La Policía Nacional (PN) tiene por misión lo siguiente: “Proteger la vida, la integridad física y la seguridad de las personas, garantizar el libre ejercicio a los derechos y libertades, prevenir acciones delictivas, perseguirlas e investigarlas bajo la dirección del Ministerio Público”, entre otras.
Observando la Constitución Dominicana: Artículo 37:
“El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte, y no
se podrá aplicar la pena de muerte en ningún caso”. Y el Artículo 38: “El
Estado se fundamenta en el respeto a la dignidad de la persona y se organiza
para proteger los derechos fundamentales que le son inherentes”.
Luego de estas observaciones externo mi gran
preocupación por la forma en que está operando este importante cuerpo del orden
en la actualidad, solo basta ver los principales noticieros del país, programas
y redes sociales, para darse cuenta con la facilidad que miembros de dicha
institución les quitan la vida a las personas violando sus propios principios y
las leyes dominicana, además de los derechos de los ciudadanos afectados. Pero
lo más lamentable es que todo esto ocurre y no son ni siquiera cuestionados.
Entre los casos de abuso policial, resalto el ocurrido
en el sector los Barracones de Baní, el pasado primero de mayo cuando (La DICRIM)
realizaba un operativo en un supuesto punto de droga, el joven Jhonathan
Guerrero (Pachulí) de 21 años al ver los agentes se echó a correr y por esa
acción los policías le entraron a tiros logrando herirlo de gravedad y unos días
después el muchacho murió en el Hospital Nuestra Señora de Regla de la Baní. Hay que
aclarar este joven no tenía antecedentes criminales.
La indignación se ha apoderado de ese sector por
entender que por el solo hecho de un joven correrle a la Policía no era motivo
para ejecutarlo así, esa triste escena se repite todos los días en diferentes
lugares de nuestro país, todo pasa como si fuera algo normal la gente solo
dice: “lo mató la policía”.
Importante recordar, que todos tenemos hijos, nietos o
sobrinos, el Presidente de la República como comandante en jefe de la PN, la
Ministra de interior y policía, los agentes, los senadores, los diputados así
como ciudadanos en general por lo que, todos estamos claro de lo que significa,
crear vínculos afectivos con nuestros hijos, nietos o sobrinos. Para que de
repente por cualquier tontería venga un gatillo alegre de la PN y le quite la
vida así tan fácil sin ninguna consecuencia; eso es muy deprimente, pero casi
siempre esto ocurre a familias muy pobres como si la pobreza fuera un delito.
Hago un llamado al excelentísimo señor presidente de la República, licenciado Luis Abinader, a la ministra de Interior y Policía, licenciada Faride Raful, al Defensor del Pueblo, licenciado Pablo Ulloa, a los comités de Derechos Humanos, y a las iglesias católicas y protestantes de la República Dominicana, para que no permitan que en nuestro país la Policía Nacional siga ejecutando la pena de muerte en nuestros barrios.
Que entiendan que los ciudadanos, son
protegidos por un estado de derecho que ellos deben respetar y garantizar. No
más muertes de inocentes. ¡Basta ya!.
Por TOMÁS ARIAS
El autor es periodista
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