LA FAMILIA ES "GRAMÁTICA ANTROPOLÓGICA" DE LOS EFECTOS HUMANOS FUNDAMENTALES, PROCLAMA EL PAPA FRANCISCO
CIUDAD DEL VATICANO (24 Octubre 2022).- Al Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia recibido en audiencia, Francisco subrayó la necesidad de elaborar una visión cristiana que no se detenga en el vínculo conyugal, sino que llegue a reflexionar sobre la paternidad, la filialidad y la fraternidad de la experiencia familiar de toda la comunidad humana. La familia sigue siendo una "gramática antropológica" insustituible de los afectos humanos fundamentales.
La calidad del matrimonio y de la familia decide la
calidad del amor de la persona individual y los vínculos de la misma comunidad
humana. Por lo tanto, es responsabilidad tanto del Estado como de la Iglesia
escuchar a las familias, con vistas a una proximidad afectuosa, solidaria y
eficaz.
El Papa Francisco insta a las instituciones civiles y
eclesiales a cuidar de las familias, dirigiéndose a la comunidad académica del
Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y
la Familia, recibida en audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico,
y pide que se fomente "su vocación por un mundo más humano, es decir, más
solidario y más fraterno". Pidió que la familia sea custodiada, no
encarcelada, a hacerla crecer, y advirtió que hay que "tener cuidado con
las ideologías que se entrometen para explicar la familia desde un punto de
vista ideológico".
La familia no es una ideología, es una realidad. Y una
familia crece con la vitalidad de la realidad. Pero cuando las ideologías
vienen a explicar o barnizar a la familia, lo que ocurre es que todo se
destruye. Hay una familia que tiene esa gracia de hombre y mujer que se aman y
crean, y para entender la familia hay que ir siempre a lo concreto, no a las
ideologías. Las ideologías arruinan, las ideologías se entrometen para hacer un
camino de destrucción. Cuidado con las ideologías.
El
papel del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II
Cinco años después de su Carta Apostólica en forma de
Motu proprio Summa familiae cura, con la que establecía una nueva estructura
jurídica para el Instituto Pontificio fundado por el Papa Wojtyla, Francisco
recuerda que ha querido dar al organismo de la Universidad de Letrán "un
nuevo vigor y un desarrollo más amplio, para responder a los desafíos que surgen
en el inicio del tercer milenio", pero también para que tenga "la
competencia necesaria para discernir los valores relacionales propios de la
constelación familiar".
La
experiencia familiar de la comunidad cristiana
Sobre lo que la Iglesia está llamada a hacer por las
familias, el Pontífice explica, en primer lugar, que la teología debe
"elaborar una visión cristiana de la parentalidad, de la filialidad, de la
fraternidad -no sólo del vínculo conyugal- que corresponda a la experiencia
familiar, en el horizonte de toda la comunidad cristiana".
La cultura de la fe, en efecto, está llamada a
medirse, sin ingenuidad y sin asombro, con las transformaciones que marcan la
conciencia actual de las relaciones entre el hombre y la mujer, entre el amor y
la generación, entre la familia y la comunidad.
En este sentido, el Papa precisa que, precisamente por
ser pontificio, el Instituto Teológico Juan Pablo II debe "servir a la
Iglesia tras las huellas del ministerio de Pedro", por lo que insiste en
la necesidad de mirar la realidad actual del universo familiar.
La misión de la Iglesia exige hoy con urgencia la
integración de la teología del vínculo conyugal con una teología más concreta
de la condición familiar. Las turbulencias sin precedentes, que en estos
tiempos ponen a prueba todos los vínculos familiares, exigen un cuidadoso
discernimiento para captar los signos de la sabiduría y la misericordia de
Dios.
La
familia, "gramática antropológica"de los afectos humanos
fundamentales
Al considerar, por tanto, las razones de la crisis,
subraya Francisco, no hay que perder de vista "los signos consoladores, a
veces conmovedores, de las capacidades que siguen mostrando los vínculos
familiares: a favor de la comunidad de fe, de la sociedad civil, de la
convivencia humana", sobre todo "en los momentos de vulnerabilidad y
de coacción".
La familia sigue siendo una "gramática
antropológica" insustituible de los afectos humanos fundamentales. La
fuerza de todos los lazos de solidaridad y amor aprende sus secretos allí, en
la familia. Cuando esta gramática se descuida o se interrumpe, todo el orden de
las relaciones humanas y sociales sufre sus heridas. Y a veces son heridas
profundas, muy profundas.
Entregar
nuestra imperfección a Dios
El Papa recomienda entonces no esperar a que la
familia sea perfecta para cuidar su vocación y fomentar su misión. Explica que
"el matrimonio y la familia tendrán siempre imperfecciones hasta que
estemos en el Cielo", reitera la invitación a los matrimonios a hacer las
paces después de las disputas, porque así se superan las dificultades, y les
exhorta a entregar al Señor la imperfección "porque sacar de la gracia del
sacramento una bendición para la criatura a la que se le confía la transmisión
del sentido de la vida -no sólo de la vida física- es un 'posible' de
Dios".
Redescubrir
la alegría de la aventura familiar
Por último, el Pontífice señala que "en esta
sociedad llena de grietas", mucho depende de que se redescubra la alegría
de la aventura familiar "inspirada por Dios", por lo que concluye su
discurso invocando al Señor para que acompañe la pasión de la fe y el rigor de
la inteligencia de quienes están comprometidos en el Instituto Teológico Juan
Pablo II en la tarea de apoyar, cuidar y animar a la familia.
Por TIZIANA
CAMPISI/Vatican News
No hay comentarios.: