Unos doscientos mil fieles acudieron este domingo a Roma con motivo del Jubileo de los adolescentes
CIUDAD DEL VATICANO (27 Abril 2025).- Un día soleado como el de ayer, una multitud de fieles y muchos jóvenes, unos doscientos mil, que acudieron a Roma con motivo del Jubileo de los adolescentes.
Es como si, aún hoy, en el segundo domingo de Pascua, Domingo de la Divina Misericordia, aquel abrazo al Papa Francisco que comenzó con el homenaje a sus restos por parte de miles de personas en la Basílica Vaticana, continuara en la Misa funeral celebrada el sábado por la mañana, en la procesión que lo acompañó hasta la Basílica de Santa María la Mayor donde fue enterrado.
En su homilía, el cardenal Pietro Parolin, en el segundo de los Novendiales en sufragio del Pontífice, se detuvo en un rasgo del magisterio de Francisco: la misericordia que inspira «su intensa actividad apostólica, junto con el ansia de anunciarla y compartirla con todos y que ha sido el programa de su pontificado». La misericordia, como subrayó repetidamente el Papa, «es el nombre mismo de Dios» y nadie puede poner límites al amor del Padre que «quiere resucitarnos y hacer de nosotros personas nuevas».
“Nuestro afecto por él, que se manifiesta en estas horas, no debe quedarse en una mera emoción del momento; debemos acoger su legado y hacer que se convierta en una vida vivida, abriéndonos a la misericordia de Dios y haciéndonos también misericordiosos los unos con los otros”
No hay paz sin misericordia
La Iglesia de Jesús está hecha, subraya Parolin, de discípulos que se hacen «instrumentos de misericordia para la humanidad».
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