La Toma de San Cristóbal: La primera represa de América, aua y memoria que claman por sobrevivir

Entre 1520 y 1530, sobre el río Nigua, los colonizadores españoles levantaron lo que hoy se reconoce como la primera represa de América. Su propósito inicial fue irrigar los campos de caña que alimentaban los ingenios azucareros y garantizar el flujo constante de agua para la molienda. 

Aquella obra de ingeniería convirtió a La Toma en un hito fundacional: un monumento hidráulico de cinco siglos, testimonio de cómo el agua y el trabajo humano moldearon la historia colonial.

Con el paso del tiempo, ese motor agrícola se transformó en un balneario natural, pero nunca dejó de ser un símbolo vivo de la relación de San Cristóbal con su río y su tierra.

Pese a ello, pocas veces aparece en los manuales escolares como lo que es: la primera represa del continente americano.

Algunos estudios locales señalan que en sus orígenes fue reforzada con troncos de caoba y piedras de río, lo que explica su resistencia desde el siglo XVI hasta nuestros días. El agua que una vez movió trapiches de azúcar es la misma que hoy se desliza como caricia fresca para miles de bañistas.

Los recuerdos de los sancristobalenses dan carne y alma a La Toma:

Campesinos mayores aseguran que en tiempos de sequía “el río Nigua se secaba, pero La Toma siempre daba de beber”, como si hubiera firmado un pacto con la vida.

Moradores de Pueblo Abajo recuerdan cómo, en los años 40 y 50, las familias llegaban con canastas de víveres para pasar el día entero entre agua y sombra.

Jóvenes de ayer confiesan que su primera cita amorosa fue bajo la cascada que caía como un velo de novia.

Pescadores de antaño repetían que “el sabor del pez tilapia de La Toma no lo igualaba ni el mar”.

Eran abundantes la tilapia criolla, la biajaca y hasta el camarón de río. En los alrededores crecían bosques ribereños de caoba, guácima y yagrumo, refugio de aves y guardianes naturales del cauce.

Este archivo sentimental, aunque no figure en los libros, late en la memoria colectiva de un pueblo que reconoce en el agua su raíz y su refugio.

Hoy La Toma enfrenta graves desafíos:

la minería en la cuenca del Nigua, la deforestación y la contaminación por desechos sólidos y aguas residuales.

El daño no solo afecta el balneario, sino también las Cuevas del Pomier, joya arqueológica del Caribe.


Protegerla no es solo un gesto ambientalista: es un acto de dignidad nacional.

Perder La Toma sería como arrancar las primeras páginas de nuestra historia.


Como dijo Manuel Nina (Pacholy), defensor incansable del medio ambiente:

“El agua no tiene voz, pero nosotros sí. Y si no hablamos por ella, mañana lloraremos por su ausencia.”


Emiliano de la Rosa destacó que los ingenios de Nigua fueron la base económica de la región y dependieron de estas aguas represadas.

Roberto Cassá ha subrayado que el Partido de los Ingenios de Nigua fue uno de los primeros centros productivos del país gracias a esta infraestructura hídrica.

Ramón Puello Báez recordó que San Cristóbal no nació con un acta de fundación, sino que creció a la sombra de estos ingenios y de su presa, “como hijo legítimo del agua y el trabajo”.

Y Pacholy, con su verbo sencillo y contundente, nos dejó advertencias que hoy retumban:

“Cuidar el río es cuidar la vida. Quien destruye la cuenca destruye el futuro de sus hijos.”

“San Cristóbal no necesita más humo de minas, sino más aire limpio y agua clara.”

La Toma no es solo un balneario:

es el primer latido hidráulico de América, un espejo donde se refleja el pasado y un termómetro del presente.

Si la ambición minera destruye su entorno, renunciaremos no solo a un río, sino también a una parte de nuestra identidad.

Cuidarla es honrar a nuestros ancestros, proteger a nuestros hijos y defender nuestra memoria.

Porque como escribió Pacholy:

“Cuando un pueblo defiende su río, está defendiendo su dignidad.”

#PrimeraRepresaDeAmérica

#LaTomaEsPatrimonio

#DefendamosElNigua

#CuevasDelPomier

#SanCristóbalVive

#GuardianesDelAgua

#AndresJulioRiveraBazil


Por ANDRÉS JULIO RIVERA BAZIL 

No hay comentarios.: