Ya no pueden los mares producir más peces para el ser humano, consumo de productos marinos lleva colapso varias especies favoritas personas
NUEVA YORK (5 Diciembre 2023).- En un almacén cerca de Miami, hay grandes tanques interiores diseñados para imitar el entorno natural del salmón, estableciendo la temperatura adecuada, la salinidad correcta y la iluminación precisa.
Si todavía parece extraño pensar en peces que crecen
en granjas, no debería serlo.
La acuicultura ha sido el sector alimentario de más
rápido crecimiento en el mundo durante décadas, y ahora la gente come más
pescados de granjas piscícolas que pescados silvestres.
La industria ha tenido que crecer. La demanda de
productos del mar aumenta y seguirá con esa tendencia. Pero los océanos ya dan
todo lo que pueden: la producción de pescado silvestre se ha mantenido estable
desde aproximadamente 1990.
La piscicultura y la producción de mariscos suelen
generar muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero que la producción
de carne de res y otras proteínas animales, pero la acuicultura también puede
causar graves problemas ambientales.
Y a medida que ha crecido, los problemas de la
acuicultura a gran escala han crecido con ella. Muchos son problemas similares
a los que enfrentan las operaciones masivas de pollo, cerdo y ganado: las
granjas y sus desechos pueden degradar y contaminar los ecosistemas cercanos,
las enfermedades pueden propagarse rápidamente entre los peces hacinados, y la
recolección de alimento para los animales puede causar problemas ambientales en
sitios distantes.
Ante las duras críticas y las regulaciones más
estrictas —y deseosos de satisfacer la demanda—, los piscicultores experimentan
con nuevas maneras de impulsar la producción y minimizar los daños.
El consumo de productos del mar de manera no
sostenible lleva al colapso de varias especies favoritas de las personas.
Aldeas
de acuicultura en Indonesia
El ascenso de Indonesia hasta convertirse en el tercer
mayor productor mundial de alimentos del mar en granjas de acuicultura trajo
consigo destrucción en las costas cercanas. Los manglares, que protegen la
costa y actúan como viveros para una gran cantidad de especies acuáticas,
fueron arrasados.
Cuencas contaminadas con residuos no tratados. La
mortandad masiva de peces ha sacudido las economías locales.
"Todos los años nos enfrentábamos al mismo
problema, especialmente en el cambio de las estaciones", dijo Jono, un
acuicultor quien, como muchos indonesios, sólo usa un nombre. "Teníamos
muchos peces muertos".
Jono fue capacitado como parte de un plan más amplio
del gobierno de Indonesia que establecerá más de 100 "aldeas" de
acuicultura en todo el país, diseñadas para reducir el impacto de la piscicultura
y expandir la producción.
Ha aprendido cómo prevenir y tratar mejor las
enfermedades, nuevas técnicas de alimentación, construcción mejorada de
estanques y eliminación adecuada de residuos.
"Antes solíamos cosechar cada ocho o nueve meses;
ahora puede ser cada cuatro o cinco meses", dijo.
China
lleva la piscicultura hacia el mar
China, por mucho el mayor productor acuícola del
mundo, también intenta reducir los impactos ambientales de la piscicultura.
Una manera: llevarla mar adentro, donde las corrientes
proporcionan agua limpia y los desechos pueden disiparse rápidamente.
A dos kilómetros (1,2 millas) de la costa de la ciudad
de Yantai, en el noreste de China, hay tres jaulas redondas de 80 metros (260
pies) de ancho bajo la superficie del mar.
Besugos, sebastes coreanos y otros peces nadan dentro
de una malla hecha de un plástico liviano y duradero que puede soportar
condiciones climáticas extremas y mantener a raya a los percebes (crustáceo que
se adhiere a superficies)
La plataforma de la instalación está equipada con un
sistema de monitoreo que mide constantemente la temperatura y la calidad del
agua, al igual que los niveles de oxígeno, dijo Zhang Zhuangzhi, quien está a
cargo de la piscicultura en la empresa Shandong Ocean Harvest Corporation, que
maneja la operación.
Hasta ahora, los costos y los retos técnicos han
frenado la adopción generalizada de este sistema.
Pesquería
de salmón en un almacén de Florida
En un almacén cerca de Miami, hay grandes tanques
interiores diseñados para imitar el entorno natural del salmón, estableciendo
la temperatura adecuada, la salinidad correcta y la iluminación precisa.
La idea: cultivar salmón en interiores para disminuir
su exposición a parásitos, al calentamiento de las aguas y a la proliferación
de algas que amenazan a los peces cultivados en granjas en aguas abiertas cerca
de la costa, y a la vez reducir el impacto de los peces sobre esta.
La tecnología "elimina algunas de las desventajas
que podrías tener en la naturaleza", dijo Damien Claire, director de
ventas y mercadotecnia de Atlantic Sapphire, la empresa matriz de Bluehouse
Salmon.
Claire explicó que la compañía no necesita vacunar ni
medicar a su salmón, y ha reducido la tasa de mortandad de los peces a
aproximadamente 3%, un porcentaje mucho menor al del promedio de la industria,
que es del 20%.
Criar peces en un ambiente interior y estrictamente
controlado también ha generado otros beneficios, señaló.
La empresa produce unos 3 millones de salmones al año,
y a la larga espera producir 65 millones.
Es un modelo prometedor, pero no es fácil de imitar
porque el sistema se basa en una característica poco común del agua subterránea
cerca de la ubicación del almacén: el salmón necesita tanto agua dulce como
salada, y ambas se encuentran cerca.
Fábrica
de moscas francesa
Cuando los peces cultivados en las granjas piscícolas
son alimentados con peces capturados en el medio silvestre, como sardinas y
anchoas, uno de los principales beneficios de dichas granjas —el generar menos
estrés sobre los ecosistemas oceánicos— puede evaporarse.
En Innovafeed, con sede en Francia, se crían moscas
soldado negras ricas en proteínas como alternativa alimenticia.
La empresa eligió esta mosca por tres razones
principales: no se enferma, come casi cualquier cosa y tiene un ciclo de vida
corto que permite criarla y cosecharla rápidamente.
"Hay un chiste que dice que las larvas de la
mosca soldado negra se comen todo, excepto el hormigón y el acero", dijo
Nizar El Alami, director de negocios de Innovafeed.
La proteína de las moscas de la compañía se utiliza
para alimentar salmón, besugo, camarón y otras especies criadas por productores
de alimentos en Europa, el continente americano y el sudeste asiático, según
Alex Diana, gerente de producto de Innovafeed. La empresa cuenta con dos
fábricas y planea tener 10 más para 2030, las cuales producirán proteínas de
insectos para peces, pollo e incluso mascotas.
"Estamos tratando de reproducir lo que sucede en
la naturaleza, pero a una escala industrial", dijo. "Estamos tratando
de minimizar el impacto de la cadena alimenticia sobre los recursos del
planeta".
El
Departamento de Salud y Ciencia de The Associated Press recibe el apoyo del
Grupo de Medios Educativos y de Ciencia del Instituto Médico Howard Hughes. La
AP es la única responsable de todo el contenido.
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