Conversar con Dios


Los seres humanos ineludiblemente pasamos por momentos difíciles.

Situaciones de las que en ocasiones no sabemos cómo vamos a salir de ellas, y nos sentimos derrotados.

Más aún, cuando notamos que personas de nuestro entorno íntimo, se nos alejan y llegamos a creer  que estamos solos en el mundo.

No obstante, la realidad es otra muy diferente, y a veces resulta ser más sencilla de lo que pensábamos, pues, un simple giro en nuestra actitud es suficiente, siempre y cuando nos sentemos a conversar con Dios.

Conversar con Dios, en un diálogo amplio y sincero, en el que abramos nuestros corazones y reconozcamos nuestras faltas y errores ante él.

Poner  en sus manos aquello que  nos oprime, nos quita la paz y la tranquilidad, no solo a nosotros mismos, sino también a nuestras familias y seres queridos.

Conversar con Dios, es invitarle a nuestra mesa cuando almorzamos y le servimos el mejor plato, al darles las gracias por los alimentos que vamos a comer.

Conversar con Dios, es ponernos de rodillas en nuestra habitación, darles las gracias por habernos regalado un nuevo día poniendo en sus manos cada paso, cada pensamiento, cada palabra, cada acción que proyectemos  realizar.

Es decir, colocar nuestra agenda diaria en sus manos para que sea él quien nos dirija en todo camino.

Conversar con Dios, es despojarnos de todo orgullo.

Abrazar la obediencia y derramarse como agua delante de él, rogar su gracia y su misericordia poniendo en nuestras bocas palabras de arrepentimiento, pedirle que nos llene de fe.

Conversar con Dios, es orar a toda hora, en cualquier lugar, porque siempre él está presto para escucharnos y realizar los cambios y ajustes que necesitamos.

Su amor es inigualable, y sus bendiciones esperan por nosotros, busquémosla y, en nuestros rostros se refleja  paz que abrazará nuestra existencia.

Conversar con Dios, es un privilegio único,y está al alcance de todos, hagámoslo ahora, sin demoras.

Demos nuestra mejor sonrisa a Dios, él nos bendice siempre

Con Dios, siempre.


Por LEONARDO CABRERA DIAZ 


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