Kamala Harris admite derrota pero llama partidarios demócratas a seguir luchando
WASHINGTON (7 Noviembre 2024).- La vicepresidenta Kamala Harris reconoció formalmente su derrota ante el presidente electo Donald Trump el miércoles en un discurso desafiante y emotivo, en el cual le dijo a sus simpatizantes que “aunque concedo estas elecciones, no concedo la lucha que ha alimentado esta campaña”.
“Nunca hagan
caso cuando alguien les diga que algo es imposible porque nunca se ha hecho
antes”, dijo Harris, la primera mujer negra y persona de ascendencia
sudasiática en ser candidata presidencial de un partido político importante.
“Tienen la capacidad de hacer un bien extraordinario en el mundo. Así que, a
todos los que nos están viendo, no se desanimen. No es momento de darnos por
vencidos. Es el momento de prepararnos para poner manos a la obra”.
Harris, con la voz entrecortada por la emoción en
algunos momentos, pronunció el discurso final de su campaña presidencial en la
Universidad Howard, su alma mater, en Washington.
Muchas de sus seguidoras mujeres lloraban mientras
salían del patio central del campus.
Su discurso de concesión de 12 minutos fue más de lo
que Trump le ofreció al presidente Biden y a Harris después de que lo
derrotaran en 2020. Hasta el día de hoy, Trump no ha concedido esa contienda,
ni en público ni en privado. Ahora, vuelve a la Casa Blanca tras una victoria
contundente, aún enfrentándose técnicamente a cargos federales por sus intentos
de anular esa elección.
El miércoles, en lo que pareció un recordatorio
punzante, Harris dijo que había llamado a Trump más temprano ese día para
ofrecer sus felicitaciones, pero también para prometer que el gobierno de Biden
“participaría en una transferencia pacífica del poder”.
“Un principio fundamental de la democracia
estadounidense es que cuando perdemos unas elecciones, aceptamos los
resultados”, dijo. “Ese principio, tanto como cualquier otro, distingue a la
democracia de la monarquía o la tiranía, y quien busque la confianza pública
debe honrarlo”.
Los resultados, que seguían llegando mientras Harris
hablaba, mostraban que la candidata iba camino de perder tanto el voto popular
nacional como los siete estados más disputados. Harris llevó a cabo una campaña
de 107 días en circunstancias extraordinariamente inusuales, después de que
Biden abandonara la contienda y la vicepresidenta obtuviera la candidatura
demócrata. Pero, lastrada por el legado de su cargo actual y sin la voluntad de
articular una separación significativa del impopular gobierno de Biden, Harris
perdió terreno entre la mayoría de los principales grupos de votantes.
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