EN VENEZUELA NAVIDAD SOLIDARIA A PESAR DE LA CRISIS Y LA POBREZA
CARACAS (21 Diciembre 2022).- En los últimos años, el mundo ha sido testigo de la situación tan negativa que ha vivido el país, en medio de una dialéctica política muy difícil y una crisis financiera sin precedentes, con migraciones masivas a otros países de la región. Los pobres han aumentado de forma espectacular, explica la subdirectora de la organización sin ánimo de lucro América Latina-Italia, Assunta Di Pino, que pide que los medios de comunicación vuelvan a cubrir Venezuela y relata una experiencia de sufrimiento.
En Venezuela, oficialmente República Bolivariana de
Venezuela, se espera la Navidad con la carga de espiritualidad y fe que
caracteriza al pueblo venezolano, pero también con la pesadez a nivel social de
años muy duros debido a la crisis económica y política. El jefe de Estado es
Nicolás Maduro desde 2013. En 2019 comenzó una etapa difícil en la que el
presidente fue desafiado por Juan Guaidó y las protestas y tensiones se
multiplicaron en el país.
Una
plataforma para el diálogo social
Tras diversos acontecimientos e implicaciones también
en términos de relaciones internacionales, el mes pasado, en Ciudad de México,
representantes del gobierno y de la oposición firmaron un acuerdo para hacer
frente a la emergencia humanitaria en el país. Se organizó una mesa redonda
social con tres representantes de ambas partes. Entre los temas en discusión se
encuentran los 3.000 millones de dólares en fondos estatales venezolanos que
han sido congelados por las sanciones financieras estadounidenses. Los fondos
serán supervisados por la ONU y se utilizarán para abordar prioridades
compartidas que hasta ahora incluyen la atención sanitaria, la nutrición infantil
y la rehabilitación de las infraestructuras básicas de Venezuela. Las partes
expresaron un compromiso renovado con la agenda inicial creada en agosto de
2021. En su declaración conjunta desde México, las partes acordaron continuar
las negociaciones sobre los puntos restantes de la agenda, que incluyen los
derechos políticos, el Estado de derecho, la reparación a las víctimas, el
levantamiento de las sanciones económicas y unas condiciones electorales
creíbles de cara a las elecciones presidenciales de 2024. Es probable que estas
conversaciones continúen en Caracas, y que México actúe más como plataforma
para anunciar los acuerdos finalizados. Se trata del quinto intento de diálogo
con mediación internacional en Venezuela en los últimos ocho años, tras
fracasar los anteriores.
Una
emergencia aún no superada
Ya no faltan alimentos ni medicamentos básicos, pero
los precios son muy caros para la mayoría de la población. Venezuela tiene
problemas, aunque no se hable de ella, como explica Assunta Di Pino, vicepresidenta
de la Asociación América Latina-Italia (Ali):
Después de la fase de gran atención por parte de los
medios de comunicación y de la ayuda llegada de muchas partes del mundo -dice
Di Pino-, hoy Venezuela parece olvidada, como si los problemas sociopolíticos
se hubieran acabado y la economía fuera bien. El país, según Di Pino, ha
desaparecido de los medios, pero la Nochebuena que vamos a vivir muestra la
misma inquietud que en los años comprendidos entre 2017 y 2019, cuando al menos
se hablaba del desastre de Venezuela. La atención internacional es crucial para
que la ayuda llegue a un país. Y la vicepresidenta de Ali admite que no
entiende por qué no parece haber voluntad política a nivel nacional, pero
también internacional, para cambiar las cosas, como sí la hay, dice, en otros
países latinoamericanos que atraviesan grandes dificultades.
Los
pobres y la "dolarización"
Es difícil entender por qué, a pesar de tantos
recursos naturales, Venezuela vive en una situación económica precaria.
Venezuela se considera un país en desarrollo con una economía basada
principalmente en la extracción, refinado y comercialización de petróleo y
otros recursos minerales. La agricultura tiene ahora poca importancia, mientras
que la industria se ha desarrollado de forma desigual en las últimas décadas.
Di Pino describe lo que denomina un proceso de "dolarización".
Significa que, para hacer frente a la grave crisis económica, se han inyectado
dólares en el circuito financiero, con la consecuencia -explica- de que hoy en
día muchos de los bienes disponibles pueden pagarse en dólares o euros. A este
respecto, Di Pino aclara que el coste de la gasolina ha pasado de unos pocos
céntimos a precios prácticamente iguales a los europeos, con la diferencia de
que los salarios no son comparables. En Venezuela existe la posibilidad de
utilizar plazas concertadas a precios acordes con el coste de la vida en el
país, pero Di Pino afirma que hay que hacer cola durante unos dos días antes de
poder acceder a ellas y esto causa enormes problemas a quienes trabajan.
La vicepresidente de la asociación informa de una
situación que ha cambiado en comparación con el escenario de escasez y
sufrimiento de años pasados, pero afirma que muy pocos pueden permitirse
comprar productos en los grandes y ultramodernos supermercados que han surgido
en el país, y en Caracas en particular. Di Pino subraya la dificultad de un
contexto social en el que prácticamente el bolívar ya no se utiliza para
gastar, pero los salarios fijos y las pensiones se pagan en bolívares. De
hecho, señala que, según estimaciones de Naciones Unidas, unos siete millones
de venezolanos necesitan ayuda humanitaria dentro del país y la crisis ha
llevado a otros siete millones a huir en los últimos años. Subraya que los
ricos del país son pocos y se han enriquecido en los últimos años, mientras que
los pobres se han multiplicado y la clase media ya no existe.
Una
explosión de solidaridad
Según Assunta Di Pino, la capacidad del pueblo
venezolano para ponerse en juego con generosidad es extraordinaria. Habla de
"un pueblo de corazón cálido y fuertes sentimientos" que "con
gran corazón y humanidad y un fuerte impulso espiritual dieron lo mejor de sí
mismos durante la crisis". Di Pino asegura que las iniciativas solidarias
se han multiplicado en el país: incluso gente muy sencilla echa una mano para
lo que puede en las estructuras que apoya, por ejemplo, la organización sin
ánimo de lucro América Latina-Italia. Muchos, dice, han acudido a pedir ayuda,
pero también muchos se han ofrecido y siguen ofreciéndose a dar una mano.
Tradiciones
ancestrales para la esperanza navideña
Di Pino destaca también la espiritualidad con la que
se vive la Navidad en Venezuela, que se palpa en la participación en actos
litúrgicos, pero también en el amor con el que se conservan tradiciones
ancestrales, como la que ve a los jóvenes patinar en grupos alrededor de la
iglesia donde luego participarán en la novena o misa de Navidad. Una manera
peculiar de vivir de forma comunitaria también la preparación de los momentos
de oración.
Por FAUSTA
SPERANZA/Vatican News


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