El seis de junio del 1909 nace Virginia Apgar la anestesióloga que salvó la vida a millones de neonatos.
Hoy en la historia.
Siete de junio del 1909 nace Virginia Apgar.
Apgar fue la anestesióloga que salvó la vida a
millones de neonatos.
Muchas personas creen que APGAR es el acrónimo de
Apariencia, Pulso, Gesticulación, Actividad y Respiración (Appearance, Pulse,
Grimace, Activity, Respiration, en inglés), los cinco parámetros que se evalúan
en los recién nacidos para determinar su estado de salud inmediatamente después
del parto.
Esto es cierto, pero solo en parte. En realidad se
trata de un retroacrónimo, un tipo de acrónimo en el que, a partir de una
palabra –en este caso, Apgar–, se inventa un acrónimo que concuerde con ella.
¿Apgar? ¿Qué es Apgar? Es el apellido de la persona
que propuso el famoso test del mismo nombre. Este procedimiento es utilizado
para evaluar la salud de los neonatos y ha conseguido reducir notablemente la
mortalidad infantil en todo el mundo.
Virginia Apgar nació el 7 de junio de 1909 en
Westfield, Nueva Jersey (Estados Unidos). Era la pequeña de los tres hijos de
Helen May (Clarke) y Charles Emory Apgar. Su hermano mayor falleció
prematuramente a causa de una tuberculosis y su segundo hermano padecía una
enfermedad crónica. Es probable que estas adversidades fueran el motivo de que,
al graduarse en el Westfield High School en 1925, Virginia tuviera claro que
quería ser médica.
Comenzó a estudiar en el Mount Holyoke College y se
graduó en 1929 en la especialidad de zoología, con minors en fisiología y
química. De allí pasó a cursar la carrera de medicina en la Universidad de
Columbia, donde se graduó en 1933 en el College of Physicians and Surgeons.
Virginia quería ser cirujana. Obtuvo un contrato en
prácticas en Columbia, pero Allen Whipple, el responsable de cirugía del
Columbia-Presbyterian Medical Center, le aconsejó que no continuara su carrera
como cirujana. Argumentó que otras mujeres a las que había supervisado no habían
tenido éxito en esa disciplina.
Sin embargo, la animó a dedicarse a la anestesiología
–especialidad practicada en aquel momento fundamentalmente por enfermeras–, una
disciplina esencial en cirugía que Whipple pensaba que necesitaba mejoras e
innovaciones. El cirujano opinaba que Virginia tenía la «energía, inteligencia
y habilidad necesarias para realizar significativas aportaciones en esta área».
Virginia le hizo caso y se formó durante seis meses
con el anestesiólogo Ralph Waters en la Universidad de Wisconsin-Madison. Era
la única mujer en un grupo de otros quince estudiantes. Completó su formación
durante otros seis meses con el anestesiólogo Ernest Rovenstine en el Hospital
Bellevue de Nueva York.
En 1938 regresó al Columbia, a la recién formada
división de anestesiología, como asistente. A pesar de su título, tuvo
problemas para contratar médicos que trabajaran para ella: los cirujanos no
consideraban a los anestesiólogos como iguales y el salario era bajo. Apgar fue
la única persona contratada en esa división hasta mediados de la década de
1940.
En 1946, la anestesiología comenzó a convertirse en
una especialidad médica reconocida, con una formación en residencia necesaria.
En 1949, cuando la investigación en anestesiología dio lugar a la formación de
un departamento académico, Virginia Apgar se convirtió en la primera mujer
profesora titular del centro.
Comenzó a estudiar los efectos en los recién nacidos
de la anestesia administrada a las mujeres durante el parto. Su mayor
contribución al campo fue el famoso test de Apgar.
El
test de Apgar
Entre los años 1930 y 1950, la tasa de mortalidad
infantil en los Estados Unidos disminuyó notablemente. Sin embargo, los
fallecimientos hasta las primeras 24 horas tras el nacimiento se mantenían
constantes. Apgar comenzó a investigar para intentar frenar esta tendencia.
Como anestesióloga obstétrica, pudo analizar miles de
partos y detectar esas particularidades que podían ayudar a reconocer a los
bebés sanos de los que tenían problemas.
Tras presentar sus investigaciones en un congreso, en
1953 publicó el artículo en el que proponía su test para evaluar la salud de
los bebés recién nacidos. A pesar de la resistencia inicial, su prueba fue
finalmente aceptada y se sigue utilizando en todo el mundo.
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