EN EL G-20 LÍDERES LLEGAN A UN CONSENSO PARA EMITIR UNA DECLARACIÓN CONJUNTA QUE DEJA A UN LADO ALGUNAS DIFERENCIAS SOBRE EL TEMA EN QUE MÁS DIFIEREN: LA GUERRA EN UCRANIA
NUEVA DELHI (9 Septiembre 2023).- "Una Tierra. Una familia. Un futuro". India rebuscó en un antiguo texto sánscrito para sacar este lema de cara a la cumbre del G-20. Unas palabras que aparecen en grandes carteles repartidos por toda Nueva Delhi y cuyo mensaje de unidad está muy alejado de la realidad que enfrenta una cumbre más dividida que nunca. Pese a todo, el anfitrión de la reunión, el primer ministro Narendra Modi, anunció el sábado que "existe un consenso" entre los líderes para emitir una declaración conjunta que deja de lado algunas diferencias sobre el tema en el que más difieren: la guerra en Ucrania.
El G-20, un día antes de lo esperado, publicó un
comunicado conjunto de 37 páginas que aborda distintos temas, empezando por la
guerra en Ucrania: reitera el apoyo a la resolución de la ONU que se opone a la
agresión de Rusia, pero la declaración es mucho más suave que la del año
pasado.
En la cumbre de 2022 en Bali, el grupo aseguró que
"deplora en los términos más enérgicos la agresión de la Federación Rusa
contra Ucrania y exige su retirada completa e incondicional del territorio de
Ucrania". En Delhi, los líderes han evitado usar estos términos. Ni
siquiera piden la retirada de las tropas rusas.
En referencia a la guerra, el documento señala que
"todos los estados deberían abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza
para buscar adquisiciones territoriales contra la integridad territorial y la
soberanía o la independencia política de cualquier estado". En ningún
momento se señala explícitamente el ataque ruso, a diferencia del año pasado.
"Bali era Bali y Nueva Delhi es Nueva Delhi. No
hay que tener una visión teológica sobre esto. La declaración responde a las
preocupaciones y la situación de hoy, del mismo modo que la declaración de Bali
respondió a la situación del año pasado", justificaba en rueda de prensa
el ministro de Asuntos Exteriores de la India, Subrahmanyam Jaishankar.
En la previa del maratón de reuniones hubo mucho ruido
sobre si podría ser la primera vez que no hubiera documento final en una cumbre
del G-20. "Moscú bloqueará la declaración final si no refleja su
posición", fue el órdago que lanzó hace unos días el enviado ruso a Delhi,
el ministro de Exteriores Serguéi Lavrov. Algunos analistas creen que
finalmente el grupo ha cedido a las presiones de Moscú, que contaba con el
respaldo de Pekín, para rebajar el tono en el comunicado final.
Con Vladimir Putin escondido de nuevo en el Kremlin
para evitar el escrutinio internacional, no había duda que la invasión rusa de
Ucrania marcaría buena parte de de la agenda del fin de semana. De esto era muy
consciente el primer ministro Narendra Modi, cuya creciente influencia geopolítica
se ponía a prueba para buscar un consenso y lanzar una declaración con una sola
voz. Aunque no lo ha tenido fácil
Mientras los líderes de Occidente apostaban por una
contundente y dura condena al ataque ruso, el Kremlin había encontrado el apoyo
de China para bloquear la bofetada diplomática.
La declaración sí que deja claro que "el uso o la
amenaza de uso de armas nucleares es inadmisible", en referencia al
anuncio que hizo Putin en marzo sobre que desplegaría armas nucleares tácticas
en Bielorrusia. El grupo también pidió a Rusia y Ucrania que "garanticen
entregas inmediatas y sin obstáculos de cereales, alimentos y
fertilizantes", enfatizando la importancia de mantener la seguridad
alimentaria y energética.
La cumbre arrancó con unas palabras de Modi hablando
de la "crisis de confianza" que sufre el mundo. "La guerra ha
profundizado este déficit de confianza. Si podemos derrotar al Covid, también
podemos vencer esta crisis de confianza mutua", dijo el indio.
En su intervención hubo un detalle que no pasó
desapercibido: en la etiqueta que identifica a los países y que Modi tenía
encima de su mesa, no ponía India, sino Bharat, uno de los nombres oficiales
del país, que se remonta a un antiguo texto sánscrito. Los seguidores
ultranacionalistas del primer ministro y algunos parlamentarios de su partido
defienden el cambio de nombre como una ruptura con el pasado colonial británico.
El documento final publicado aborda los compromisos de
los países en temas como la necesidad de una reforma de los bancos
multilaterales de desarrollo o destinar anualmente cuatro billones de dólares
de financiación para la transición energética, así como establecer una estricta
regulación para criptomonedas y la inteligencia artificial.
Desde Europa intentaron que el presidente ucraniano,
Volodímir Zelenski, estuviera también en Delhi como invitado, o que al menos
apareciera por videoconferencia como ocurrió en la cumbre de 2022 en Bali,
cuando, a pesar de las divisiones, el grupo publicó un comunicado final incidiendo
en los diferentes puntos de vista que hay sobre la guerra.
Hace unos meses, Kiev, con el apoyo de sus socios
europeos, solicitó formalmente participar en la cumbre, pero el Gobierno de
Modi lo rechazó. Esta fue la razón que reveló hace unos días el ministro de
Exteriores, Subramanyam Jaishankar: "El G-20 es un grupo que se ocupa de
los problemas del crecimiento y desarrollo económico global. Esta es una cumbre
para discutir cuestiones energéticas y propuestas alimentarias, no el Consejo
de Seguridad de la ONU".
Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ha
dicho que la Unión Europea lo que busca es que los líderes del G-20 presionen a
Putin para que se retire de Ucrania y se reincorpore al acuerdo de cereales del
Mar Negro porque su bloqueo ha provocado inseguridad alimentaria para más de
250 millones de personas en todo el mundo. "Esta reunión es una ocasión
para ver el enfoque cínico de Rusia, que está creando más dificultades para los
países en desarrollo", apuntó Michel.
Los estados miembros del G-20 representan más del 80%
de la producción económica global, el 60% de la población y el 75% del
comercio, pero el grupo ha sido criticado durante mucho tiempo por no abordar
los problemas que afectan desproporcionadamente a los países en desarrollo. India,
como anfitriona y presidenta rotatoria del grupo, se comprometió a utilizar
posición para poner el relieve las demandas de sus colegas del llamado Sur
Global.
Modi ha dicho que su objetivo es forjar unidad en
grandes cuestiones globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria
o el alivio de la deuda de las naciones pobres. Un movimiento clave de la
cumbre de este año ha sido la incorporación formal al grupo de la Unión
Africana. Este organismo continental de 55 estados miembros ya tiene el mismo
estatus que la Unión Europea, dejando atrás su designación de organización
internacional invitada.
MÁS
FINANCIACIÓN PARA LOS PAÍSES DE BAJOS INGRESOS
Otro papel destacado en la cumbre, como era de
esperar, tendrá Estados Unidos. El presidente Joe Biden no podrá celebrar un
esperado encuentro bilateral con el chino Xi Jinping, el otro gran ausente del
evento. Era una buena oportunidad para acercar posturas en medio de la continua
crispación entre las dos principales potencias mundiales. Desde Washington han
apuntado a que Biden presentará una propuesta para reformar el Banco Mundial e
impulsar los préstamos para proyectos de infraestructura y cambio climático.
"Ese es uno de nuestros principales objetivos de
cara al G-20: cumplir una agenda que fundamentalmente remodela y amplía los
bancos multilaterales de desarrollo", adelantó el asesor de seguridad
nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, quien habló sobre una propuesta que
incluye una reestructuración de la deuda soberana para los países de ingresos
bajos y medios que podría en última instancia movilizar más de 200.000 millones
de dólares, comenzando con una cifra inicial de 25.000 millones de dólares
respaldada por el Congreso estadounidense.
Un movimiento que muchos analistas han interpretado
como un intento de Washington de ofrecer una alternativa a la nueva Ruta de la
Seda de China, el mega proyecto de infraestructuras apadrinado por Xi Jinping.
Al margen de la cumbre, uno de los acuerdos de infraestructuras más destacados que se espera que se cierre este fin de semana involucra a India, Estados Unidos y Arabia Saudí para reconfigurar el comercio entre el Golfo y el sur de Asia, uniendo a los países de Medio Oriente por ferrocarril y conectándose con India por puerto, lo que reduciría los tiempos de envío y los costes y el uso de diésel.
Reuters ha adelantado que estos planes, en los que
también participa Emiratos Árabes Unidos y la Unión Europea, son otro impulso
liderado por Washington para contrarrestar el impulso de infraestructura global
de Pekín.
UNA
RESPUESTA A LA CRISIS CLIMÁTICA
El G-20 de este año ha arrancado en el remodelado
Bharat Mandapam, un mega centro de convenciones que fue renovado en julio y que
cuenta con un edificio principal con forma de caracola. Entre los líderes que
han comenzado el sábado las reuniones no está el presidente español Pedro
Sánchez, que anunció el jueves que había dado positivo en Covid. En
representación de España está la ministra de Economía, Nadia Calviño, y el
ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
En India, una de las visitas más comentadas por los
medios locales ha sido la del Rishi Sunak, el primer ministro británico de
ascendencia india en pisar el país, en un momento además en el que el Gobierno
de Modi está dando pasos para borrar gran parte del legado colonial.
Sunak está en Delhi acompañado por su esposa Akshata
Murty, que nació y creció en la India y es hija de uno de los hombres más ricos
del país. A lo largo de la cumbre el líder británico mantendrá una reunión
bilateral con su homólogo indio para discutir sobre un acuerdo de libre
comercio entre ambas naciones.
Al lado del epicentro de las reuniones de líderes
también se encuentra el complejo reconvertido en el centro de medios, que da
cobijo a más de 3.000 periodistas de todas partes del mundo. Es indiscutible el
gran interés mediático que hay por el mayor foro político que brinda una
oportunidad única para la cooperación global en temas fundamentales como la
crisis climática tras un verano récord de temperaturas e inundaciones.
"Los líderes del G-20 pueden detener el colapso
climático, tienen el poder de restablecer una crisis climática que se está
saliendo de control, pero las reglas deben cambiar, sobre todo hay que reformar
las reglas financieras globales, que están obsoletas y son injustas", ha
dicho el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien también
participa en la cumbre como invitado. "La crisis climática está empeorando
dramáticamente, pero la respuesta colectiva carece de ambición, credibilidad y
urgencia".
En la declaración conjunta, los líderes dijeron que
respaldarían los esfuerzos para triplicar la capacidad global de energía
renovable para 2030, haciendo también un llamamiento para acelerar los
proyectos para reducir gradualmente la energía a base de carbón.
El grupo añadió que trabajará para facilitar
financiación de bajo costo para apoyar la transición hacia bajas emisiones de
carbono de los países en desarrollo. Pero la declaración, a pesar de las
peticiones de los organismos climáticos internacionales, no contiene ninguna
promesa de eliminar gradualmente los combustibles fósiles.
Por LUCAS DE CAL/El Mundo
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