Cuando el techo que debe caer es el de nuestra conciencia

Más allá de los escombros físicos, el verdadero derrumbe que necesita República Dominicana es el de la indiferencia humana.

El colapso del techo de la discoteca Jet Set en Santo Domingo no solo se llevó vidas; derrumbó también ilusiones, memorias y el falso sentido de seguridad de una sociedad marcada por la negligencia, la corrupción y la superficialidad.

Este episodio —que enluta a toda la nación— debe ir más allá de un simple recuento de muertos y heridos. Debe ser una sacudida moral. Porque cuando un techo se cae, lo primero que hay que preguntarse es: ¿quién lo permitió? Y en República Dominicana, tristemente, los techos no se caen solo por fallas de ingeniería, sino por fallas de ética.

La Tragedia del Jet Set: Crónica de un Estado Frágil

La estructura física que colapsó es apenas un símbolo de otra estructura más peligrosa: la impunidad. Un sistema donde la supervisión técnica es letra muerta, donde los permisos se compran, donde los inspectores se venden y donde la vida humana es la última prioridad.

Esto es lo que la escritora Naomi Klein denominó "el capitalismo del desastre": lucrar con la precariedad y luego actuar con hipocresía ante las consecuencias.

Fuentes y Referencias :

Naomi Klein, La doctrina del shock, Editorial Paidós.

Reportaje de Diario Libre, 9 de abril 2025: "Cronología del colapso en Jet Set".

Informe Especial CDN, 10 de abril 2025: "Negligencia y corrupción: causas probables de la tragedia".

Declaraciones de Martin Luther King Jr., Strength to Love (1963).

Pero el análisis más profundo no está en la ingeniería de estructuras, sino en la arquitectura moral de nuestro país. Hay techos invisibles que nos mantienen encerrados en un egoísmo feroz, en una religiosidad vacía, en un orgullo social que clasifica las vidas por el dinero o el apellido.

Como dice el autor Rabel Matos Montilla —con un estilo literario que honra la dignidad humana— los techos que más deben caer son los de la arrogancia, la insensibilidad y la deshumanización.

¿Qué nos queda por hacer?

1. Investigar con transparencia y castigar a los responsables.

2. Fortalecer las instituciones de supervisión y control.

3. Humanizar nuestros discursos públicos, especialmente desde el púlpito y los medios.

4. Aprender a llorar con el que llora y callar con respeto ante el dolor ajeno.

Porque al final de cuentas —como dijera Martin Luther King Jr.— "la oscuridad no puede expulsar a la oscuridad; solo la luz puede hacerlo."

Y la luz comienza cuando dejamos de señalar con el dedo... para empezar a extender la mano.


Por ANDRÉS JULIO RIVERA BAZIL

13 de abril 2025

Tomado de su red social Facebook 

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