¿Tiene la Biblia algo que decir sobre los aranceles y la guerra comercial?

MADRID, España (18 Abril 2025).- Los aranceles no son nuevos y pueden producir varios efectos. Moisés Contreras explica principios cristianos para el comercio,más allá de los intereses políticos.


El 9 de abril entrarían en vigor una medida impulsada por EEUU que provocó un shock anticipado en la economía mundial.

Los aranceles, o impuestos a productos que llegan desde el extranjero, pretenden ser una forma de proteger la producción industrial del país, y por tanto a sus trabajadores, aumentando además los ingresos del estado. Pero esta medida proteccionista, que choca con las normas no escritas del comercio mundial de las últimas décadas, puede frenar drásticamente no sólo la inversión económica (como mostró la caída de las bolsas) sino también la capacidad de consumo de las familias.

Para entender mejor los efectos de una guerra comercial global como la que se podría desencadenar y saber si la Biblia tiene algo que decir sobre ello, Evangelical Focus preguntó a Moisés Contreras, un ejecutivo con larga experiencia en comercio internacional.

Contreras es también miembro de Compass Europe y preside el grupo de trabajo sobre Discipulado Financiero de la Alianza Evangélica Española.

¿Tiene la Biblia algo que decir sobre los aranceles y la guerra comercial?

 Moisés Contreras. 
 

 

Pregunta. A los que no somos expertos en economía, nos cuesta medir el impacto real de una guerra comercial en la vida diaria. ¿Por qué es importante el actual debate global sobre aranceles y cómo nos afectará?

Respuesta. Desde los albores de la producción industrial, las transacciones mercantiles transfronterizas han estado acompañadas de la imposición de tarifas arancelarias, inicialmente de carácter general y posteriormente con una especificidad creciente según el origen y la aplicación de los productos.

Estos aranceles responden fundamentalmente a dos propósitos: la provisión de ingresos fiscales al Estado, compensando la menor recaudación por la posible disminución de la producción nacional, y la protección de la industria interna mediante el encarecimiento de los bienes importados.

Aunque en un primer momento las tarifas arancelarias suponen una carga económica para los consumidores de productos foráneos, a largo plazo pueden estimular la inversión local, tanto nacional como extranjera, generando una ventaja competitiva para el mercado interno.

El debate actual está en la justicia y la pertinencia de estas medidas, considerando también su utilización como instrumentos de presión en el contexto de las disputas comerciales entre naciones.

 

Fuente: PROTESTANTE DIGITAL

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