Sumo Pontífice inicia este domingo gira a Venecia, visitará la cárcel de Giudecca y el arte que libera
CIUDAD DEL VATICANO (26 Abril 2024).- El domingo 28 de abril, Francisco estará en Venecia con motivo de la Bienal de Arte. La primera parada de la visita del Papa, el 28 de abril, será la cárcel de mujeres que alberga a 80 reclusas con sentencias definitivas. No es solo un lugar de reinserción, sino también el sitio donde se instaló el pabellón de la Santa Sede titulado "Con mis ojos". Visitará el Pabellón de la Santa Sede, situado en el interior de la cárcel de mujeres que acoge la exposición "Con mis ojos", comisariada por Chiara Parisi y Bruno Racine.
Cuatro reclusas detenidas en medida cautelar se
desempeñarán como guías del curioso visitante que vaya a descubrir las obras de
arte y los espectáculos que depara el Pabellón de la Santa Sede en la Bienal de
Arte de Venecia, que hasta el 24 de noviembre se ambientará en un contexto
particular como es la cárcel de mujeres de la isla de Giudecca. "Están muy
contentas de participar en una obra cultural, pero también de relanzar su
humanidad", explica a Vatican News el padre Antonio Biancotto, capellán de
la cárcel, "es una apuesta por su humanidad recuperada tras un periodo de
expiación de la pena. Yo diría, por tanto, que es una experiencia con un alto
valor cultural, pero sobre todo humano". Y coronando este increíble sueño
estaba el Papa Francisco, que decidió ver, esta vez con sus propios ojos, la
instalación, titulada "Con mis ojos" de Chiara Parisi y Bruno Racine
y promovida por el Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, el
Cardenal José Tolentino de Mendonça, y admirar las obras de arte de los nueve
artistas participantes, pero sobre todo conocerlos en persona, a los ochenta
huéspedes de esta institución penitenciaria.
El tema de esta edición de la Bienal, comisariada por
el brasileño Adriano Pedrosa, director artístico del Museo de Arte de São
Paulo, es "Extranjeros en todas partes", indicando una condición
universal que todos pueden experimentar, especialmente en la cárcel, un lugar
donde uno entra como un forastero y es percibido como tal incluso desde fuera.
"Aquí, las reclusas se sienten huéspedes, lo viven como un lugar de paso
antes de volver a sus casas y a sus familias", es el testimonio del
capellán, "pero también hay quienes tienen que cumplir una larga condena,
tal vez de años y años, de modo que ese sitio también debe percibirse como un
poco propio, un espacio donde puedan mejorar y recuperarse".
"Con
mis ojos" y la mirada sobre la marginalidad
La exposición del pabellón de la Santa Sede está
dedicada a los derechos humanos y a los mundos marginalizados, a las periferias
en las que viven los últimos. "En el caso de las mujeres presas, esto ha
supuesto una atención extra a su condición -continúa el padre Antonio-, que es
la de quien pasa por esta experiencia carcelaria porque ha cometido un error,
pero también es la condición de quien es pobre, y está marginado por nacimiento
o por el contexto en el que vive. La mirada sobre la marginación es, sin
embargo, un acto de bondad hacia todos los marginados, una oportunidad para
ponerlos en el centro de un mundo que normalmente no quiere verlos". Los
internos, además, durante la larga fase de preparación del pabellón, pudieron
participar activamente en la realización de las obras de los artistas, algunos
de los cuales se inspiraron en sus fotografías, poemas o les hicieron
participar en coreografías especiales. "Se dejan implicar con
alegría", añade el capellán, "porque quieren ser protagonistas de su
propia vida y pronto de la sociedad que les espera fuera".
El
arte en la prisión, una experiencia inmersiva
Llevar el arte a la cárcel es un acto revolucionario,
que pretende aportar belleza a un lugar tradicionalmente feo; por otra parte,
permite vivir una experiencia muy especial, porque para visitar, por ejemplo,
el Pabellón de la Santa Sede en la Giudecca hay que dejar el móvil fuera, como
en cualquier visita a un centro penitenciario. "Si dejas fuera la
tecnología y todas las superestructuras que la acompañan, como hay que hacer
aquí, realmente te dejas llevar por la obra que tienes delante: esta es la
forma correcta de situarse ante el arte, en mi opinión", afirma el
sacerdote.
El domingo, Francisco estará en Venecia, en la Bienal
de Arte: una visita importante desde la primera participación de la Santa Sede
en este evento, en 2013, gracias a la labor del entonces presidente del Consejo
Pontificio de la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi. "Las internos
están agradecidas al Papa por esta visita, que interpretan como una gentileza
hacia ellos por parte de un Pontífice que siempre se ha mostrado sensible al
mundo penitenciario y con predilección por los últimos", concluye el
capellán. "Están muy atentos a estos gestos de humanidad y este en
particular, de que el Papa venga a visitarles, les hace sentirse parte de esta
humanidad por derecho propio. La esperanza es que entonces, tal vez, las puertas
de la cárcel puedan abrirse también para algunos de ellos, pensemos en el
Jubileo del próximo año, como ya ocurrió para el Jubileo de los Presos en 2016,
cuando se obtuvo un indulto tras la petición del Papa de un acto de clemencia
hacia los reclusos".
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