El mundo y su cruce,
Tan extraño, tan raro
Que ni mundo a veces parece
Pero al fin y al cabo
El mundo es.
Mandé flores a ella
Y no le puse mi nombre,
A todos sus enamorados,
Ella, las gracias les dio
Menos a mi,
Y fui yo quien las envió.
La noche entera,
Miré hacia el cielo
Al acecho de alguna estrella fugaz
Para pedirla a ella,
Como mi único deseo
Pero mi sufrir agravó más
Pues, ninguna estrella se asomó
Ninguna estrella pude ver.
Y ahora qué hago yo? pregunto
Con este corazón en mi pecho
Si a mi para nada me sirve
Pues sin ella, no se siente
se mueve, ya ni late
ese buen hijo de su madre”
Y del baño salí con prisa
Pero subir el zipper olvidé
¡ey!, dejó las puertas abiertas, dijeron
No hay problemas, contesté
Ahí ya no vive gente
Ni a nadie que le digan Don
Hace tiempo que con flores
Murió el Canario cantor
El mundo y su cruce.
Con Dios, siempre.
Por LEONARDO CABRERA DIAZ
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