Un Momento – El crecimiento del alma

A medida que pasa el tiempo, se supone que la fe y el amor verdadero deben ir en aumento. No basta con mantenernos, estamos llamados a crecer. 

La vida interior no puede estancarse, como no se detiene el corazón que late ni el árbol que sigue echando raíces. Si el tiempo pasa y no hay más luz en nuestra fe ni más profundidad en nuestro amor, algo se ha detenido por dentro.

La madurez espiritual no consiste en saber más, como muchos piensan, sino en amar mejor. Que cada año, cada día, nos encuentre más creyentes, más entregados, más humildes y más abiertos a Dios y a los demás.

Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.

 

 

Por MONSEÑOR RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO

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