"Ayuden a los jóvenes a dar lo mejor de sí en el servicio que Dios los llama": el llamado del papa Francisco a Fundación Blanquerna de Barcelona
CIUDAD DEL VATICANO (3 Mayo 2024).- Francisco recomienda a los integrantes de la Fundación Blanquerna de Barcelona que se comprometan con el objetivo de liberarnos de los estereotipos inalcanzables que los grupos de presión tratan de imponernos y vivir la vida con espíritu de responsabilidad y humildad.
"Me llamó mucho la atención su nombre:
Blanquerna, este ilustre personaje literario del que se sirve el beato Ramón
Llull para hacer una precisa descripción de la sociedad de su tiempo". Con
esta confidencia el Papa Francisco abrió su discurso en español a los miembros
de la Fundación Blanquerna de la Universitat Ramon Llull de Barcelona este
viernes 3 de mayo en la biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano.
"A la vez, continuó el Pontífice, el filósofo
intenta dar, de forma pedagógica, unos modelos de vida cristiana que puedan
servir a cualquier persona para seguir a Cristo, allí donde Él lo llame".
Todo esto, según el Santo Padre, "es como una
lección de una actualidad, de una actualidad asombrosa, ya que nos habla de un
lenguaje nuevo y accesible, una manera de comunicar tal vez inusual para la
época, pero agradable y clara para sus contemporáneos". Una pedagogía,
afirmó, que se aleja de los héroes fantásticos que buscan evadirnos de nuestra
realidad, como eran entonces los personajes caballerescos y, por el contrario,
nos propone modelos de vida sencillos y naturales en los que poder servir al
Señor y ser felices.
En esa línea, el Sucesor de Pedro lamentó el dolor y
la frustración que producen en la actualidad, "incluso más que en tiempos
del beato, los estereotipos inalcanzables que nos pretenden imponer los
mercados y los grupos de presión". Por tal motivo, consideró que es una
"gran tarea" descubrir a los jóvenes el proyecto de Dios para cada
uno de ellos.
La institución y toda la universidad, al elegir dicho
nombre, asume "este ilusionante compromiso", de acuerdo con Bergoglio,
devolviendo a la familia a su primigenia vocación en la sociedad, ofreciendo a
los jóvenes distintos caminos de vida y creando la certeza de que los pasos del
héroe cristiano no están marcados por el afán del carrerismo, sino son una
respuesta a una llamada. A continuación, Francisco subrayó, de manera
improvisada, que "el carrerismo hace tanto daño" porque no es comunitario,
sino individualista.
"Presentando con valentía que el ser requerido en
cargos de cada vez más responsabilidad debe ser el resultado de una excelencia
en el servicio hasta ahora confiado", expresó el Pontífice. "Y, sobre
todo, enseñándoles que, una vez cumplida su tarea, como nuestro protagonista,
aun cuando se haya llegado al Supremo Pontificado, el cristiano debe tener, debe
tender al encuentro con el Señor, a la dedicación plena al servicio
divino".
El Papa dejó claro que "siempre, en la base, está
el bautismo que te hizo cristiano y estés donde estés, sos un bautizado, sos
una bautizada que tiene que responder allí y no desde los escalafones que uno
puede llegar en la vida".
Para el Obispo de Roma, esta es la idea que le
gustaría que se llevasen de vuelta a su universidad y a los demás proyectos
educativos que promocionan: "Formar, sí, con un lenguaje actual, moderno,
ágil, pedagógico, con un análisis certero de la realidad; pero (siempre hay un
'pero' en la vida), pero teniendo siempre en cuenta que formamos hombres y
mujeres cabales, no réplicas ilusorias de ideales imposibles". El
Pontífice mencionó que en América ha conocido algunas universidades demasiado
liberales que solo buscan formar técnicos, especialistas "y se olvidan que
tienen que formar hombres y mujeres". Es decir, "personas íntegras
que intentan dar lo mejor de sí al servicio que Dios los llame, sabiendo que
son peregrinos, que en realidad todo es camino hacia una meta que supera esta
realidad, el encuentro del amigo con el amado, en ese amor que derramado en
nuestros corazones nos da la fuerza de avanzar".
Al final de su libro, el beato Llull propone una meditación diaria y el Papa escogió la número 124 que por ser bisiesto correspondería idealmente al día de hoy: «Preguntaron al Amigo cuáles eran las mayores tinieblas. Respondió que la ausencia de su Amado; y preguntado cuál era el resplandor mayor, dijo que la presencia de su Amado». Bergoglio deseó que "puedan iluminar las vidas de sus alumnos con la presencia de Jesús, que esta certeza los haga conscientes de su dignidad de amigos, de Dios y de los hombres, y que sean capaces de disipar las tinieblas que recubren este mundo alejado de su verdadera esencia".
"Que Jesús los bendiga, que la Virgen santa los
cuide, y por favor no se olviden de rezar por mí, pero a favor, no en
contra", les pidió.
Por SEBASTIÁN SANSÓN FERRARI/Vatican News
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