ULÁN BATOR, Mongolia (4 Septiembre 2023).- El Papa Francisco realizó un viaje histórico al país de Asia central, que recibió por primera vez a un Pontífice. Fue el 43º Viaje apostólico de su pontificado.
El encuentro con los operadores de la caridad fue la
última actividad oficial del Santo Padre en Mongolia. Desde la "Casa de la
Misericordia", Francisco viajó directamente al aeropuerto internacional de
Ulán Bator.
La ceremonia de despedida tuvo lugar en una sala
interior del aeropuerto, ante la presencia de la misma representante gubernamental
que recibió al Pontífice a su llegada, la ministra de Asuntos Exteriores,
Batmunkh Battsetseg.
Tras una breve conversación, el Papa Francisco se
despidió de la comitiva local y de la delegación mongola y fue el último en
embarcar en el avión A330 de ITA Airways que despegó a las 12:03.
Está previsto que el viaje a Roma dure once horas y
veinte minutos, tras recorrer 8.230 kilómetros. Al llegar al aeropuerto
internacional de Fiumicino, Francisco se dirigirá directamente a la Ciudad
Vaticano.
Paz,
diálogo y fe
El Pontífice pronunció un total de cinco discursos a
lo largo de tres días en Ulán Bator. El Papa se reunió con las autoridades
civiles, eclesiásticas y religiosas y presidió la celebración de una misa.
En estas ocasiones, reafirmó su llamamiento a la paz y
habló de la responsabilidad de las religiones en la pacificación de los
conflictos y de la importancia de la coherencia en el testimonio.
Francisco animó a la pequeña comunidad católica a no
temer su pequeñez e indicó el mejor camino de todos: la cruz de Cristo; al fin
y al cabo, todos somos "nómadas de Dios", peregrinos en busca de
felicidad sedientos de amor. Y sólo la fe cristiana es la respuesta, dijo.
Destacan dos momentos especiales de este viaje
pontificio: el encuentro del Papa en el interior de un "ger", la
vivienda tradicional de los pueblos nómadas, con la señora Tsetsege, madre de
once hijos, quien encontró una imagen de la Virgen en un vertedero. El 8 de
diciembre del 2022, la estatua de la Virgen María, "Madre del Cielo",
fue entronizada en la catedral de Ulán Bator y bendecida por el Santo Padre
durante su encuentro con los obispos y personas consagradas.
Otro momento significativo fue al final de la misa en
el gimnasio de la capital, cuando el Papa Francisco tomó de la mano a los
obispos emérito y al actual de Hong Kong para enviar un caluroso saludo al
"noble pueblo chino".
Ahora el Pontífice regresa a casa con la "misión
cumplida", haciendo historia al convertirse en el primer Papa que visita
Mongolia.
El
telegrama al Presidente
Inmediatamente después del despegue, el Papa envió un
telegrama al Presidente de Mongolia, Khürel Sükh Ukhnaa, en el que, a modo de
conclusión, expresa "una vez más, su sentimiento de gratitud" a las
autoridades y al pueblo mongoles "por la calurosa acogida y la generosa
hospitalidad que me han reservado durante estos días". A continuación,
Francisco extiende sus saludos, asegurando sus "continuas oraciones por la
paz, la unidad y la prosperidad de la nación" e invocando
"cordialmente sobre todos vosotros abundantes bendiciones divinas".
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