EN FASE FINAL DE CICLO CATEQUÍSTICO, EL PAPA FRANCISCO ADVIERTE: “EL DEMONIO SABE ENGAÑARNOS Y DISFRAZARSE DE ÁNGEL”
CIUDAD DEL VATICANO (14 Diciembre 2022).- El Papa Francisco preside la Audiencia General en el aula Pablo VI del Vaticano e invita a custodiar nuestro corazón y permanecer vigilantes de los demonios educados que “entran en nuestro corazón y al final comandan ellos nuestro alma”.
El Papa Francisco ha entrado en la fase final de su
ciclo de catequesis sobre el discernimiento, esta mañana ha pronunciado la
duodécima catequesis dedicada a este tema que inició el pasado 31 de agosto y
desde entonces nos ha regalado discursos hablándonos del ejemplo de san Ignacio
de Loyola, de los elementos del discernimiento como lo son la oración, el
conocerse a uno mismo, el deseo y el “libro de la vida”; pero también se ha
detenido en la desolación y la consolación. Hoy, en cambio, el Pontífice ha
querido hablar de “la actitud de la vigilancia”, una actitud que considera
“esencial” y “oportuna” “para que no se pierda todo el trabajo realizado para
discernir lo mejor y tomar la decisión correcta” ha asegurado.
El Papa ha explicado esta actitud como “la disposición
del alma de los cristianos que esperan la venida final del Señor; pero se puede
entender también como la actitud ordinaria para tener en la conducta de vida,
de forma que nuestras buenas elecciones, realizadas a veces después de un arduo
discernimiento, puedan proseguir de forma perseverante y coherente y dar
fruto”. De hecho, el Papa nos advierte de que “el riesgo está y es que el
“aguafiestas”, es decir el maligno, puede arruinarlo todo, haciéndonos volver
al punto de partida”, es más – dice – “estaros atentos a vigilar para custodiar
nuestro corazón y entender que pasa dentro”.
Tenemos
que custodiar siempre nuestra casa y nuestro corazón
El Papa Francisco explica que “si falta la vigilancia
es muy fuerte el riesgo de que se pierda todo” pues “no se trata de un peligro
de tipo psicológico, sino de tipo espiritual”. Además, recuerda que el maligno
“espera precisamente el momento en el que estamos demasiado seguros de nosotros
mismos, cuando las cosas van “en alza” y tenemos, como se dice, “el viento en
popa””.
De hecho, en la pequeña parábola evangélica que se ha
escuchado al principio de la Audiencia General, se dice que el espíritu impuro,
cuando vuelve a la casa de la que había salido, «la encuentra desocupada,
barrida y en orden» (Mt 12,44). “Todo está bien, todo está en orden, pero ¿el
dueño de la casa dónde está? No está. no hay nadie que la vigile, que la
custodia – dice el Papa – y este es el problema”.
Francisco hoy ha hecho hincapié precisamente en que
“tenemos que custodiar siempre nuestra casa y nuestro corazón” y “no estar
distraídos” ni “seguros de nosotros mismos” porque – dice – cuando estamos
demasiado seguros de nosotros mismos “perdemos la humildad de custodiar el
propio corazón”. “La vigilancia – continúa – es signo de sabiduría, es signo
sobre todo de humildad, porque tenemos miedo de caer, y la humildad es el
camino maestro de la vida cristiana”.
“Cuando confiamos demasiado en nosotros mismos y no en
la gracia de Dios, entonces el Maligno encuentra la puerta abierta.”
Estar
atentos a los demonios educados
Francisco hoy también nos advierte de los “demonios
educados” esos que “entran sin que te des cuenta, llaman a la puerta, son
educados, entran y al final comandan ellos en tu alma”. “Estaros atentos a
estos diablillos educados, al diablo educado, cuando finge de ser un gran
señor, porque entra con la nuestra para salir con la suya” explica el Papa, de
hecho – dice – “tantas veces nos ganan las batallas por esta falta de
vigilancia. Tantas veces el señor ha dado tantas gracias y al final no somos
capaces de perseverar en esta gracia y perdemos todo porque nos falta la
vigilancia. No hemos custodiado las puertas. Y luego hemos sido engañados de
alguno que viene educado, se mete dentro y ciao. El diablo tiene estas cosas”.
El
demonio sabe disfrazarse de ángel
Al final de la catequesis, el Santo Padre ha avisado
de que el diablo puede “disfrazarse de ángel” y por tanto es necesario
“permanecer vigilantes y custodiar la gracia que Dios nos ha dado”.
“Tú me puedes decir, cuando yo veo algún desorden yo
me doy cuenta inmediatamente que es el diablo, que es una tentación”. “Si –
dice el Papa – pero esta vez viene disfrazado de ángel, el demonio sabe disfrazarse
de ángel, entra con palabras corteses, te convence y al final la cosa es peor
que al principio”. Por tanto, su exhortación final es a “permanecer vigilantes
y custodiar nuestro corazón”.
Por MIREIA
BONILLA/Vatican News
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