Problemas cotidianos deterioran calidad de vida en NYC como el ruido, estacionamiento, campamentos en la vía pública, el consumo de drogas en público
Todos los días, en cualquier lugar donde voy, ya sea en una reunión en la comunidad, en la calle o durante una entrevista, escucho sobre los problemas de calidad de vida que afectan la vida diaria de los neoyorquinos. Me enorgullece el progreso que hemos logrado al reducir la delincuencia y la violencia en los últimos tres años y medio y me enorgullece igualmente el esfuerzo que hemos hecho para mejorar la calidad de vida en los cinco condados, porque eso es lo que los neoyorquinos ven y sienten todos los días en nuestra ciudad.
Durante la próxima semana, completaremos el despliegue
de los Equipos de Calidad de Vida del Departamento de Policía de la Ciudad de
Nueva York (New York City Police Department, NYPD), conocidos como “Q-Teams”,
en todos los recintos de la ciudad para abordar los problemas cotidianos que
deterioran la calidad de vida en nuestra ciudad, como el ruido, el
estacionamiento, los campamentos en la vía pública, el consumo de drogas en
público y más. También estamos trabajando para ampliar nuestra respuesta a estas
problemáticas con la campaña “Acabar con la cultura del todo vale”.
En pocas palabras, “Acabar con la cultura del todo
vale” significa que la ciudad de Nueva York está redoblando las iniciativas
para cambiar la cultura, las leyes y las inversiones que mejoran la calidad de
vida y que previenen el desorden público. Si bien hemos logrado avances
significativos en materia de seguridad en el metro, la salud mental grave y la
falta de vivienda crónica, todavía vemos muchas personas enfrentando
dificultades en las calles, muchas veces como resultado de la adicción a las
drogas. Desde “The Hub” en El Bronx hasta Washington Square Park en el Bajo
Manhattan, el consumo de drogas en público está afectando la calidad de vida y
la seguridad pública de residentes, visitantes y pequeños negocios.
Para finalmente poner fin a la cultura del “todo vale”
en nuestra ciudad, necesitamos la ayuda desde Albany. En la próxima sesión
legislativa, proponemos que la Legislatura del Estado de Nueva York debata y
apruebe la Ley de Intervenciones Compasivas, una continuación de nuestra Ley de
Intervenciones de Apoyo, que ha tenido un éxito considerable. Si se aprueba, la
Ley de Intervenciones Compasivas permitirá que profesionales de la salud, como
médicos, enfermeras y otros, puedan derivar a una persona a un hospital para
ser evaluada si determinan que su adicción representa un peligro para sí misma
o para otras personas. Además, permitirá que un médico del hospital solicite
una orden judicial para retener a la persona y brindarle tratamiento, en caso
de que no quiera recibirlo por voluntad propia.
Esto se suma al trabajo que realizamos hace tres años
sobre enfermedades mentales graves, y sería una herramienta importante para
ayudar a poner fin a la crisis de adicción a las drogas que vemos en toda la
ciudad. Treinta y siete estados ya autorizan internaciones involuntarias por
trastornos por consumo de sustancias, y ya es hora de que Nueva York también
cuente con esta opción.
En nombre de la seguridad pública, la salud pública y
el bienestar colectivo, debemos unirnos para aprobar la Ley de Intervenciones
Compasivas. Esta esencial legislación ayudará a las personas atrapadas en la
adicción a recuperarse, mejorará la calidad de vida y fomentará una cultura de
compasión.
Además de promover esta legislación, también buscamos
implementar medidas más inmediatas, entre ellas una inversión de $27 millones
en personal de alcance comunitario y en tratamiento. En concreto, entre otras
iniciativas, este financiamiento apoyaría la creación de un nuevo centro de
atención sin cita previa en “The Hub” en El Bronx, para responder a las
necesidades urgentes de esa zona, y un nuevo programa de manejo de
contingencias en NYC Health + Hospitals, enfocado en soluciones para mantener a
las personas en tratamiento. Este programa ofrece incentivos a las personas
para que permanezcan en tratamiento y no consuman drogas, y ha mostrado
resultados positivos en otras ciudades del país y en centros del Departamento
de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos (U.S. Department of Veterans’
Affairs) en todo el país.
La necesidad de abordar los problemas de seguridad
pública y calidad de vida es un aspecto fundamental que los neoyorquinos
esperan legítimamente de su gobierno local, y estos son temas que hemos defendido
desde el comienzo de la administración Adams. Los neoyorquinos deben poder
vivir su día a día sin tener que enfrentarse al caos ni esquivar el desorden a
cada paso. Y, lo más importante, ya no podemos seguir dejando de lado a los
neoyorquinos que más lo necesitan. Debemos hacer las inversiones necesarias
para mejorar el alcance con la comunidad, la reducción de daños, los servicios
integrales y la vivienda, es decir, servicios que generan un impacto duradero
en vidas y comunidades.
Es hora de poner fin, de una vez por todas, a la
cultura del “todo vale”, porque cuando todo vale, nada es posible. Los
neoyorquinos merecen más que eso. Debemos mantener a la ciudad de Nueva York
como la ciudad grande más segura de Estados Unidos, la mejor ciudad del mundo y
el mejor lugar para formar una familia.
Por ERIC ADAMS
El autor es alcalde Nueva York
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