Papa León XIV: “Jesús ama incluso cuando conoce la debilidad de sus amigos”
CIUDAD DEL VATICANO (13 Agosto 2025).- Jesús no señaló con el dedo. No acusó. No humilló. Tampoco pronunció el nombre de Judas. Prefirió hablar de modo que cada uno se mirara a sí mismo. Fue entonces cuando resonó la pregunta que atraviesa los siglos: «¿Seré yo?». Esta pregunta la hizo Cristo para abrir el corazón a la verdad. Aunque podamos fallar, Dios nunca nos falla. Catequesis del Papa León XIV desde el Aula Pablo VI.
Jesús no señaló con el dedo ni acusó a Judas durante la
última cena. Prefirió hablar de modo que cada discípulo se mirara a sí mismo, y
surgió la pregunta que atraviesa los siglos: «¿Seré yo?». Catequesis del Papa
León XIV. Aunque podamos fallar, Dios nunca nos falla. Su amor —humilde, herido
y fiel— nos levanta para vivir no como traidores, sino como hijos siempre
amados”, dijo.
Jesús no condena, ama
El Santo Padre destacó el dramatismo de la escena relatada por San Marcos, cuando Jesús anuncia que uno de los Doce lo traicionará (Mc 14,18). El ambiente se llenó de silencio, preguntas y sospechas. “Jesús no condena; muestra que el amor verdadero no puede prescindir de la verdad”, explicó. León XIV subrayó que el lamento de Jesús —“¡Ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado!” (Mc 14,21)— no es una maldición, sino un dolor profundo por la traición:
“Son palabras contundentes. Jesús no las pronuncia para
condenar, sino para mostrar que el amor, cuando es verdadero, no puede
prescindir de la verdad. La habitación del piso superior, donde poco antes se
había preparado todo con atención, se llena de repente de un dolor silencioso,
hecho de preguntas, de sospechas, de vulnerabilidad. Es un dolor que conocemos
bien también nosotros, cuando en las relaciones más queridas se insinúa la
sombra de la traición”
La fe no elimina la posibilidad de caer
Los discípulos reaccionaron con tristeza, y esa tristeza, si
se acoge, puede convertirse en un espacio de conversión y renacimiento. Lejos
de ser un gesto de desconfianza, la pregunta abre la puerta a la conversión,
señaló León XIV y agregó que hay que reconocer que el mal es real, pero que no
tiene la última palabra, permite entrar en la verdad de un amor que no se
rinde. El Papa recordó que la fe no elimina la posibilidad de caer, pero
siempre abre la salida de la misericordia. Jesús, aun frente a la traición,
sigue confiando y amando. “La salvación comienza cuando reconocemos nuestra
fragilidad y dejamos que su amor nos alcance”, afirmó.
““Queridos amigos, esta pregunta – “¿Seré yo?” – es quizá
una de las preguntas más sinceras que podemos hacernos a nosotros mismos. No es
la pregunta del inocente, sino la del discípulo que descubre su fragilidad. No
es el grito del culpable, sino el susurro de quien, aunque queriendo amar, sabe
que puede herir. Es en esta consciencia donde inicia el camino de la
salvación”.”
«¿Seré yo?»
Nosotros estamos acostumbrados a juzgar. Dios, en cambio,
acepta sufrir, dijo, "si renegamos
del amor que nos ha engendrado, si traicionando nos volvemos infieles a
nosotros mismos, entonces realmente perdemos el sentido de nuestra venida al mundo
y nos autoexcluimos de la salvación".
“Jesús no se escandaliza frente a nuestra fragilidad. Sabe
bien que ninguna amistad es inmune al riesgo de traición. Pero sigue fiándose.
Sigue sentándose en la mesa con los suyos. No renuncia a partir el pan, incluso
para quien lo traicionará. Esta es la fuerza silenciosa de Dios: no abandona
nunca la mesa del amor, ni siquiera cuando sabe que lo dejarán solo”
Por último, León XIV nos dijo que aunque podamos fallar o
traicionar, Dios nunca nos abandona y su amor fiel nos permite renacer y vivir
como hijos siempre amados.
Hoy la audiencia general se desarrolló en manera particular.
Una parte en el Aula Pablo VI, otro grupo estaba fuera enfrente del Aula Pablo
VI, y otro grupo en la basílica vaticana. El Papa al final de la audiencia
general, saludó y bendijo a los tres grupos.
Sus saludos en la Plaza del Petriano:
Tante grazie per la vostra pazienza! Un appaluso per tutti
voi! Gracias a todos! pues en el sol también que hace tanto calor, pero están
costumbrados. Saludos también, pues… Dio benedica tutti voi! Vi tenga sempre en
sus manos. Y les de siempre esta gracia de saber conocer que Dios es
misericordioso. Y la bendición de Dios Todo Poderoso, Padre, Hijo y Espíritu
Santo descienda sobre ustedes hoy y siempre God bless you all!
Saludo en italiano en la Basílica
¡Buenos días a todos! ¡Buenos días! ¡Good morning!
Si todos han escuchado la Catequesis, han escuchado las
palabras que Jesús, que Jesús nunca nos abandona, y Jesús siempre nos invita a
la conversión, Jesús nos invita a buscar el camino que nos lleva hacia Él,
hacia Dios Padre. Entonces queremos vivir este momento, también un saludo, la
alegría de poder encontrarnos para renovar nuestra fe, aquí, justamente a los
pies de San Pedro, para renovar este espíritu de esperanza tan importante
durante este año del Jubileo.
En español:
Que Dios acompañe a todos ustedes, que sea siempre fuente de
luz, de gracia, Jesús que no nos abandona jamás, estará siempre con todos si
nuestros corazones están abiertos, si estamos dispuestos a vivir unidos con la
fe.
En inglés: Que Dios los bendiga a todos. [Que tengan] un
viaje seguro. Que la gracia del Señor los acompañe, cumpliendo en sus corazones
ese deseo que todos compartimos de vivir una conversión auténtica, de caminar
unidos en la Iglesia, de renovar nuestra fe y de ser testigos auténticos de
Jesucristo y de su Evangelio en todo el mundo.
En italiano: Hermanos y hermanas, el Señor esté con ustedes.
Que Dios omnipotente los bendiga, nos acompañe siempre.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muchos deseos para todos ustedes. Dios los bendiga.
Por PATRICIA YNESTROZA/Vatican News
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