no tengo preferencias, ni estamento social, a la hora
de interpretar cualquier papel.
“Yo en el teatro me hice actor, porque empecé en la
radio como recitador, después vine a La Habana, me presenté en el programa
de José Antonio Alonso y luego se me dio la oportunidad de trabajar como
actor al principio de la Revolución”.
—¿Por qué se les ve tan poco últimamente en la
televisión?
—ML: Primero por los años que ya tenemos, ves en las
telenovelas que salen dos o tres generaciones pero hay cuatro generaciones.
Esta telenovela que ahora se acabó fue una excepción. Segundo porque todavía
en la televisión cubana tenemos problemas para promover una mayor
diversidad racial, en este país que es un ajiaco.
—AB: Bueno, a mí me han dado personajes en
telenovelas y los he rechazado. En una ocasión me propusieron un papel de
esclava y lo rechacé. No me gusta que me encasillen y por eso no acepto papeles
de esclava, ni espiritista, ni santera, ni mucho menos ladrona. La única
esclava que he hecho es Dolores Santa Cruz, en el teatro.
—¿Ese tipo de estereotipos existen por igual en el
teatro, el cine y la televisión?
—AB: Creo que no. Ni el cine, ni el teatro.
—ML: He hecho un montón de películas y nunca he
tenido ese problema, pero en la televisión se ha acentuado sobre todo con el
tema de la edad, porque la población del país está envejeciendo y se debe
representar más en pantalla. Cuando era joven sí trabajé en muchas aventuras,
novelas y teatros ICRT.
—AB: Cuando él era joven protagonizó novelas, aventuras. Era un patrón
de prueba, un mulato de salir, hecho a mano y con dobladillo de oro. Pasé más
trabajo que él para lograr el éxito en la televisión, porque a las mulatas
las cogen para papeles de poca monta. Por eso te digo que es importante el
empeño de una actriz para que no la encasillen. Yo hice muchos musicales en la
televisión. Nosotros tuvimos todas las etapas que debíamos tener.
—Aurora, muy pocas mujeres se dedican al humor, ¿por
qué pasa eso?, ¿qué le parecen los programas humorísticos de ahora?
—AB: Veo que en las cosas de ahora falta el
costumbrismo, se hace el chiste por el chiste, y para que funcione el humor
todo tiene que ser orgánico y buscar un personaje que viva, que exista.
“Que otras mujeres no lo hagan depende también de
que los hombres se hayan volcado hacia el humor y no han dejado que las
féminas se desarrollen. Cuando viene una mujer al humor muchas veces viene
con la cosa del chiste por el chiste al
igual que los hombres y entonces ya no hay naturalidad. En los
teatros, con los grandes que yo tuve la suerte de trabajar, todos eran cómicos
pero muy naturales y eran capaces de desenvolverse en varios géneros. Nunca vi
una chabacanería y la gente se reía y disfrutaba.
“El problema en el caso de la televisión son los
guionistas, si no hay un buen guion no hay nada;? y, también, creo que hay
que darles la oportunidad a otras actrices que quizá no saben que tienen vis
cómica.
“Otras veces te catalogan como humorista
solamente, por eso me dediqué a tantas cosas. Pero te digo no es por
falta de talento, porque talento hay. Eso sí, hay que ser actor para hacer
humor, no cualquiera que se pare a hacer cuatro chistes chabacanos. Eso no
me gusta, además renuncio a eso”.
—ML: Mira si vamos a hablar de lo mejor del humor
que se hace ahora en TV, a mí me gusta el programa de Silva, Vivir del cuento,
porque es situacional; y si de chiste se trata me gusta el que sale los
domingos, A otro con ese cuento.
“Los jóvenes actores que ahora se inician en este
mundo deberían cultivarse y tratar de moverse dentro del pueblo como si fueran
uno más porque la fuente del humor, de la idiosincrasia, está en este pueblo
cubano que tiene formas muy particulares de expresarse”.
—Bueno, es imposible no hablar de Alegrías de
sobremesa, ¿qué representa para ustedes?
—ML: Yo soy, de los dos, el que menos tiempo lleva,
empecé en el 2002, pero Alegrías… es como un himno y además me dio la
oportunidad de trabajar con el último de los grandes humoristas de este país
que es Alberto Luberta, eso es un privilegio.
“Es un programa tan popular que a veces no hace falta
ni hacer televisión porque yo llevo ocho años sin hacer telenovelas, y sin
embargo la gente me sigue gracias a Alegrías de Sobremesa.
—AB: Alegrías… significa para mí llegar al pueblo y quedarme. Eso es
algo que todo artista quiere. Estervina es el personaje que más me ha
acompañado ¡50 años! y es producto de Alegrías… Eso también me ha
limitado, porque hay directores que ven la sombra de Estervina en cualquier
obra que hago, pero no es así.
“Ese programa es un compromiso con el pueblo. Soy la
única que queda activa de los fundadores, eso me da mucha tristeza . A veces
pienso ¡mira que han pasado buenos actores por ese programa!”.
—Ustedes han incursionado en todos los medios, ¿cuál
es el de su preferencia?
—ML: Me gustan todos, porque en todos tienes que ser
actor. En la radio parece que uno está leyendo pero hay que usar los mismos
mecanismos que cuando uno está actuando en el cine, la televisión o el teatro.
—AB: La radio es el medio más difícil, por eso hay
actores y gente que lo discrimina porque no lo saben hacer.
—¿Qué les queda por hacer como actores?
—ML: Lo que me queda es seguir haciendo un cubano
auténtico, y que la gente me siga queriendo, porque eso es fundamental. Yo hablo
mucho con la gente, nunca he perdido el contacto con el pueblo, ni nunca he
dejado de ser pueblo.
—AB: Podemos seguir trabajando de acuerdo con la edad
que tenemos y a los personajes que podemos hacer a partir de la imagen que
ahora tenemos. No creo que estemos para estar aquí sentados. Estamos jubilados
pero no descontinuados ni retirados.
—¿Cuán
importante es el aplauso del público?-
AB: Eso es lo más grande y sobre todo ese aplauso que
llega sin abrir la boca. Hemos ido a lugares que con nuestra sola presencia
sin decir ni un texto hay un público que nos aplaude y se pone de pie,
reconociendo nuestro trabajo. Yo me considero una artista realizada, igual
que él.
—Más allá de ser figuras emblemáticas de la
actuación cubana, son ejemplos también a seguir en la vida, ¿cuál es el
secreto para durar tantos años?
—AB: Aprender a sobrellevarse.
—ML: El amor y la tolerancia.
Por AMELIA
DUARTE DE LA ROSA/Granma. Año 2015
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