La Organización Panamericana para la Salud llama a fortalecer la vacunación por alza de casos de tosferina
WASHINGTON (27 Agosto 2025).- Los casos de tosferina en las Américas ascendieron drásticamente en el último año, por lo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reiteró la importancia de fortalecer la vacunación y los sistemas de vigilancia.
Datos oficiales muestran que, de cuatro mil 139 casos
reportados en 2023, la cifra se elevó a 43 mil 751 en 2024, y en los primeros
siete meses de 2025 se notificaron más de 18 mil 595 contagios y 128 defunciones
en nueve países de la región.
También conocida como coqueluche o tos convulsiva,
esta enfermedad puede prevenirse con tres dosis de la vacuna DPT en niños
menores de un año, y refuerzos durante la infancia y la adolescencia.
Aun así, en personas infectadas —especialmente en
lactantes— puede causar cuadros graves, con riesgo de complicaciones o incluso
la muerte.
Según los expertos, este resurgimiento está
relacionado con la disminución de las tasas de vacunación y resalta la
necesidad de reforzar la vigilancia activa y estandarizada.
Desde 2024, se han reportado casos en Brasil, Estados
Unidos, México y Perú.
Uno de los principales desafíos es que el tratamiento
habitual se basa en antibióticos del grupo de los macrólidos, como la
azitromicina, claritromicina y eritromicina.
Sin embargo, mutaciones genéticas en la bacteria,
particularmente en el gen 23S rRNA, están reduciendo la eficacia de estos
medicamentos, dificultando el tratamiento de pacientes y la prevención en
contactos cercanos.
Durante la pandemia de Covid-19, el uso extensivo e
inadecuado de antibióticos como la azitromicina pudo haber contribuido a la
aparición de cepas resistentes de Bordetella pertussis.
Su detección fue posible gracias al fortalecimiento de
los sistemas de vigilancia y diagnóstico, que incluyen el uso de pruebas
moleculares y métodos estandarizados en laboratorios de referencia.
Este avance, apoyado por alianzas internacionales, ha sido
clave para identificar y contener estos casos.
Alertan los científicos que, dado el uso generalizado
de estos antibióticos y la alta movilidad internacional, existe el riesgo de
una propagación más amplia si no se refuerza la respuesta sanitaria.
La resistencia a los antimicrobianos ocurre cuando las
bacterias desarrollan mecanismos para evadir el efecto de los medicamentos,
volviéndolos ineficaces.
En el caso de la tosferina, esto puede limitar las
opciones de tratamiento, dificultar el control de brotes, y aumentar el riesgo
de complicaciones graves, especialmente en contextos con baja cobertura
vacunal, apuntó la OPS.


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