En casi todas las actividades, cuando hay un choque de posiciones y no se visualiza una solución o salida, se produce un tranque y regularmente se recurre a lo que han denominado un "bajadero".
En el ambiente político se utiliza mucho este término y ya hay, quienes se han convertido en unos expertos en esa materia, de buscar un "bajadero", a los conflictos y desacuerdos.
Aunque no siempre se obtienen los resultados esperados, los bajaderos constituyen bálsamos que alivian y dan cierto respiro, en lo que se encuentra o se define algo que pone fin a un impasse entre las partes enfrentadas.
En estos días en que los partidos políticos están inmersos en la escogencia de los candidatos para los diferentes cargos electivos de los comicios de febrero y mayo del 2024, los "bajaderos" se ponen de moda.
Son tantas las triquiñuelas y travesuras las que hacen los dueños de los partidos, tanto los que están en el gobierno para quedarse, como las que se ingenian los de la oposición para llegar al poder, apelando al aforismo de que ellos, no son ni buenos, ni malos; que ellos solo son políticos, y así las cosas, todo se vale.
En ese trajín, no quieren, que "vuelvan a soplar los vientos" al extremo de comerse hasta un "tiburón podrido,"no sin antes advertirnos, que no debemos mirar hacia atrás, conscientes, por demás, de que el honor y los principios son parte del mercado electoral.
Y si algo sale mal, le buscamos "un bajadero."
Por LEONARDO CABRERA DIAZ
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