Papa Francisco: Las mujeres tienen un corazón tierno y una mirada creativa
CIUDAD DEL VATICANO (8 Marzo 2024).- Hoy, 8 de marzo, repasamos algunas de las reflexiones de los Pontífices, desde Pío XII hasta Francisco, sobre "esta dulce criatura, en cuyas delicadas manos – decía el Papa Pacelli – Dios parece haber confiado de tantas maneras, como auxiliar del hombre, el futuro del mundo”.
Hoy se celebra el
"Día de la Mujer" en muchos países. Las raíces de este aniversario se
remontan a finales del siglo XIX y principios del XX, con los movimientos por
el voto femenino y las protestas socialistas por unas condiciones laborales más
humanas. El día de hoy también está relacionado con una fecha: el 8 de marzo de
1908, cuando varias trabajadoras murieron en el incendio de una fábrica textil
en Nueva York.
Pío XII: La mujer es la coronación de la creación
Los Pontífices han
hablado repetidamente de la mujer, de su poder regenerador para la humanidad.
En su radiomensaje del 14 de octubre de 1956 a los participantes en la
peregrinación al Santuario de la Virgen de Loreto, el Papa Pío XII recuerda “la
gran dignidad de la mujer en momentos muy graves, cuando un turbio paréntesis
de decadencia, debido sobre todo a las consecuencias de la guerra, había
sacudido la confianza de muchos”. A las mujeres, añadía el Papa Pacelli, se les
confía "el futuro del mundo":
La mujer, coronación
suprema de la creación, de la que en cierto sentido representa la obra maestra;
la mujer, esta dulce criatura, en cuyas delicadas manos Dios parece haber
confiado gran parte del futuro del mundo, como ayudante del hombre; la mujer,
expresión de todo lo que hay de más bueno, amoroso y bondadoso en este mundo,
sigue siendo, a pesar de una engañosa apariencia de exaltación, a menudo objeto
de desprecio…
Juan XXIII: El ejemplo de las mujeres cambió el mundo
Las mujeres
cristianas, desde los orígenes del cristianismo, siempre han tenido palabras
que decir al mundo alejado de Dios. Juan XXIII lo recordó al recibir, el 1º de
junio de 1962, a las delegaciones de la juventud femenina católica de la
archidiócesis de Milán. La exhortación del Pontífice es a renovar "el
fervor suave y generoso de las apóstoles de la Iglesia primitiva: de Cecilia, Inés,
Catalina, Águeda, Lucía".
Al comienzo de los
dos milenios cristianos, el mundo, con pocas excepciones, estaba sumido en las
tinieblas de un paganismo corrupto y corruptor. Las mujeres suspiraban en busca
de la dignidad perdida. Y la costumbre empezó a cambiar, con la gracia de Dios,
a través de la oración, el ejemplo y el sacrificio de aquellas heroínas. Aún
hoy, la convivencia humana evoluciona a mejor, pues muchos cristianos honran su
bautismo con la fidelidad vivida y el ejemplo inspirador.
Pablo VI: Que se proteja la dignidad de la mujer
En 1975, coincidiendo
con el Año Internacional de la Mujer, las Naciones Unidas celebraron por
primera vez en la historia el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer.
Tres años más tarde, la Asamblea General de la ONU propuso declarar un día al
año como "Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la
Paz Internacional". El 8 de marzo, que ya se celebraba en muchos países,
fue elegido así como fecha oficial por muchas naciones. En 1975, el Papa Pablo
VI señaló una prioridad a la hora del Ángelus del 17 de agosto de 1975: la del
reconocimiento de los derechos "humanos y civiles" de la mujer:
Este año celebramos
en todo el mundo el Año de la Mujer, al que también la Iglesia, como es debido,
se adhiere positivamente, deseando de buen grado un progreso de la función de
la mujer en la vida profesional y social, y protegiendo al mismo tiempo la
dignidad y la misión de la mujer, de la mujer cristiana especialmente, a la que
el plan de Dios ha destinado, como Hija dulce, como Virgen pura y fuerte, como
Esposa amorosa, como Madre ante todo, siempre sagrada y digna, y también como
Viuda piadosa, dolorosa y trabajadora. Estamos convencidos de que en la
concepción cristiana de la mujer hemos de encontrar el reconocimiento de sus
derechos humanos y civiles, y la defensa de sus superlativas prerrogativas
naturales, bajo la luz rectora y protectora de Aquella que, radiante de belleza
y santidad, maternal con Cristo se eleva por encima de los destinos humanos,
María.
Juan Pablo I: "Dios es padre, más aún es madre"
La mujer es también
madre que consuela, que cura las heridas. Refiriéndose a este rasgo distintivo
de la dimensión materna, Juan Pablo I, a la hora del Ángelus del 10 de
septiembre de 1978, pronuncia palabras llenas de ternura para el mundo,
desgarrado por matanzas innecesarias. Era un momento de la historia en el que
el presidente estadounidense, Carter, el presidente egipcio, Sadat, y el primer
ministro israelí, Begin, buscaban un camino hacia la paz en Oriente Medio.
El primer ministro
Begin recuerda que el pueblo judío pasó una vez por momentos difíciles y se
dirigió al Señor quejándose: "¡Nos has abandonado, Señor, nos has
olvidado! "¡No!", respondió Dios a través del profeta Isaías,
"¿Puede una madre olvidar a su propio hijo? Pero aunque lo haga, Dios
nunca olvidará a su pueblo". También nosotros, los que estamos aquí,
tenemos los mismos sentimientos; somos objeto de un amor eterno de Dios. Lo
sabemos: siempre tiene los ojos abiertos sobre nosotros, aunque parezca de
noche. Él es padre; más que eso, Él es madre.
Juan Pablo II: Condicionamientos en el camino de las
mujeres
El 8 de marzo de
1998, resonaron a la hora del Ángelus las palabras del Papa Juan Pablo II:
"Somos lamentablemente herederos – decía el Pontífice – de una historia de
enormes condicionamientos, que ha hecho difícil el camino de la mujer, a veces
mal reconocida su dignidad, mal representadas sus prerrogativas y no pocas
veces marginada". El Papa Wojtyła plantea, en particular, una pregunta que
sigue siendo actual:
¡Cuántas mujeres han
sido y siguen siendo valoradas más por su aspecto físico que por sus cualidades
personales, su competencia profesional, sus obras de inteligencia, la riqueza
de su sensibilidad y, en definitiva, por la dignidad misma de su ser! ¿Y qué
decir, entonces, de los obstáculos que, en tantas partes del mundo, siguen
impidiendo a las mujeres participar plenamente en la vida social, política y
económica?
Benedicto XVI: Muchas mujeres trabajan por el Reino de
Dios
Que a las mujeres
"se les respete cada vez más su dignidad y se valoricen sus potencialidades
positivas". Esta fue la oración pronunciada por el Papa Benedicto XVI a la
hora del Ángelus del 8 de marzo de 2009:
La fecha de hoy – 8
de marzo – nos invita a reflexionar sobre la condición de la mujer y a renovar
nuestro compromiso, para que siempre y en todas partes cada mujer pueda vivir y
manifestar plenamente sus capacidades, obteniendo el pleno respeto de su
dignidad. El Concilio Vaticano II y el magisterio pontificio, especialmente la
Carta apostólica Mulieris dignitatem del Siervo de Dios Juan Pablo II (15 de
agosto de 1988), se han pronunciado en este sentido. Sin embargo, más valiosos
que los propios documentos son los testimonios de los santos; y nuestra época
ha tenido el de la Madre Teresa de Calcuta: una humilde hija de Albania, que se
convirtió, por la gracia de Dios, en un ejemplo para el mundo entero en el
ejercicio de la caridad y el servicio a la promoción humana. ¡Cuántas otras
mujeres trabajan cada día, a escondidas, por el bien de la humanidad y por el
Reino de Dios!
Francisco: Las mujeres tienen un corazón tierno y una
mirada creativa
En la audiencia
general del 8 de marzo de 2023, las palabras del Papa Francisco están llenas de
gratitud por el mundo femenino. El pensamiento del Pontífice, tras la
catequesis, se dirige a todas las mujeres y en particular a las presentes en la
Plaza de San Pedro.
En el Día
Internacional de la Mujer, pienso en todas las mujeres: les agradezco su
compromiso con la construcción de una sociedad más humana, gracias a su
capacidad para captar la realidad con una mirada creativa y un corazón tierno.
¡Este es un privilegio exclusivo de las mujeres! Una bendición especial para
todas las mujeres de la plaza. ¡Y un aplauso para las mujeres! ¡Se lo merecen!
En este día 8 de
marzo, el deseo es que la mirada creativa y el corazón tierno de las mujeres
regeneren el mundo plagado de odio, guerras y egoísmo.
Por AMEDEO LOMONACO/Vatican News
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