"SOMOS UNA NACIÓN EN DECADENCIA", AFIRMA DONALD TRUMP POR ACUSACIÓN DE RADICARLE CARGOS MAL MANEJO DOCUMENTOS CLASIFICADOS EN SU FINCA DE FLORIDA

WASHINGTON (9 Junio 2023).- Donald Trump dijo el jueves que fiscales federales se aprestan a radicarle cargos por el mal manejo de documentos clasificados en su finca de Florida, un hecho notable que lo convierte en el primer expresidente en la historia de Estados Unidos en enfrentar cargos criminales por el gobierno federal que una vez supervisó.

A los 20 minutos de su anuncio, Trump, que dijo que debía comparecer ante el tribunal el martes por la tarde, comenzó a recaudar fondos para su campaña presidencial de 2024. A través de un vídeo en su red social TruthSocial, Trump declaró su inocencia y repitió su conocido estribillo de que la investigación es una "caza de brujas".

"Lamentablemente, somos una nación en decadencia. Y aún así, van por un presidente popular, un presidente que obtuvo más votos que cualquier presidente en la historia de nuestro país. Y quien salió mucho mejor en las elecciones la segunda vez que la primera. Y van tras él por un engaño", expresó Trump en su discurso de unos cuatro minutos. "Y no pueden parar porque es interferencia electoral al más alto nivel. Nunca ha habido nada como lo que está pasando ahora. Soy un hombre inocente, soy una persona inocente", añadió.

Durante su monólogo, el expresidente también repitió las alegaciones de que su contrincante y ex candidata a la presidencia, Hillary Clinton, y los demás demócratas planifican una persecución en su contra debido a que, según él, es el candidato preferido de los estadounidenses para las elecciones de 2024.

La acusación contra Trump tiene graves consecuencias jurídicas, incluida la posibilidad de ir a la cárcel si es declarado culpable.

Pero también tiene enormes implicaciones políticas, ya que puede dar al traste con unas primarias presidenciales republicanas que Trump dominaba y poner a prueba de nuevo la voluntad de los votantes del Partido Republicano y de los líderes del partido de apoyar a un candidato acusado dos veces y que podría enfrentarse a más cargos. Y prepara el escenario para un juicio sensacional centrado en las afirmaciones de que un hombre al que una vez se le confió la salvaguarda de los secretos más celosamente guardados de la nación acaparó deliberada e ilegalmente información sensible de seguridad nacional.

El Departamento de Justicia no confirmó de inmediato la acusación públicamente. Pero dos personas familiarizadas con la situación que no estaban autorizadas a discutirla públicamente dijeron que la acusación incluía siete cargos criminales. Una de esas personas dijo que los abogados de Trump fueron contactados por los fiscales poco antes de que anunciara en su plataforma Truth Social que había sido acusado.

El caso se suma al creciente peligro legal para Trump, que ya ha sido acusado en Nueva York y se enfrenta a investigaciones adicionales en Washington y Atlanta, que también podrían dar lugar a cargos penales. Pero entre las diversas investigaciones a las que se enfrenta, los expertos legales -así como los propios ayudantes de Trump- habían considerado durante mucho tiempo la investigación de Mar-a-Lago como la amenaza más peligrosa y la más madura para el enjuiciamiento. Los asesores de campaña se habían estado preparando para las consecuencias desde que se notificó a los abogados de Trump que él era el objetivo de la investigación, asumiendo que no era una cuestión de si se presentarían cargos, sino de cuándo.

En su comparecencia del jueves por la noche en la CNN, el abogado de Trump, James Trusty, dijo que la acusación incluye cargos de retención intencionada de información de defensa nacional -un delito tipificado en la Ley de Espionaje, que regula el manejo de secretos gubernamentales-, obstrucción, declaraciones falsas y conspiración.

La investigación dio un gran paso adelante el pasado mes de noviembre, cuando el fiscal general Merrick Garland, un ex juez federal de voz suave que lleva mucho tiempo afirmando que ninguna persona debe ser considerada por encima de la ley, nombró a Jack Smith, un fiscal de crímenes de guerra con una reputación agresiva y dura, para dirigir tanto la investigación de los documentos como una investigación separada sobre los esfuerzos para subvertir las elecciones de 2020.

El caso supone un hito para un Departamento de Justicia que había investigado a Trump durante años -como presidente y como ciudadano privado-, pero que nunca antes le había acusado de un delito. La investigación más notable fue una investigación anterior del abogado especial sobre los vínculos entre su campaña de 2016 y Rusia, pero los fiscales en esa investigación citaron la política del Departamento de Justicia contra la acusación de un presidente en ejercicio. Sin embargo, una vez que dejó el cargo, perdió esa protección.

La acusación surge de una investigación de un mes sobre si Trump violó la ley al retener cientos de documentos marcados como clasificados en su propiedad de Palm Beach, Mar-a-Lago, y si Trump tomó medidas para obstruir los esfuerzos del gobierno para recuperar los registros.

Los fiscales han dicho que Trump se llevó unos 300 documentos clasificados a Mar-a-Lago después de abandonar la Casa Blanca, incluidos unos 100 que fueron incautados por el FBI el pasado agosto en un registro de la casa que subrayó la gravedad de la investigación del Departamento de Justicia. Trump ha insistido repetidamente en que tenía derecho a conservar los documentos clasificados cuando abandonó la Casa Blanca, y también ha afirmado sin pruebas que los había desclasificado.

Los registros judiciales desvelados el año pasado mostraron que los investigadores federales creían tener causa probable de que se habían cometido múltiples delitos, incluida la retención de información de defensa nacional, la destrucción de registros gubernamentales y la obstrucción a la justicia.

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