Migración y disminución de vocaciones lo tratado por el papa Francisco y los obispos italianos en 79ª Asamblea General
CIUDAD DEL VATICANO (21 Mayo 2024).- Una hora y media de preguntas y respuestas entre los obispos italianos y el Papa Francisco, quien inauguró su 79ª Asamblea General. En la conversación surgieron los diversos problemas de la Iglesia y del mundo: desde el acompañamiento de los sacerdotes a las ideologías actuales, de los jóvenes que abandonan el país a la disminución de las vocaciones, pasando por la unificación de las diócesis, un procedimiento que podría interrumpirse.
Los problemas del mundo actual, entre las ideologías,
los fenómenos migratorios y las manifestaciones antisemitas, y los de la
Iglesia, como la unificación de las diócesis o el acompañamiento de los
sacerdotes, centraron el diálogo entre el Papa y los obispos de la Conferencia
Episcopal Italiana la tarde de ayer en el Aula nueva del Sínodo. Poco antes de
las 16 horas, el Santo Padre había inaugurado la 79ª Asamblea General de la
Conferencia Episcopal Italiana. Con los cerca de doscientos obispos italianos
Francisco rezó la Hora media, luego les dirigió un saludo y finalmente les
entregó un texto escrito.
Una
hora y media de conversación
Como al inicio de su pontificado, el Papa quiso
después dialogar a puerta cerrada con los prelados italianos – con los que ya
se había reunido en las dieciséis visitas ad limina de los últimos meses –
invitados a hablar libre y abiertamente. Durante una hora y media, hasta las
17.30, Francisco escuchó sus preguntas y ofreció respuestas y elementos de
reflexión.
Durante el diálogo surgieron numerosos temas: los
jóvenes, los que se quedan y los que abandonan Italia “empobreciéndola”, la
preocupación por su presente y su futuro, las ideologías que se cuelan en la
cultura y la sociedad, la disminución de las vocaciones nacientes y el cuidado
de las actuales, la acogida de los emigrantes como un deber moral, la
preocupación por el retorno de expresiones de antisemitismo, la sinodalidad,
los pastores que acompañan a los sacerdotes.
La
unificación de las diócesis
Uno de los temas principales fue la unificación de las
diócesis italianas, una cuestión para la que Francisco ya había instado en su
primer encuentro con la CEI en el 2013 a una reflexión profunda y a soluciones
prácticas, siempre teniendo en cuenta las perplejidades de algunos de los
propios obispos sobre las diferentes identidades culturales de cada territorio
y el riesgo de una ampliación que creara dificultades en la cercanía de los
pastores. Situaciones representadas al Papa también en las diversas visitas ad
limina de las Conferencias Episcopales regionales, que permitieron al Pontífice
“obtener información” que antes no estaba clara.
En los últimos años, 22 diócesis italianas se han
unificado in persona episcopi. Pero no es seguro que se continúe por este camino,
es lo que ha surgido en el diálogo entre el Papa y los obispos. Una de las
propuestas que ha surgido es la de unificar las estructuras, incluidos los
propios seminarios regionales (a menudo poblados por un pequeño grupo de
aspirantes a sacerdotes), tal y como instó el propio Pontífice en varias
ocasiones en el pasado.
Crisis
de vocaciones
Esta cuestión está estrechamente ligada al otro tema,
que ha surgido varias veces en este encuentro, el de la disminución de las
vocaciones. Varios obispos han señalado la reducción de las comunidades,
sacerdotales y religiosas, y Francisco recordó el ejemplo de varias Iglesias,
sobre todo latinoamericanas, en las que la actividad comunitaria está a cargo
de laicos y monjas.
Acompañamiento,
sinodalidad y oración
El discurso se centró también en la experiencia de la
sinodalidad y en la indicación de seguir con afecto paterno a los sacerdotes,
que necesitan ser acompañados en los cambios y transformaciones culturales de
los tiempos modernos. Ante estos problemas, el Papa animó a no apagar el
entusiasmo, con la certeza de que Dios nunca abandona y también con la fuerza
del Espíritu Santo que ayuda a afrontar las dificultades con una nueva
mentalidad y actitud.
Como
don el libro “Santos y no mundanos”
Fuerte fue la invitación del Papa a vivir una Iglesia
sinodal y también a lograr una sólida formación de sacerdotes y laicos, para no
caer en la fea tentación del clericalismo. En este sentido, fue simbólico el
don entregado por el Pontífice a los obispos de la CEI: el libro “Santos y no mundanos”,
publicado por la LEV.
Se trata de una recopilación de aportaciones de Jorge
Mario Bergoglio de distintas épocas: un texto de 1991, titulado Corrupción y
pecado, la Carta a los sacerdotes de la diócesis de Roma del verano del año
pasado y una introducción inédita del propio Pontífice. Todos los textos unidos
por la denuncia de la “mundanidad espiritual” como una verdadera llaga de la
fe.
El
saludo a los jóvenes camareros del catering
Tras un largo apretón de manos y saludos personales a
los obispos, que ayer por la tarde vivieron también un momento de oración con
el Rosario por la Paz en la Basílica de San Pedro, Francisco se retiró del Aula
hacia las 18.15 horas para regresar a Santa Marta. Pero antes, flanqueado por
el cardenal presidente, Matteo Maria Zuppi, quiso saludar al grupo de camareros
de la empresa de catering “La locanda dei girasoli”, de Roma, que reúne y
emplea a jóvenes con discapacidad o síndrome de Down. Todos alineados con sus
uniformes ayer por la tarde estaban encantados de poder saludar al Sucesor de
Pedro.
Por SALVATORE
CERNUZIO/Vatican News
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