Dicha gestión fue tan valorada por el Senado de la República, que decidió ratificar a la gran mayoría de los miembros que conforman el pleno de la JCE.
Pese a su reconocimiento y alta valoración,
indiscutiblemente que siempre hay desafíos por delante y fortalezas que
potencializar, la nueva gestión que inicia tiene necesariamente que comenzar a
mirar hacia el futuro, y pensar en los grandes desafíos que tienen
institucionalmente.
Tomando como referencia el proceso pasado, la nueva gestión tiene el desafío de mantener el nivel de confianza y legitimidad del órgano, pero además es necesario establecer estrategias para lograr mayores niveles de participación política de los votantes para combatir el alto nivel de abstención electoral.
Otro grande desafío que tiene la JCE pese a que la Ley
Electoral no es lo suficientemente robusta para empoderar al órgano electoral
con sanciones contundente, es lograr con los partidos políticos el cumplimiento
de los plazos electorales para evitar la campaña a destiempo para que la
competencia electoral sea mucho más equitativa y menos costosa.
La renovación de la cédula de identidad, también se
constituye en un desafío importante de la nueva gestión y que esperamos que la
ciudadanía y los actores político puedan apoyar dicha iniciativa para un
resultado exitoso, a nivel del registro civil indiscutiblemente que tienen
desafío importante, hay que velar por el fortalecimiento del registro civil
especialmente el Libro de Extranjería que siempre es objeto de críticas por la
cantidad de parturientas extranjeras que dan a luz en el país y por último, me
parece que hay que ir dando los pasos necesarios para la implementación y uso
de tecnologías en los procesos electorales.
La nueva gestión de la JCE tendrá que determinar sus
fortalezas y planificar un trabajo con tiempo para tener resultados inmediatos
y a largo plazo, la sociedad espera muchos de ellos, como dicen en los pueblos,
en buenas manos está el pandero. A trabajar.
Por PABLO VICENTE
El autor es abogado
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