Pese a la oposición de la familia del asesinado premio Nobel, divulgan miles de páginas del FBI sobre asesinato de Martin Luther King Jr
WASHINGTON (22 Julio 2025).- La administración Trump ha hecho públicos los registros del FBI sobre la vigilancia a Martin Luther King Jr., a pesar de la oposición de la familia del asesinado premio Nobel y del grupo de derechos civiles que él lideró hasta su asesinato en 1968.
La publicación
incluye más de 240,000 páginas de documentos que habían estado bajo orden
judicial de confidencialidad desde 1977, cuando el FBI reunió los archivos y
los entregó a los Archivos Nacionales (NARA, por sus siglas en inglés).
La familia de King
—incluidos sus dos hijos vivos, Martin Luther King III (67) y Bernice King
(62)— fue notificada con antelación y tuvo acceso anticipado para revisar los
documentos antes de que se hicieran públicos. Ese proceso continuó mientras el
gobierno divulgaba el archivo digital.
En una extensa
declaración publicada el lunes, los hijos de King reconocieron que el asesinato
de su padre ha sido “una curiosidad pública cautivadora durante décadas”, pero
subrayaron el carácter personal del asunto e instaron a que “estos archivos
sean vistos dentro de su contexto histórico completo”.
No estaba claro si
los documentos aportarían nuevas revelaciones sobre la vida de King, el
Movimiento por los Derechos Civiles o su asesinato.
“Como hijos del Dr.
King y de la Sra. Coretta Scott King, su trágica muerte ha sido un duelo
intensamente personal —una pérdida devastadora para su esposa, sus hijos y su
nieta, a quien nunca conoció— una ausencia que nuestra familia ha soportado
durante más de 57 años”, escribieron. “Pedimos que quienes accedan a estos
archivos lo hagan con empatía, mesura y respeto por nuestro dolor persistente”.
También reiteraron la
postura de la familia: que James Earl Ray, el hombre condenado por el
asesinato, no fue el único responsable —si es que lo fue en absoluto.
Bernice tenía cinco
años cuando su padre fue asesinado. Martin III tenía diez.
Una promesa de campaña convertida en distracción
Donald Trump prometió
como candidato publicar los archivos relacionados con el asesinato de John F.
Kennedy (1963). Ya en el cargo, firmó una orden ejecutiva para desclasificar
esos documentos, así como los relacionados con los asesinatos en 1968 de Robert
F. Kennedy y Martin Luther King Jr.
Los archivos sobre
JFK fueron publicados en marzo, y algunos documentos sobre RFK en abril.
La publicación de los
archivos de King se percibe también como una maniobra para desviar la atención
pública, justo cuando el gobierno enfrentaba críticas por no liberar más
información del caso de Jeffrey Epstein. El viernes anterior, Trump ordenó
publicar el testimonio del gran jurado, pero no desclasificó todo el
expediente.
Ni Bernice ni Martin
Luther King III mencionaron a Trump en su comunicado. Hasta la tarde del lunes,
la administración no había hecho comentarios sobre la publicación.
Vigilancia ilegal y campañas de desinformación
Los archivos de King
iban a permanecer sellados hasta 2027, pero abogados del Departamento de
Justicia pidieron a un juez federal levantar la orden antes de tiempo.
Historiadores,
periodistas y académicos se han preparado para analizar los documentos y buscar
nueva información sobre el asesinato de King el 4 de abril de 1968 en Memphis,
Tennessee.
La Southern Christian Leadership Conference —organización que King cofundó en 1957— también se opuso a la publicación. Tanto ellos como la familia argumentaron que el FBI espiaba ilegalmente a King y a otros líderes del movimiento, pinchando teléfonos y oficinas con el objetivo de desacreditarlos.
Está ampliamente
documentado que el entonces director del FBI, J. Edgar Hoover, tenía una
obsesión personal con King, al que consideraba una amenaza radical. El FBI ya
había divulgado documentos que muestran cómo Hoover ordenó escuchas
telefónicas, micrófonos ocultos en habitaciones de hotel y el uso de
informantes para obtener información comprometedora.
“Fue blanco constante
de una campaña de vigilancia invasiva, depredadora y profundamente
perturbadora, orquestada por J. Edgar Hoover a través del FBI”, dijeron los
hijos de King.
“La campaña
COINTELPRO del gobierno no solo buscaba monitorear, sino desacreditar,
desmantelar y destruir la reputación del Dr. King y del Movimiento por los
Derechos Civiles en general.
Estas acciones no
fueron solo invasiones a la privacidad, sino ataques intencionales contra la
verdad, la dignidad y las libertades de ciudadanos que luchaban por la
justicia”.
Los King aclararon
que apoyan la transparencia y la rendición de cuentas históricas, pero se
oponen a cualquier ataque al legado de su padre o intentos de manipularlo para
difundir falsedades.
Un legado que incomodaba al poder
La oposición a King
se intensificó incluso después de que el movimiento lograra la aprobación de la
Ley de Derechos Civiles (1964) y la Ley de Derecho al Voto (1965) bajo el
presidente Lyndon B. Johnson.
A partir de entonces,
King centró su lucha en la justicia económica y la paz internacional. Fue un
crítico del capitalismo rapaz y de la guerra de Vietnam, afirmando que los
derechos políticos eran insuficientes en un sistema económico desigual. Muchos
líderes del “establishment” —incluido Hoover— lo veían como una amenaza
comunista.
Fue asesinado
mientras apoyaba a trabajadores de limpieza en huelga en Memphis, parte de su
giro explícito hacia la justicia económica.
¿Fue Ray el verdadero
asesino?
Ray se declaró
culpable del asesinato de King, pero más tarde se retractó y mantuvo su inocencia
hasta su muerte en 1998.
La familia King
siempre ha cuestionado si Ray actuó solo —o si siquiera estuvo involucrado.
Coretta Scott King pidió reabrir la investigación, y en 1998 la fiscal general
Janet Reno ordenó una nueva revisión. El Departamento de Justicia concluyó que
no había evidencia suficiente para contradecir la sentencia original de 1969
que declaró culpable a Ray.
En su nuevo
comunicado, los hijos de King reiteraron su convicción de que Ray fue
incriminado, recordando que en 1999, un jurado civil en Memphis dictaminó que
King había sido víctima de una conspiración.
“Al revisar estos
archivos recién publicados”, dijeron, “evaluaremos si ofrecen nuevas perspectivas
más allá de las conclusiones que nuestra familia ya ha aceptado”.
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