TENISTAS NOVAK DJOKOVIC Y STÉFANOS TSITSIPÁS A LA FINAL EN EL ABIERTO DE AUSTRIALIA
MELBOURNE (27 Enero 2023).- Pase lo que pase este domingo, Carlos Alcaraz (19) perderá el liderato del circuito ATP.
Quien gane la final del Open de Australia, Novak
Djokovic o Stéfanos Tsitsipás, se aupará al número 1.
La noticia es particularmente dolorosa para el tenis
español, y más lo será aún si se impone el serbio: en ese caso, Djokovic
alcanzaría los 22 títulos grandes, tantos como los que luce Rafael Nadal (36),
plusmarquista en solitario en el circuito masculino.
(El récord absoluto está en poder de Margaret Court,
con 24).
Así que Djokovic vislumbra la posibilidad de matar dos
pájaros de un tiro.
Y por eso, nada más apabullar a Tommy Paul en el Rod
Laver Arena (7-5, 6-1 y 6-2), saca pecho y le dice a Jim Courier, el speaker
del torneo:
-Ganar Grand Slams y ser el número uno del mundo son
los dos sueños de un tenista, así que...
¡Quién se lo hubiera dicho hace un año cuando,
defenestrado y señalado, se veía expulsado de Australia por haber entrado en el
país sin haberse vacunado!
¡Cuando nos preguntábamos si recuperaría el permiso
para regresar a Australia, y se cuestionaba su carrera deportiva, pues los
organizadores de Wimbledon y el US Open debatían acerca de la posibilidad de
vetar al serbio también, tal y como habían hecho los australianos!
Cuando le preguntan por el duelo definitivo ante
Tsitsipás (horas antes, el griego se había deshecho de Karen Jachánov, por 7-6
(2), 6-4, 6-7 (6) y 6-3), Djokovic dice:
-Es un rival temible, ha jugado varias semifinales del
Grand Slam, aunque le falta estar en una final.
-¡Si se enfrentó a usted en la final de Roland Garros
del 2021! -le corrige la prensa desde la platea.
-Wow, wow, disculpas. No lo recordaba.
Cuando le comentan ese pasaje a Tsitsipás, el griego
se contiene durante unos segundos.
Piensa y guarda silencio, y al cabo de un rato,
jocoso, responde:
-Yo tampoco recuerdo aquella final...
Pues, para Tsitsipás, esta es la hora de
reivindicarse.
Tiene 24 años y forma parte de la Next Gen, aquel
grupo de jóvenes que, en su momento, se había atrevido a retar al Big Three
(Federer, Nadal, Djokovic), casi siempre en vano.
Medvedev, Zverev, Auger-Aliassime, Tiafoe, Rublev,
Shapovalov, el mismo Tstisipás... todos ellos han salido malparados, quijotes
peleando con los poderosos molinos de viento, quijotes aplastados por los tres
genios y embotellados por la generación que llega desde atrás, la de Alcaraz,
Sinner, Korda o Rune.
Tsitsipás ha disparado muchas veces al palo, van tres
semifinales de un Grand Slam y, con la de mañana, dos finales más, un saldo que
le acerca a los mejores, posibilidad que le agarrota.
-Me recuerdo a mí mismo de crío, viendo por televisión
alguna final de un Grand Slam, diciéndome: 'Yo también quiero estar ahí algún
día'. Me encanta recrear ese sentimiento. Para llegar hasta aquí, el viaje ha
sido largo. Para conseguirlo, tienes que superar unos pasos. Pero siempre he
creído en mí. Al fin y al cabo, es mi ego el que habla. Lo tienes o no, ¿me
entiende? Y desde que era un niño, siempre he creído en mí.
Le preguntan:
-¿Se siente usted en condiciones de pelearle la
victoria a Djokovic?
-Estoy jugando un gran tenis, disfrutando conmigo
mismo. No veo tantos bajones o negatividad en mi juego, incluso aunque no
funcionen las cosas. No puedo estar más preparado.
Ese es su sentimiento.
Otra cosa es la estadística, que juega en su contra.
En sus cara a cara particulares, Djokovic se encuentra
10-2 arriba (9-0 en los últimos nueve enfrentamientos). El serbio ha ganado sus
últimos 27 partidos en el Open de Australia, más que nadie en la historia del
torneo. Y se ha adjudicado el título en nueve ocasiones. Y en este 2023 se
muestra intratable. En su recorrido hacia la final, solo ha entregado un set,
en la segunda ronda, ante el francés Couacaud.
Por SERGIO
HEREDIA/La Vanguardia
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