MAGNUS CARLSEN GANA EL ORO TRAS UN ERROR GARRAFAL, EL NORUEGO RECUPERA LA CORONA DE LA MODALIDAD RÁPIDA, SU PREFERIDA, CINCO MESES DESPUÉS DE RENUNCIAR AL TÍTULO DEL AJEDREZ CLÁSICO
IRÚN (28 Diciembre 2022).- Optimizar su rendimiento cuidando cada detalle para demostrar que sigue siendo el mejor es la nueva obsesión de Magnus Carlsen tras renunciar al título mundial de ajedrez clásico porque no soporta el riesgo de perderlo. Todo iba según su guión en las diez primeras rondas del Mundial de Rápidas en Almaty (Kazajistán). Pero cayó en la 11º por un error táctico elemental, lo que le obligó a ganar la última (13ª) bajo tensión extrema, con brillantez, para recuperar la corona en su modalidad preferida.
“Ganar la última partida a vida o muerte es siempre un
reto muy difícil, incluso para alguien muy experimentado como yo. Y más aún
cuando lograr este título era un objetivo esencial para mí tras renunciar al de
ajedrez clásico. La presión psicológica era enorme, pero la partida me ha
salido redonda”, explicó Carlsen en la sala de prensa unos minutos después de
su triunfo. Antes tuvo que esperar a que el francés Maxime Vachier-Lagrave
arrancase un empate al límite -estaba perdido- ante el portento alemán Vincent
Keymer, de 18 años, quien estuvo cerquísima de provocar un desempate relámpago
con el noruego.
Carlsen anunció el pasado julio su renuncia al título
mundial de partidas lentas, que ostenta desde 2013, a pesar de que la
Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), le ofreció diversas maneras de
acelerar el ritmo de juego de la final, como él había pedido desde 2018. Pero
su verdadero problema no era ese. Lo que el todavía campeón ya no soporta es la
mera posibilidad de perder el trono, de ser el derrotado en un duelo agotador
de tres semanas que, además, exige varios meses de dedicación absoluta para
prepararlo. Por eso dijo que no, a pesar de que la FIDE estaba dispuesta a sacrificar
la secular tradición del ajedrez -el juego que se practica hoy como deporte
organizado en 199 países se creó en España a finales del siglo XV, y sus
antecedentes tienen más de 1.500 años de historia- en el altar del pragmatismo,
el espectáculo y los derechos de televisión y de retransmisión en directo por
internet.
De ahí que este viaje a Kazajistán en porfía de una
doble corona (el Mundial Relámpago, con unos cinco minutos por jugador y
partida, se disputa este jueves y viernes) fuera planificado por su padre y
representante, Henrik, con toda minuciosidad. Aunque Henrik no pudo contestar a
la petición de detalles de este periódico por encontrarse “muy enfermo”, lo que
se conoce de su forma de trabajar en años anteriores permite asegurar que todo
se preparó al milímetro: el entrenamiento durante las semanas anteriores, los
vuelos, el hospedaje, la comida, el horario (Magnus solo se levanta antes del
mediodía por causa de fuerza mayor, con el fin de no malgastar ni un átomo de
la energía que necesitará por la tarde en las partidas), los métodos de
concentración, etcétera. “Lo que más me preocupa en esta nueva etapa de mi
carrera deportiva es hacer todo lo que esté en mi mano para que mi rendimiento
sea el máximo posible”, ha explicado el escandinavo en entrevistas recientes.
Todo fue a pedir de boca en Almaty para Carlsen los
dos primeros días: el lunes, cuatro victorias seguidas (la última, frente al
campeón de 2021, el prodigioso uzbeko Nodirbek Abdusattórov, de 18 años, en una
partida magnífica) y un empate ante uno de los nuevos astros indios, Arjun Erigaisi,
de 19. El martes empezó ganando al neerlandés Jorden van Foreest, empató con
dos rusos durísimos, Vladímir Fedoséiev y Danil Dúbov, y acabó ganando a un
georgiano especializado en la modalidad rápida (15 minutos iniciales por
jugador más diez segundos tras cada movimiento), Giga Quparadze. Y la dicha se
prolongó durante una ronda más este miércoles, la 10ª, en la que doblegó al
citado portento Keymer.
Pero entonces llegó el momento de constatar que el rey
del ajedrez es humano: en una posición muy igualada frente al ruso Vladislav
Artémiev, el noruego cometió un error táctico de aficionado flojo, y perdió. Y
a continuación sufrió para arañar medio punto al estadounidense Fabiano Caruana
en posición inferior. Pero cuando los grandes campeones del deporte deben
confirmar que están en un nivel por encima de los demás, Carlsen reconquistó el
trono del ajedrez rápido con gran brillantez.
Niemann
yerra y se hunde
Hans Niemann ha confirmado en el Mundial de Rápidas
que su talento es tan grande como la inestabilidad de su carácter. El
controvertido estadounidense, de 19 años, acusado por Carlsen sin pruebas de
hacer trampas en septiembre, estuvo cerca de los líderes hasta la 10ª ronda
(invicto, tres victorias y cinco empates). Pero cayó ante el chino Yu, malogró
una fácil posición ganadora frente al ruso Yesipenko y se hundió por completo:
tres derrotas seguidas con un juego horroroso en las últimas rondas para terminar
en el puesto 100 de 178.
Niemann ha
demandado a Carlsen por más de 400 millones de dólares ante un tribunal del
estado de Misuri (EEUU). El morboso y esperado enfrentamiento entre ambos con
un tablero en el medio tendrá que esperar. Pero el Mundial de Rápidas no ha
necesitado de esa pimienta para ser apasionante. Sobre todo, gracias a las
jóvenes estrellas, como el alemán Keymer (18 años), el uzbeko Abdusattórov
(18), los indios Erigaisi (19) y Sarin (18) y el ruso Murzin (16; juega con la
bandera de la FIDE). La china Tan ganó el Mundial Femenino.
Clasificación final: 1º Carlsen 10 puntos; 2º-3º Keymer y Caruana 9,5; 4º Dúbov, Erigaisi, Fedoséiev, Artémiev y Rapport 9; 31º Antón (España) 8; 81º Vallejo (España) 7.
Por LEONTXO GARCÍA/El País.com
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