Del papa a los sacerdotes de Roma: “No huyan ante los desafíos, sean creíbles y ejemplares”
CIUDAD DEL VATICANO (12 Junio 2025).- León XIV ha recibido esta mañana en audiencia al clero de la diócesis de Roma. Destaca su invitación a caminar juntos, a reavivar la llama de la vocación en un tiempo marcado por la violencia y, en el territorio romano, por la pobreza y la emergencia habitacional: “El presbítero está llamado a ser el hombre de la comunión”, testigo “dentro de una vida humilde” capaz de expresar “la fuerza renovadora del Evangelio”.
El Obispo de Roma se encuentra con su diócesis, con sus
sacerdotes y seminaristas, a quienes llama “un tesoro precioso” y por quienes
pide “un fuerte aplauso”. Lo hace tras haber tomado posesión de la diócesis de
Roma, el 25 de mayo, en la Basílica de San Juan de Letrán, cuando, citando al
beato Juan Pablo I, aseguró su disponibilidad y amor, poniendo a disposición
todas sus fuerzas.
En el Vaticano, el Papa León XIV reitera al clero de
Roma su deseo de “conocerlos de cerca para comenzar a caminar juntos”. Un
camino de obispo y pueblo que recuerda lo que deseaba el Papa Francisco desde
la Logia de las Bendiciones en 2013. Habla “con el corazón de padre y pastor”,
porque el Señor conoce las limitaciones del ser humano pero confía solo a
algunos una gracia especial:
“¡Comprometámonos todos a ser sacerdotes creíbles y
ejemplares! Somos conscientes de los límites de nuestra naturaleza y el Señor
nos conoce en profundidad; pero hemos recibido una gracia extraordinaria, se
nos ha confiado un tesoro precioso del que somos ministros, servidores. Y al
servidor se le exige fidelidad.”
Valiosos
a los ojos de Dios
El Papa León agradece a los sacerdotes por “la vida
entregada al servicio del Reino, por tanta generosidad en el ejercicio del
ministerio, por todo lo que –dice– viven en silencio y que, a veces, va
acompañado de sufrimiento o de incomprensión”:
“Ejercen servicios diversos, pero todos son valiosos a
los ojos de Dios y en la realización de su proyecto.”
Un
clima cultural que favorece el aislamiento
“Caminar juntos” es la recomendación que el Pontífice
hace a la diócesis de Roma, “una diócesis realmente particular, porque
–subraya– muchos sacerdotes llegan de distintas partes del mundo”, a menudo
para estudiar. Esta elección se refleja en la vida pastoral de las parroquias,
llamadas a un impulso de universalidad y de acogida recíproca. A partir de
esto, el Papa centra su pensamiento en dos conceptos que tiene “en el corazón”:
la unidad y la comunión. La comunión - destaca - se ve favorecida en Roma por
la vida común “en las casas parroquiales, los colegios u otras residencias”:
“El presbítero está llamado a ser el hombre de la
comunión, porque él la vive en primer lugar y la alimenta constantemente.
Sabemos que esta comunión hoy está obstaculizada por un clima cultural que
favorece el aislamiento o el ensimismamiento. Ninguno de nosotros está exento
de estas amenazas que ponen en riesgo la solidez de nuestra vida espiritual y
la fuerza de nuestro ministerio.”
Un impulso de fraternidad entre sacerdotes
Las amenazas se combaten vigilando tanto lo externo
como lo interno, prestando atención a las relaciones interpersonales, pero
también a lo que habita en el propio corazón, "especialmente ese
sentimiento de cansancio que surge por haber vivido dificultades particulares,
por no habernos sentido comprendidos y escuchados, o por otras razones.”
“Quisiera ayudarlos, caminar con ustedes, para que
cada uno recupere la serenidad en su ministerio; pero precisamente por eso les
pido un impulso en la fraternidad presbiteral, que hunde sus raíces en una vida
espiritual sólida, en el encuentro con el Señor y en la escucha de su Palabra.”
Carismas
distintos y fidelidad al Evangelio
“La comunión –subraya el Papa– también debe traducirse
en el compromiso dentro de esta diócesis: con carismas distintos, con
trayectorias de formación diversas y también con servicios distintos, pero
único debe ser el esfuerzo por sostenerla”. Un esfuerzo en el camino pastoral
que se traduce en caminar juntos, fieles al Evangelio, enriqueciendo a la
Iglesia con el propio carisma, “pero teniendo en el corazón el ser un solo
cuerpo, del cual Cristo es la Cabeza”.
El
amor del primer momento
El Papa se detiene en la importancia de la
ejemplaridad, y sabe que nadie está exento “de las seducciones del mundo y de
la ciudad, con sus mil propuestas”, que podrían alejar de una vida santa,
perdiendo así los valores profundos del sacerdocio:
“Déjense atraer nuevamente por la llamada del Maestro,
para sentir y vivir el amor del primer momento, aquel que los llevó a tomar
decisiones firmes y renuncias valientes. Si juntos tratamos de ser ejemplares
dentro de una vida humilde, entonces podremos expresar la fuerza renovadora del
Evangelio para cada hombre y cada mujer.”
Roma
entre belleza, pobreza y emergencia habitacional
Reavivar la llama de la vocación en un tiempo de
desafíos marcados por violencia y muerte. “Nos interpelan –dice León XIV– las
desigualdades, las pobrezas, tantas formas de marginación social, el
sufrimiento extendido que toma la forma de un malestar que ya no perdona a
nadie”. Realidades que, añade, no se viven solo lejos, sino también en Roma:
“¡Estamos llamados a abrazar estos desafíos, a
interpretarlos evangélicamente, a vivirlos como ocasiones de testimonio! ¡No
huyamos ante ellos!”.
Por BENEDETTA
CAPELLI/Vatican News
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