La República Dominicana aceleró la construcción de un muro fronterizo ante el aumento de la violencia en Haití
SANTO DOMINGO, República Dominicana (27 Marzo 2024).- En un esfuerzo por abordar el creciente caos que azota a Haití, República Dominicana ha acelerado la construcción de un muro fronterizo que se extiende a lo largo de los 400 kilómetros que comparte con la nación vecina. La iniciativa, liderada por el presidente dominicano Luis Abinader, busca frenar el tráfico de personas y la entrada de criminales provenientes de Haití.
La decisión de erigir este muro surge en un momento en que Haití experimenta niveles alarmantes de anarquía, con su primer ministro incapaz de retornar de un viaje al extranjero y amplias zonas de Puerto Príncipe bajo el control de líderes de bandas y señores de la guerra, tal como Jimmy “Barbecue” Chérizier, quien aspira a una reestructuración completa del sistema político haitiano.
De acuerdo con The Wall Street Journal, el proyecto de construcción del muro, que tiene un costo de 120 millones de dólares, fue aprobado hace tres años, inspirándose en las fortificaciones que Israel construyó en los Altos del Golan para separarse de Siria.
Esta medida se une a los esfuerzos globales por controlar la inmigración ilegal, que incluye iniciativas similares en la frontera sur de Estados Unidos y las barreras fronterizas de Polonia con Rusia y Bielorrusia.
Así es el muro
Presidente Luis Abinader lidera la construcción como freno al tráfico humano y criminal. (REUTERS/Fran Afonso)
El contraste social y económico entre República Dominicana y Haití marca un profundo abismo dentro de las Américas. Mientras la República Dominicana celebra su estatus como una potencia turística emergente con una economía de rápido crecimiento, Haití lucha contra la pobreza crónica y las secuelas de desastres naturales y políticos.
Según datos de La Voz de América, los ingresos medios en la República Dominicana son ahora siete veces superiores a los de Haití, un país que aún no se recupera del devastador terremoto de 2010, que destruyó gran parte de su capital y se estima que mató a 300.000 personas.
La emergencia de República Dominicana como líder en el sector turístico y su propuesta de lujo contrasta agudamente con la situación en Haití, donde la corrupción desenfrenada y una historia de intervenciones extranjeras y golpes militares han sumido al país en una profunda inestabilidad.
Más allá de la economía, el abismo entre República Dominicana y Haití se extiende a la cultura, la lengua, la religión, y hasta las preferencias deportivas y musicales. Mientras que los haitianos hablan un criollo basado en el francés, los dominicanos se comunican en español. Los primeros tienen una pasión por el fútbol, mientras que los segundos son fervientes seguidores del béisbol.
En el último año, cerca de 225,000 haitianos fueron deportados de República Dominicana. (REUTERS/Fran Afonso)
El contraste social y económico entre República Dominicana y Haití marca un profundo abismo dentro de las Américas. Mientras la República Dominicana celebra su estatus como una potencia turística emergente con una economía de rápido crecimiento, Haití lucha contra la pobreza crónica y las secuelas de desastres naturales y políticos.
Según datos de La Voz de América, los ingresos medios en la República Dominicana son ahora siete veces superiores a los de Haití, un país que aún no se recupera del devastador terremoto de 2010, que destruyó gran parte de su capital y se estima que mató a 300.000 personas.
La emergencia de República Dominicana como líder en el sector turístico y su propuesta de lujo contrasta agudamente con la situación en Haití, donde la corrupción desenfrenada y una historia de intervenciones extranjeras y golpes militares han sumido al país en una profunda inestabilidad.
Más allá de la economía, el abismo entre República Dominicana y Haití se extiende a la cultura, la lengua, la religión, y hasta las preferencias deportivas y musicales. Mientras que los haitianos hablan un criollo basado en el francés, los dominicanos se comunican en español. Los primeros tienen una pasión por el fútbol, mientras que los segundos son fervientes seguidores del béisbol.
La República Dominicana ha iniciado una serie de deportaciones masivas, expulsando a cientos de haitianos diariamente, según revelan datos gubernamentales. En el último año, cerca de 225.000 haitianos fueron deportados o expulsados, incluyendo a más de 640 mujeres embarazadas.
Luis Abinader, presidente de la República Dominicana, justificó las acciones de su gobierno alegando que se están siguiendo los mandatos constitucionales del país. La problemática se acentúa con el hecho de que sólo alrededor del 15% de los haitianos cuenta con una tarjeta de identificación o pasaporte, lo que dificulta el seguimiento de quiénes cruzan la frontera.
En este contexto, el servicio de inteligencia dominicano está desarrollando un sistema biométrico con el fin de identificar a los haitianos que entran al país y verificar si alguno de los prisioneros que escaparon en la reciente fuga masiva de las principales cárceles de Puerto Príncipe ha cruzado la frontera.
Por ROSSANA MARÍN/Infobae
La República Dominicana ha iniciado una serie de deportaciones masivas, expulsando a cientos de haitianos diariamente, según revelan datos gubernamentales. En el último año, cerca de 225.000 haitianos fueron deportados o expulsados, incluyendo a más de 640 mujeres embarazadas.
Luis Abinader, presidente de la República Dominicana, justificó las acciones de su gobierno alegando que se están siguiendo los mandatos constitucionales del país. La problemática se acentúa con el hecho de que sólo alrededor del 15% de los haitianos cuenta con una tarjeta de identificación o pasaporte, lo que dificulta el seguimiento de quiénes cruzan la frontera.
En este contexto, el servicio de inteligencia dominicano está desarrollando un sistema biométrico con el fin de identificar a los haitianos que entran al país y verificar si alguno de los prisioneros que escaparon en la reciente fuga masiva de las principales cárceles de Puerto Príncipe ha cruzado la frontera.
Por ROSSANA MARÍN/Infobae
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