Los procesos de febrero y mayo del año 2024, podrían coincidir o tener algunos aspectos similares o parecidos, a los que se produjeron en los comicios del 2020, no obstante, los escenarios y las circunstancias son un tanto diferentes a las que propiciaron y dieron paso a esa gran ola electoral, que fue muy bien aprovechada y sirvió como pie de amigo, al Partido Revolucionario Moderno (PRM), para alzarse con el gobierno y el poder del Estado.
Fueron muchos los factores que se expresaron en las
urnas, aportando uno más que otros, puntos porcentuales que se reflejaron en el
conteo final de votos, pero, en esta ocasión, quizás, no serán tan fáciles de
capitalizar, porque difícilmente, se pongan todos en una misma dirección como
aconteció en los comicios pasados.
No obstante, los niveles de aceptación y preferencias
que en todas las encuestas publicadas hasta el momento, favorecen y dan como
favorito al primer mandatario Luis Abinader, para ganar en mayo de 24, al parecer,
tendrá que cargar sobre sus hombros, y echarse encima el descontento y los
disgustos provocados por los procesos internos realizados por su partido, para
escoger candidatos en casi todo el país.
Especialmente, las encuestas para Alcaldes, Diputados
y Senadores, que tantos resabios han traído, y ni hablar de las reservas, ahí,
también, de seguro habrá sus bemoles y contradicciones. Como dicen muchos, ese
es otro tema, que tendrá sus contratiempos.
De hecho, y a pesar de que muchos de los afectados han
expresado que trabajarán de sol a sol en favor del partido y por quienes ellos,
fueron desplazados, de seguro será menester y necesario, pasarle bien las manos
y frotarlos con un buen ungüento para aliviar el dolor que padecen y para cicatrizar las heridas abiertas en el menor
tiempo posible.
Pero esa situación de dificultades en la carpintería
para la construcción de las boletas electorales, no son exclusividad del
partido gobernante.
También la oposición, trae consigo, su bacalao a
cuestas, porque han primado más, los egos y los orgullos que los intereses
comunes, políticos y partidarios puestos en juego y se han roto hasta los
sacramentos de los compadres y no encuentran la fórmula para despejar la equis
y le siguen buscando la quinta pata al gato, edificando el gran acuerdo de los
desacuerdos supuestamente para ganar.
Por tanto, sin una ola electoral que favorezca a unos,
y si no hay acuerdo de los desacuerdos que unifique a otros, ineludiblemente,
todos tendrán que remar, y a Dios, que reparta suerte.
Con Dios, siempre
Por LEONARDO
CABRERA DÍAZ
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