ALBERTO FERNÁNDEZ, PRESIDENTE DE ARGENTINA NO BUSCARÁ LA REPOSTULACIÓN
BUENOS AIRES, Argentina (21 Abril 2023).- El peronista Alberto Fernández no buscará su reelección como presidente de Argentina.
“El 10 de diciembre entregaré la banda presidencial a quien haya sido elegido en las urnas por el voto popular. Trabajaré para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político”, ha dicho este viernes Fernández en un video de siete minutos donde su voz se escucha sobre imágenes que lo muestran en gestión. La decisión del presidente abre un nuevo panorama electoral en Argentina. El kirchnerismo llevaba meses exigiendo a Fernández que se bajase de la carrera para allanar el camino a figuras emergentes con mejor imagen. La gestión de Fernández tiene un 70% de desaprobación en las encuestas, lastrada por la peor crisis económica desde el colapso general de 2001.
“Mi decisión”, ha titulado Fernández el video. No ha
sido explícito en su renunciamiento, pero lo ha dejado claro. “No tengo en el
Frente de Todos un solo adversario. Dije que volvíamos para ser mejores. Para
eso debemos democratizar el espacio”, ha dicho Fernández, en alusión a la pelea
que desde hace dos años mantiene con su vicepresidenta, Cristina Kirchner. El
divorcio del binomio presidencial paraliza desde hace dos años la gestión y
alimenta una crisis económica que amenaza la gobernabilidad. La indecisión de
Fernández sobre su posible candidatura, según el kirchnerismo, no hacía más que
entorpecer la búsqueda de soluciones.
El presidente está bajo fuego amigo, mientras la
crisis política y económica se agrava cada día. El dato de inflación de marzo,
del 7,7%, fue el viernes pasado un durísimo golpe a sus promesas de
estabilidad. Esta semana perdió, además, a su jefe de asesores, Antonio Aracre,
a solo dos meses de haberlo nombrado. Aracre cayó en medio de rumores de que
buscaba reemplazar al ministro de Economía, Sergio Massa, un hombre poderoso
que está al frente de una de las tres corrientes peronistas que integran el
Frente de Todos.
El ruido político terminó por derrumbar aún más el
peso frente al dólar. La cotización en el mercado paralelo, no regulado por el
Estado, subió desde los 408 a los 432 pesos por unidad en solo cuatro días. El
Banco Central debió salir al rescate con una nueva suba de las tasas de interés,
hasta el 81%, mientras que Economía cerró aún más el cepo que rige para la
salida de dólares al exterior.
Sin Fernández, no habrá en las papeletas de octubre
ninguno de los nombres que han controlado la política argentina desde 2003.
Cristina Kirchner se bajó de la carrera presidencial en diciembre pasado, tras
ser condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua en una causa por
corrupción. El expresidente Mauricio Macri hizo lo propio hace un mes, con el
argumento de que era el momento de una renovación generacional en Juntos por el
Cambio, la principal alianza opositora.
Fernández ha querido dar a su renunciamiento la
dimensión de una gesta. En su discurso achacó a la pandemia, la guerra en
Ucrania y, ahora, a la sequía, que las cosas no hubiesen salido como todos
esperaban. Por eso dijo, sin autocrítica alguna, que prefería abocarse a
resolver los problemas antes que a una puja partidaria por el poder. “Como
militante peronista siempre supe que primero estaba la patria, después el
movimiento y por último, los hombres. Es por eso que voy a cumplir con esta
escala de prioridades. El contexto económico obliga a dedicar todos mis
esfuerzos a atender los difíciles momentos que atraviesa la Argentina”, dijo
Fernández.
“Primero la patria”, tuiteó la vocera del presidente,
Gabriela Cerruti. El canciller, Santiago Cafiero, consideró que el
renunciamiento fue “una responsabilidad histórica y un compromiso con la unidad
del peronismo”. Cerruti y Cafiero son dos de los pocos altos funcionarios que
aún responden sin matices al presidente dentro del Gabinete.
La elección del candidato del Frente de Todos saldrá
de las elecciones primarias y obligatorias previstas para agosto. Es tradición
del peronismo que el presidente busque su reelección, como ya lo hicieran en el
pasado Carlos Menem (1989-1999) y Cristina Kirchner (2007-2015). Fernández
coqueteó con la idea de su candidatura en un último esfuerzo por plantarse ante
el kirchnerismo. Ha perdido ahora esa carta y solo le resta evitar al menos que
el barco se hunda antes de diciembre, cuando termina su mandato.
El peronismo, en cualquier caso, esperaba la
definición presidencial para apurar la carrera por la sucesión. Solo el
excandidato Daniel Scioli, de buen diálogo con todos los sectores del
peronismo, estaba lanzado. En el kirchnerismo la situación política es más
complicada luego de que Cristina Kirchner se bajara de la pelea. Todas las
miradas apuntan al ministro de Interior, Eduardo de Pedro, el hombre de
Kirchner en el Gabinete. “Es un paso necesario para comenzar a ordenar el
peronismo, para darle la vitalidad y el orden necesario para volver a soñar”,
dijo De Pedro.
La oposición, mientras tanto, padece sus propias
miserias fratricidas. Como se consideran ganadores en octubre, la pelea por la
candidatura presidencial tiene visos de definitiva. De las primarias de agosto,
especulan, saldrá el nombre del futuro presidente. Este viernes acordaron una
tregua y se lanzaron con una sola voz contra Fernández. “Es una muestra más del
fracaso de este Gobierno y de todo el kirchnerismo”, dijo el jefe de Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. “El Gobierno no puede
remontar con ningún candidato este caos social y económico”, se sumó Gerardo
Morales, también precandidato presidencial y gobernador de la provincia de
Jujuy (norte).
El peronismo tiene aún ocho meses de Gobierno por
delante, obligado a capear la peor crisis económica desde aquella del
corralito. En el camino deberá encontrar al candidato o candidata que evite una
catástrofe electoral que se avizora sin precedentes.
Por FEDERICO RIVAS MOLINA/El País
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