Dudas y expectativas del “voten por yo”

Los procesos electorales son importantes para el sostén de  todo sistema democrático. En pocas palabras, son los escenarios donde los pueblos  deciden su  suerte; su futuro.

En tal virtud, se amerita que estén revestidos de la mayor transparencia y claridad posibles. 

Bajo esta premisa, se debe garantizar que, lo expresado por los electores en las urnas, tenga estampado el sello  de  bueno y válido, para su mejor digestión y sobre todo respetar sus resultados.

Cada  proceso electoral trae consigo  características particulares  siempre en consonancia y ajustadas a las circunstancias del momento.

Estas características, en ocasiones se asemejan o tienen algún parecido con  anteriores procesos electorales con  similares  discursos y  arengas de los actores o protagonistas políticos.

Siendo notoria,  como ahora,  la ausencia de  propuestas y planes concretos de soluciones de los innumerables y acuciantes problemas de la municipalidad; de sus munícipes.

“Voten por yo” es la  única  consigna y programa de gobierno de casi todos los candidatos municipales y sus respectivos partidos políticos. 

Solo escuchamos respuestas para salir del paso, simples ocurrencias políticas que en  muchos casos, van desde lo ridículo a lo sublime y viceversa.

Pero ahí vamos, rumbo a la cita electoral del 18 de febrero, entre dudas y expectativas.

Pero ahí vamos, con el ánimo del voto partidario, con la ausencia del voto entusiasmo, la encrucijada del voto que piensa  y la incertidumbre del voto esperanza, alimentan unos y otros, el voto abstención.

Con Dios, siempre.


Por LEONARDO CABRERA DÍAZ 

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