NO CALLAR ANTE LA PLAGA DE LAS MUJERES VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA; EL LLAMADO DEL PONTÍFICE DE ROMA
CIUDAD DEL VATICANO (11 Marzo 2023).- Dar voz a las mujeres, víctimas de abusos y maltratos. Al recibir en el Vaticano a los participantes en el encuentro promovido por la "Strategic Alliance of Catholic Research Universities", SACRU, y la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice, el Papa Francisco condenó la discriminación de las mujeres en el trabajo, a menudo debida a la maternidad, y alabó el heroísmo de tantas "mujeres de la puerta de al lado".
Desde hace demasiado tiempo las mujeres han sido el
primer “material de descarte" y "es usada", víctima de
violencias y abusos. Francisco piensa en las numerosas y persistentes
discriminaciones en el trabajo, a menudo debidas a la maternidad, en la
diferencia salarial entre los dos sexos, pero también en el heroísmo de tantas
mujeres anónimas, las de la puerta de al lado, que constituye la "fuerza
silenciosa de nuestros días". "La diversidad", advirtió,
recordando la importancia de una mayor inclusión, "nunca debe traducirse
en desigualdad, sino en una acogida agradecida y recíproca".
Ser
la voz de las mujeres víctimas de abusos
La ocasión la brindó al Papa la presentación del
volumen, del que Francisco redactó el prefacio, "Más liderazgo femenino
para un mundo mejor. El cuidado como motor de nuestra casa común" por
parte de unos noventa miembros de la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice y
de la red de universidades católicas SACRU, a quienes recibió en la Sala
Clementina.
"Toda persona debe ser respetada en su dignidad y
en sus derechos fundamentales", reiteró el Papa, pensando en el drama de
la violencia contra las mujeres.
No podemos permanecer callados ante esta lacra de
nuestro tiempo. No dejemos sin voz a las mujeres víctimas de abusos,
explotación, marginación y presiones indebidas. Seamos la voz de su dolor y
denunciemos con firmeza las injusticias a las que son sometidas, a menudo en
contextos que las privan de toda posibilidad de defensa y de rescate.
La
inclusión, un principio sagrado
El claro rechazo del Obispo de Roma a cualquier forma
de discriminación contra las mujeres, así como contra otras categorías débiles
de la sociedad. De ahí su llamamiento a "caminar juntos integrando a
todos, "especialmente a los más frágiles desde el punto de vista
económico, cultural, racial, religioso y de género":
Nadie debe quedar excluido: éste es un principio
sagrado. De hecho, el proyecto de Dios Creador es un proyecto
"esencialmente inclusivo", que pone en el centro precisamente a
"los habitantes de las periferias existenciales"; es un proyecto que,
como hace una madre, mira a sus hijos como a los dedos diferentes de una misma
mano.
Las
mujeres y el bien común
La contribución de la mujer al bien común es
insustituible e innegable en este sentido según el Pontífice, puesto que así lo
demuestran las mujeres de la Sagrada Escritura, decisivas en momentos
determinantes de la historia de la salvación; o incluso en la historia de la
Iglesia, figuras como Catalina de Siena, Josefina Bakhita, Edith Stein, Teresa
de Calcuta, "impresionantes por su determinación, valentía, fidelidad,
capacidad de sufrir y transmitir alegría, honestidad, humildad y
tenacidad".
También vuelven a la mente de Francisco muchos
ejemplos de heroísmo cotidiano vivido en la clandestinidad, el recuerdo va a
las muchas mujeres que el entonces padre Bergoglio conocía en el autobús que
iba a la cárcel de Buenos Aires: el noventa por ciento de las personas que
visitaban la prisión eran mujeres. Las mamás son la fuerza silenciosa de
nuestros días, según el Papa, que cuenta también la historia de otra mujer. Era
de condición humilde, sin marido, vivía en una casa muy pequeña, y todas las
mañanas salía a limpiar. Antes de cerrar la puerta volvía los ojos hacia su
hijo dormido en la cama del comedor, tras la borrachera de la noche anterior.
La mirada constante y cotidiana de la madre cambió con el tiempo el corazón del
muchacho.
Nuestra historia está literalmente tachonada de
mujeres así, tanto las famosas como las desconocidas – ¡pero no para Dios! –
que hacen avanzar a las familias, a las sociedades y a la Iglesia. Lo notamos
incluso aquí, en el Vaticano, donde las mujeres que "trabajan duro",
incluso en funciones de gran responsabilidad, son ahora muchas.
Mente,
corazón y manos. Una síntesis femenina
Asimismo, en un momento de profundas transformaciones,
ante cambios de época como el progresivo y rápido desarrollo de la inteligencia
artificial, las mujeres – según el Papa – pueden ayudar a la humanidad a no
decaer y tienen mucho que decir gracias a su capacidad de sintetizar los tres
lenguajes de la mente, el corazón y las manos.
Es una síntesis propia sólo del ser humano y que la
mujer encarna de un modo maravilloso, como ninguna máquina podría lograr,
porque no siente latir en su interior el corazón de un niño que lleva en su
seno, no se derrumba, cansada y feliz, junto al lecho de sus hijos, no llora de
dolor y de alegría al compartir las penas y las alegrías de las personas que
ama.
Francisco agradeció a los participantes en esta
audiencia y elogió el volumen que se le presentó, "fruto de una notable
variedad de contribuciones" y de la "colaboración hasta ahora inédita
entre Universidades de todo el mundo y una Fundación vaticana enteramente
laica". "Una nueva modalidad – subrayó – en la que la riqueza de los
contenidos deriva de la aportación de experiencias, competencias y modos de
sentir complementarios”. La multidisciplinariedad, la multiculturalidad, el
compartir sensibilidades diferentes son de hecho, según el Papa, "valores
importantes no sólo para un libro, sino para un mundo mejor".
Por PAOLO
ONDARZA/Vatican News
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