La época postmoderna en la que vivimos parece decidida a conducir la existencia humana por caminos sin dirección, sin un norte claro que guíe nuestros pasos. Se exalta la inmediatez, se absolutiza la emoción del momento, y hasta se desprecia cualquier ideal que implique esfuerzo, disciplina o trascendencia.
En nombre de una libertad mal entendida, se deja de
lado el compromiso con la verdad, se relativizan los valores y se ridiculiza
toda propuesta que apunte hacia el bien común o el crecimiento interior.
Es una era donde muchos caminan, pero pocos saben
hacia dónde van. Donde se vive mucho, pero se reflexiona poco. Y es
precisamente por eso que urge recuperar los grandes ideales que dan sentido, dirección
y esperanza a la vida.
Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.
Por MONSEÑOR
RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO
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