En la II Asamblea General ordinaria del Sínodo de los obispos se reza también por las víctimas de la guerra
CIUDAD DEL VATICANO (3 Octubre 2024).- «Estamos al borde de un conflicto cada vez más amplio": con una mirada a la actualidad, el saludo del secretario general del Sínodo de los obispos abrió la primera Congregación general de la Asamblea, que comenzó ayer por la tarde en el Aula Pablo VI ante la presencia del Papa.
En primer lugar, la «bienvenida» a los 368 miembros,
procedentes de todo el mundo, que se reencontraron después de un año en las
mesas circulares del Aula Pablo VI. Luego, inmediatamente, un pensamiento para
los hermanos y hermanas oprimidos por los conflictos. El cardenal Mario Grech,
secretario general del Sínodo de los obispos, abrió la primera congregación
general de la Asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, que comenzó
ayer, 2 de octubre, con una mirada a la actualidad.
Creciente
tensión por los conflictos
«Mientras celebramos esta Asamblea, ¡se están librando
guerras en tantas partes del mundo! Estamos al borde de una ampliación del
conflicto», dijo el cardenal maltés, en la mesa con el Papa, bajo la mirada de
una reproducción de la Salus Populi Romani. «¿Cuántas generaciones tendrán que
pasar para que los pueblos en guerra puedan de nuevo 'sentarse juntos' y
dialogar, para construir juntos un futuro pacífico?».
El
don de la paz
A continuación, los padres y madres sinodales
abrazaron a los hermanos y hermanas presentes en el Aula procedentes de zonas
en guerra o de naciones «que ven violadas las libertades fundamentales de los
pueblos». «A través de sus voces podemos escuchar los gritos y las lágrimas de
los que sufren bajo las bombas, especialmente los niños, que respiran este
clima de odio», dijo el cardenal Grech. «Como creyentes estamos llamados a
anhelar y rezar por el precioso don de la paz para todos los pueblos».
Testimonio
creíble
Esta oración incesante debe combinarse con un
«testimonio creíble». Y la propia Asamblea sinodal es «un testimonio creíble»:
«El hecho de que hombres y mujeres se hayan reunido de todas las partes de la
tierra para escuchar al Espíritu escuchándose unos a otros es un signo de
contradicción para el mundo», subrayó el cardenal. «Una Iglesia sinodal es una
propuesta a la sociedad actual» y el discernimiento es un «puente a través del
cual creyentes y no creyentes pueden escucharse y comprenderse utilizando una
gramática común», añade Grech, citando a Umberto Eco.
No
a los cambios estructurales, sino a la escucha
A continuación, el cardenal se refirió a la misión de
la asamblea: «Muchos piensan que el objetivo del Sínodo es el cambio
estructural de la Iglesia, la reforma. Se trata de «una inquietud» que recorre
a toda la Iglesia, pero no todos tienen «la misma idea de la reforma y de sus
prioridades». Más bien, reiteró Grech, la dimensión de la escucha es
fundamental, en el corazón de todas las etapas del proceso: desde la consulta
en las Iglesias locales a la de las Conferencias episcopales, desde las
Asambleas continentales a la sesión del 2023 en torno al Papa.
«Así enumeradas, las etapas parecen configurar un
proceso lineal, en el que el Pueblo de Dios aparece sólo al principio para dar
la ilusión de participar en un proceso de toma de decisiones que, sin embargo,
permanece concentrado en las manos de unos pocos», observó el cardenal.
«Si éste fuera el caso, tendrían razón quienes afirman
que el proceso sinodal, una vez que ha pasado a la etapa del discernimiento por
parte de los obispos, ha extinguido toda instancia profética del Pueblo de
Dios».
Proceso
circular
En realidad, «el consenso universal procede de la
escucha de todos». En cada etapa «hemos devuelto a las Iglesias el fruto de la
escucha». Ha sido, por tanto, un proceso circular: «El Sínodo es un proceso que
compromete a toda la Iglesia y a todos en la Iglesia, cada uno según su
función, su carisma y su ministerio», señaló el cardenal. «Nos espera un
trabajo intenso...». La conclusión no será «una enunciación teórica, un
Documento final, sino la vida concreta de la Iglesia».
Aportaciones
de todo el mundo
Al final de su intervención, que fue recibida con aplausos,
el cardenal Grech explicó que habían llegado a la Secretaría General del Sínodo
108 síntesis nacionales preparadas por las Conferencias episcopales de todo el
mundo. A éstas se unieron nueve respuestas de las Iglesias orientales
católicas, cuatro de las reuniones de los episcopados, y luego las síntesis de
la Usg y la Uisg en representación de la vida consagrada. «Este rico material,
junto con los comentarios enviados libremente por individuos y grupos, ha
constituido la espina dorsal del Instrumentum Laboris que ahora está en
nuestras manos».
La
segunda sesión, no es una repetición de la primera
Y precisamente sobre los detalles del documento,
difundido el pasado 9 de julio, y sobre los objetivos de esta segunda sesión
habló el cardenal Jean-Claude Hollerich, relator general, en un largo informe
que abrió con el deseo de que todos los presentes se sintieran «bienvenidos».
«Ha sido un placer volver a encontrarnos, es señal de
que la familiaridad y la amistad han crecido entre nosotros, y que el año pasado
no las ha borrado», comenzó. La segunda sesión, aclaró inmediatamente el
cardenal luxemburgués, «no es una repetición, ni siquiera una mera continuación
de la primera».
Si el objetivo de la asamblea del 2023 era conocerse y
«adquirir un mejor conocimiento de las Iglesias de las que proceden los demás»,
en esta segunda fase, en cambio, los miembros del Sínodo están llamados a
«centrar» su mirada en «posibles trayectorias de crecimiento por las que
invitar a caminar a las Iglesias».
«El objetivo es que esas riquezas no se queden
encerradas en un cofre, sino que entren en el circuito del intercambio de dones
que alimenta la comunión de la Iglesia en su conjunto».
En el Instrumentum laboris una «destilación» de los
tres años de camino
El Instrumentum laboris, en este sentido, ofrece un
'destilado' ('Para los que conocen la diferencia entre vino y la grapa... destilado', bromeó el cardenal)
de lo que como Iglesia se ha aprendido en estos tres años.
Es un documento distinto al primero «porque nuestra tarea
es diferente»: en el anterior había muchas preguntas, unas 300; en el segundo
Instrumentum, en cambio, los signos de interrogación aparecen sólo unas diez
veces («me tomé la molestia de contarlas», dijo Hollerich), precisamente para
subrayar el hecho de que ahora ya no hay preguntas sino acciones para ir «en
una dirección».
El Instrumentum laboris, aclaró Hollerich, «no es un
borrador del Documento final que simplemente hay que enmendar, sino la
recopilación de los resultados de un proceso que nos corresponde discernir».
Diálogo y trabajo con los Grupos de Estudio
Por último, el cardenal luxemburgués señaló los
métodos de trabajo y las diferencias con respecto a la sesión anterior,
comenzando por el diálogo con los diez Grupos de Estudio creados por el Papa en
febrero para examinar y profundizar temas específicos, más otros tres sobre
cuestiones concretas.
«Tenemos compañeros de viaje – subrayó – son nuestros
interlocutores». Y en la última parte de la primera congregación, un
representante de cada uno de los Grupos informó sobre el programa de trabajo de
su Grupo para los próximos días y meses, esbozando reflexiones y temas. Se
espera un diálogo continuo entre los miembros del Sínodo y los de los Grupos:
«Al estilo del Sínodo, no seré el único que hable durante el informe del
relator general», comentó Hollerich, «¡bien por ustedes!».
A continuación, el relator general del Sínodo enumeró
los temas abordados por los Grupos: el camino ecuménico; las relaciones entre
las Iglesias orientales católicas y la Iglesia latina; el grito de los pobres;
el servicio de los obispos, sacerdotes y diáconos y la relación con el Pueblo
de Dios; la formación para la sinodalidad; el entorno digital; las relaciones
entre las Iglesias locales, la función del instituto sinodal; el servicio de la
unidad que compete al Obispo de Roma; las cuestiones doctrinales, pastorales y
éticas «controvertidas»; los ministerios en la Iglesia y la relación entre
carismas y ministerios.
Mujeres
Sobre este último punto, el cardenal Víctor Manuel
Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, ofreció pinceladas,
explicando que entre los temas que se abordarán están el lugar de la mujer en
la Iglesia, los procesos de toma de decisiones relacionados con el liderazgo
comunitario y el diaconado femenino, teniendo en cuenta que «conocemos la
posición pública del Pontífice de que no considera madura la cuestión».
«La oportunidad de una profundización sigue abierta,
pero en la mens del Santo Padre, hay otras cuestiones que todavía deben ser
exploradas y resueltas antes de apresurarse a hablar de un posible diaconado
para algunas mujeres», dijo el cardenal argentino. El riesgo, advirtió, es que
«el diaconado se convierta en un consuelo para algunas mujeres, y se acabe
descuidando la decisión decisiva de la participación en la Iglesia».
El
drama de las Iglesias orientales
Antes, el cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del
Dicasterio para las Iglesias orientales, puso ante los ojos de los presentes
«la dramática situación de estos días: bombas, tanques destruyendo por todas
partes y de forma dramática no sólo personas sino también esperanzas» y
afectando a una «categoría pequeña y frágil» como son las Iglesias orientales
católicas en zonas de guerra. «Están en peligro de desaparecer», denunció el
responsable del Dicasterio. «Su pérdida sería irreparable para la Iglesia».
Por ello, el grupo de Gugerotti asume la tarea de
«pedir a los latinos más fuertes y organizados que ayuden a estos hermanos
nuestros a vivir mejor, sobre todo después de las fuertes emigraciones de sus
tierras de origen». Para algunas Iglesias, de hecho, «el mayor porcentaje de
fieles se encuentra en la diáspora y no en sus propias tierras, asoladas por
las guerras».
El
entorno digital
En otra intervención, la experta Kim Daniels informó
sobre el trabajo del grupo reflexionando sobre la presencia en el entorno
digital. Afirmó que «lo digital es una nueva página de la misión» y habló de la
«posibilidad de llegar a los necesitados y proclamar la Palabra de Dios» en el
mundo virtual. Daniels también hizo hincapié en la importancia de reconectar
los encuentros digitales con los encuentros presenciales y de llevar el
testimonio de Jesucristo a todos los espacios de encuentro.
La
cuestión de la poligamia
La primera congregación se intercaló con la proyección
de algunas vídeo-intervenciones, entre ellas la del cardenal de Kinshasa,
Fridolin Ambongo, sobre la difícil cuestión de la poligamia en muchos países
africanos: «Un verdadero desafío pastoral». «Hay personas que han abrazado la
fe cristiana en situación de poligamia, pero también hay bautizados que viven en
poligamia después de su conversión», señaló Ambongo en el vídeo.
«¿Qué forma de pastoral es la más adecuada para
acompañar a las personas en relaciones polígamas?» fue la pregunta a partir de
la cual desarrollar la acción. A este respecto, informó Ambongo, el SECAM
(Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar) ha elaborado
un plan en cuatro etapas que pretende profundizar en las formas de este
fenómeno, sus motivaciones, la doctrina y la pastoral para los polígamos.
Por SALVATORE
CERNUZIO/Vatican News
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