Del papa Francisco a seminaristas de Córdoba “no piensen nunca que sembrar esperanza es decir palabras de cortesía u optar por un buenismo dulzón”
CIUDAD DEL VATICANO (17 Enero 2025).- Este viernes, 17 de enero, el Santo Padre recibió en audiencia a los miembros de la Comunidad del Seminario de Córdoba, España. A ellos, el Pontífice los exhortó a reconocer las señales de la esperanza que nos indican el itinerario de la vida. Además, les dijo que, “no piensen nunca que sembrar esperanza es decir palabras de cortesía u optar por un buenismo dulzón”.
“La esperanza” son “las señales que nos van marcando el itinerario” del viaje de la vida, este fue el núcleo de la reflexión que el Papa Francisco dirigió a los miembros de la Comunidad del Seminario de Córdoba, España, a quienes recibió en audiencia la mañana de este viernes, 17 de enero, en la Sala Clementina del Vaticano.
No
a los sitios más cómodos
A los seminaristas y formadores del Seminario
Conciliar San Pelagio, el Santo Padre les propone en este Año Jubilar, tres
“señales” de la esperanza que nos indican el camino de la vida. La primera
señal que el Pontífice plantea es la “dirección hacia el cielo”, el que nos
lleva “al encuentro definitivo con Jesús”.
“No a las primeras posiciones, no a los sitios más
cómodos, esos son callejones sin salida, que si tenemos la desdicha de
embocarlos debemos salir marcha atrás con trabajo y vergüenza”.
Armados
con el yelmo de la esperanza
En su encuentro casi coloquial con los seminaristas,
el Papa Francisco les indica una segunda señal de la esperanza que tiene que
ver con “los peligros en el camino”. Para reflexionar sobre esta señal, el
Pontífice les recuerda que ellos “vienen de un hermoso lugar que toma el nombre
de san Pelagio y ocupa el antiguo solar del campo de los mártires”.
“Como hizo entonces ese santo niño, en medio del dolor
de una guerra, de la crueldad más indigna del ser humano, armados con el yelmo
de la esperanza, se puede dar testimonio, se puede perseverar en el camino del
Señor, convencidos de que Jesús los sostendrá siempre y nos dará además la
fuerza de ser sembradores de esperanza”.
Jesús
es nuestra única esperanza
Finalmente, el Santo Padre les propuso la tercera
señal, las zonas de avituallamiento. En este camino, que ahora les ha traído a
Roma, a atravesar la Puerta Santa y visitar las tumbas de los apóstoles, les
indicó el Papa, necesitamos ser sostenidos, sentir la presencia del que es nuestra
única esperanza, Jesús.
“Él se nos presenta como Maestro, como Señor, se nos
da como alimento en su palabra y en la Eucaristía, nos repara cuando pinchamos
en medio de la carretera y nos acoge cuando nos vence la fatiga y debemos
detenernos a hacer una pausa. Sin esa esperanza, ponernos en camino sería una
locura, pero fiados en Él no tenemos dudas de que llegaremos al puerto
deseado”.
Sembrar
esperanza no es decir palabras de cortesía o un buenismo dulzón
Antes de invocar la ayuda del Señor para que en todo
ello Jesús los sostenga y la Virgen de la Fuensanta los cuide, el Papa
Francisco recordó a los seminaristas que, “no piensen nunca que sembrar
esperanza es decir palabras de cortesía u optar por un buenismo dulzón”.
“Este camino es el camino de Jesús, que lleva a la
Jerusalén celeste, pasando por la terrena, abrazados a la cruz, y sostenidos
por infinidad de cirineos. Un camino en el que no se puede avanzar solo, sino
en comunidad, guiando, defendiendo, asistiendo y bendiciendo a aquellos que el
Señor nos dejó como tarea”.
Por RENATO
MARTÏNEZ/Vatican News
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