De la utopía vive el hombre.
¿Cuál de las grandes realizaciones de la humanidad no
ha surgido como utopía?
Hoy en día vivimos el ensueño de conquistar y poblar
el planeta Marte.
Desde antaño los mortales se han aferrado a sueños
para superar sus limitaciones. La quimera ha sido un arma intrínseca de la
humanidad a través de los años.
La imaginación nos ha colmado siempre, y ha sido
además, fuente de los destellos creativos para el crecimiento y el desarrollo
de los hombres.
Por eso creemos necesario afrontar la situación de
pobreza que abate a sectores del país, a partir de iniciativas que podrían
verse como desvaríos, ilusiones inalcanzables, pero que la inteligencia, el don
de humanidad del que están creados los hombres, conocido también como
conciencia, se encargan de convertirlos en realidad.
La
pobreza se resiste a ceder
En ese sentido, se prevé plantear como alternativa la
integración directa y práctica de grupos económicos, de la industria, del
empresariado y comerciantes a la acción vital de enfrentar la pobreza en el
país. Los múltiples esfuerzos del Estado para superar la situación no han sido
suficientes, no obstante las millonarias inversiones del Estado. El mal, en
tanto, se acumula y persiste bajo un manto de preocupación generalizada.
A legua se puede observar cómo los programas de
asistencia social de este y otros gobiernos no han llenado todas las
expectativas, se quedan chiquitos frente a la creciente necesidad de mitigar la
falta de equidad. El problema se almacena sin que se vislumbre ninguna salida a
la vista. La situación hace imperativo que el Estado y los grupos económicos se
pongan de acuerdo y enfrenten juntos, pero cada quién desde sus aceras, desde
sus puntos de vista, la acuciante realidad de la pobreza que se palpa pese al
crecimiento económico.
Es necesario que, a la par que se implementan
políticas y programas para crear empleos, se trabaje para reducir la
informalidad y financiar pequeñas empresas, se ayude a la población con acciones
humanitarias y de asistencia social con un enfoque diferente.
Los propios grupos económicos y el Estado deben apelar
a la creatividad de su liderazgo para generar iniciativas a partir de una nueva
visión social adecuada a la época, la cual conlleve a una participación directa
y activa de sectores de la industria, del empresariado y el comercio en la
realización de programas específicos destinados a enfrentar el flagelo. No basta
con los arrojos del Estado.
Esfuerzos
arduos, pero insuficiente
Los esfuerzos han sido arduos por parte de los últimos
gobiernos, incluyendo al actual mandato del presidente Luis Abinader. Ocurre,
sin embargo, que una buena parte de ese brío se queda en gastos burocráticos, o
se diluyen en el camino.
La situación de inopia de muchos dominicanos persiste
no obstante los esfuerzos del oficialismo y el crecimiento económico que ha
registrado la nación en los últimos años.
¿Por qué entonces la miseria se enseñorea en la
población, especialmente en zonas rurales? ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué las
políticas de asistencia social que ejecuta el gobierno no surten los efectos
deseados?
Las causas son muchas, pero la principal, según
nuestro entender, es la falla que afecta el sistema educativo, el cual pese a
la multimillonaria inversión que se destina a ese sector no da los frutos
deseados.
Adentrarse a estudiar e identificar por qué ha sido
tan difícil para la sociedad dominicana lograr políticas, planes y programas
sociales que coadyuven, si no a superar, o a erradicar de manera definitiva, a
por lo menos reducir de forma drástica la pesada carga de la pobreza, la cual
es persistente a través del tiempo.
Planes
para el futuro
¿Qué dice al respecto el Gabinete Social del Gobierno?
¿Qué nuevos programas contempla implementar este gabinete en los próximos
meses.
Hay que destacar que el gobierno destina inversiones
de 659,914.7 millones de pesos a servicios sociales, de los cuales 309,600.3
millones de pesos corresponden al sector educativo. Para protección social se
destinarán este año unos 173,3 millones de pesos.
Igualmente, el Banco Mundial informó que mantiene su
colaboración con República Dominicana “para mejorar su sistema de protección
social, con el objetivo de proteger a las familias más vulnerables”. Refiere
que también ha apoyado a instituciones clave como SIUBEN (Sistema Único de
Beneficiarios), Supérate y ADESS (Administración de Subsidios Sociales), así
como programas de formación de miles de jóvenes.
No obstante, la calamidad está lejos de ser superada,
mientras los distintos sectores coinciden en la necesidad de mejorar la
precariedad que afecta a la educación, a la cual se identifica como un factor
determinante del anclaje de la pobreza en sectores del país, aunque que no es
el único. Se agrega a esto la interferencia política partidaria en los planes
sociales del gobierno. Parece un contrasentido, pero la verdad es que el manejo
político recarga la burocracia de estos programas y hace que sean ineficientes,
pero eso no es cosa solo de ahora, sino que es un problema que se arrastra de
los distintos gobiernos.
Solución
del problema
Ante la lamentable realidad antes citada, cabe sugerir
la intervención del sector privado, a los fines de que el mismo pueda
contribuir a la solución del problema de la pobreza en el país.
Pero surgen algunas preguntas ¿Cómo hacerlo? ¿Qué
implica la intervención privada en los planes de superar las penurias? ¿Por qué
el sector privado? ¿De dónde vendrían los recursos? Al respecto, formulamos las
siguientes sugerencias:
-Crear un consejo del sector privado que se encargue
de combatir la pobreza al margen de los planes del gobierno.
-Que ese consejo se ocupe de captar recursos, tanto a
nivel nacional como internacional, para destinarlos a programas dirigidos a
mitigar las penurias de algunos sectores.
-A la par de los programas sociales del gobierno, este
consejo privado puede llevar a cabo sus propias acciones de asistencia social a
los barrios y comunidades, previamente seleccionados.
Los
ejemplos
Para muestra basta un botón. Aunque se trata de
actividades a pequeña escala, se puede tomar como ejemplo las acciones sociales
que realiza la galardonada periodista Alicia Ortega de Hasbún y el Grupo
Noticias SIN en barrios y comunidades del país.
También, citamos a modo de referencia las
intervenciones de tipo social que realiza la Fundación Sur Futuro, Inc. y su
presidenta Melba Segura de Grullón en comunidades de la región Sur, específicamente
en Padre Las Casas.
Y así nos encontramos con muchas otras entidades
empresariales que realizan trabajos de asistencia social por mutuo proprio,
utilizando sus propios recursos. La diferencia está en que estas se agrupen en
torno a sus gremios para que estas acciones sean de mayor importancia.
Otro ejemplo, pero ya a nivel internacional, lo
tenemos con Elon Musk, el hombre más rico del mundo, quien hace poco informó
que destina 9 mil millones de dólares de su fortuna para asistencia social a
nivel global.
En ese sentido, apelamos a los ricos del país para que
se desprendan de un poco de sus ganancias para destinarlas a planes sociales y
sientan la satisfacción de ver sus camiones cargados de alimentos entrar a los
barrios, apoyando de esa manera las acciones sociales del gobierno.
Y como estamos en época de “sueños”, nos permitirnos
ahora imaginar a camiones pintados con logos de la Asociación de Industrias de
la República Dominicana (AIRD) el Consejo Nacional de la Empresa Privada
(CONEP) y de la Federación de Comerciantes, entre otras entidades, llegar a barrios
y comunidades para entregar donativos que mitiguen los impactos de la pobreza
en esos sectores.
¿Qué se ganaría con eso? Consolidar la democracia,
fortalecer el clima de inversiones y garantizar la confianza, no solo jurídica,
sino también la de carácter social en el país.
Por EMILIANO
REYES ESPEJO
ere.prensa@gmail.com
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