EN UN PARTIDO LOCO, CAMERÚN Y SERBIA SE REPARTEN UN PUNTO DE ESPERANZA EN EL QATAR 2022
BARCELONA (28 Noviembre 2022).- Además de por el partido, la tensión en el vestuario dirigido por Rigobert Song ya venía de antes, expulsado de la concentración el portero titular Onana por discrepancias con el seleccionador. Quizá por ello los africanos empezaron imprecisos el partido, más ordenados los balcánicos.
Mitrovic fue el primero en probar a una defensa camerunesa propensa al error de bulto. El delantero hizo una gran pared con Tadic, sentó a N’Koulou y disparó al palo. El del Fulham tampoco aprovechó la jugada cómica del partido. Despejó N’Koulou, rebotó en la cara de Castelletto y el rechace defectuoso de Tolo cayó en las botas de Mitrovic, que con todo a favor chutó fuera.
Los cameruneses
únicamente eran capaces de inquietar a su rival en jugadas aisladas, en ráfagas
que acostumbraban a acabar de manera imprecisa. Solo Kunde hizo intervenir al
portero serbio en el tramo inicial. Sin embargo, cuando más cerca parecía el
gol de los de Stojković, llegó el tanto de Camerún en un córner ‘regalado’ por
Serbia que remató en el primer palo N’Koulou y embocó en el segundo
Castelletto.
El marcador favorable
dio paso a los minutos de más dominio de los africanos, un espejismo que se
esfumó al filo del descanso. Sacó una falta vertical Tadic y Pavlovic, de 1,94
metros, cabeceó a la red. Los europeos aprovecharon la ola y se vino abajo
Camerún, encerrada en su área y pidiendo a gritos el entreacto. Milikonvic
Savic olió la fragilidad del rival y, tras un mal control de Anguissa, superó
con un disparo raso la estirada de Epassy.
Tras la reanudación,
Serbia prolongó sus buenas sensaciones ante un oponente atenazado, sin
respuesta, que volvió ser presa de sus errores en el tercer gol encajado.
Robaron el balón los balcánicos y jugaron a su antojo en la transición con una
defensa camerunesa desubicada, incapaces de fijar la marca. Finalmente Zivkovic
asistió a un Mitrovic que remató a placer.
Todo parecía perdido
para los de Song hasta que ingresó Aboubakar, un revulsivo que despertó a los
suyos y destapó las vergüenzas de una Serbia que no supo manejar la ventaja. El
delantero cogió la espalda de la defensa y superó al portero con una gran vaselina.
El VAR certificó el tanto, al límite del fuera de juego, y espoleó a una
Camerún que logró la igualdad en la siguiente jugada, en el minuto 66, tras
cazar otra vez a los balcánicos en el contragolpe. Esta vez Aboubakar asistió a
Choupo- Moting.
La mezcla de
emociones, de euforia en los africanos y decepción en los europeos, deparó un
tramo final loco, con constantes llegadas al área y con el centro del campo
como zona de paso. La ocasión más clara fue de Mirovic, que falló en el mano a
mano ante Epassy. Al final, un empate que fuerza a las dos selecciones a ganar
su último partido, Serbia ante Suiza y Camerún ante la temible Brasil.
Por CARLOS RUIZ/La Vanguardia
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