El cubano Mijaín López en solitario la leyenda de los Juegos Olímpicos de París, con casi 42 años, logra quinta medalla de oro consecutiva en la misma prueba individual
PARÍS, Francia (6 Agosto 2024).- Más fuerte que Michael Phelps y Carl Lewis: el luchador cubano Mijaín López entró este martes en solitario en la leyenda de los Juegos Olímpicos de París, con casi 42 años, con una quinta medalla de oro consecutiva en la misma prueba individual.
Basta mirar el pedigrí de los atletas con los que el
coloso de los dos metros compartía el récord hasta entonces para darse cuenta
de la magnitud de la hazaña, resultado de una longevidad excepcional al más
alto nivel.
Los estadounidenses Carl Lewis (atletismo, salto de
longitud), Michael Phelps (natación, 200 m combinados), Katie Ledecky
(natación, 800 m libre) y Al Oerter (atletismo, disco), el danés Paul Elvstrom
(vela) y la japonesa Kaori Icho ( lucha libre) han sido eliminados de los
estantes.
Después de Beijing, Londres, Río y Tokio, López se
coronó por quinta vez en la categoría reina de los 130 kg en la lucha
grecorromana y realizó una gran entrada al panteón del deporte.
“Hay que amar tu deporte, ser profesional y
demostrarle al mundo que con poco se pueden conseguir grandes cosas”, reaccionó
rápidamente. “La sinceridad y la humildad cuentan mucho en la vida para lograr
tales resultados”.
El “Terrible” pudo retirarse pacíficamente tras su
última coronación en Japón en su pueblo del occidente de Cuba, pero decidió
partir de allí para escribir un poco más su leyenda.
"No es muy sensible a la gloria. Lo hace por amor
a su deporte, por placer. Si Dios le dio la oportunidad de ser el más grande de
la historia, ¿por qué no aprovecharla?", dijo su entrenador Raúl Trujillo.
AFP.
Zapatos
en la alfombra
Conservado por su personal, López no había aparecido
en competición desde hacía tres años. A pesar de cuatro hernias discales, se había
preparado bien para París.
Hizo un recorrido impresionante, en particular
despidiendo al vigente campeón del mundo iraní Amin Mirzazadeh en cuartos de
final antes de dominar sin temblar en el último escalón el martes por la noche
al chileno Yasmani Acosta (6-0), una "perdiz" de 36 años.
También de origen cubano, este último cambió su
nacionalidad para tener posibilidades de participar en los Juegos Olímpicos,
donde a cada país sólo se le permite un representante por categoría.
Después de vibrar la semana pasada por las hazañas del
judoca francés Teddy Riner, la Arena Champ-de-Mars brindó a López, otra leyenda
viva de su deporte, una ovación digna de su palmarés.
El cuarentón dejó su par de zapatos en medio de la
lona al final de la final, una tradición entre los luchadores retirados.
“Tenemos que dejar espacio a los jóvenes”, declaró
tras el último combate de su inmensa carrera, sugiriendo que podría verse
convirtiéndose en entrenador en el futuro.
“Los entrenamientos y las peleas contra gente más
joven me convencieron de que era hora de parar”, explicó el cinco veces campeón
olímpico. “Tuve una carrera de 32 años, 20 de ellos como atleta olímpico, y
tuve que superar muchos obstáculos”.
Su récord podría ser igualado dentro de cuatro años si
la nadadora estadounidense Katie Ledecky, de 27 años, imperial en los 800 m,
continúa hasta los Juegos de Los Ángeles, como parece pretender.
Lo suficiente como para quizás hacer cambiar de
opinión a López una vez más.
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